Adolescentes en conflicto con la ley trazan su futuro con dramaturgia

7 mayo, 2022

Esta es la historia de Recuenta, un programa que por medio de técnicas de escritura teatral busca desarrollar habilidades en adolescentes recluidos en Ciudad Juárez, para que inicien la construcción de su reinserción social

Texto: Rocío Gallegos/La Verdad

Fotos: La Verdad Juárez

 CIUDAD JUÁREZ.– A través de una computadora, ECK escucha la lectura de la historia que durante unas semanas escribió sobre lo que quiere de su vida cuando salga del penal para adolescentes donde se encuentra detenido.

“Esta es la historia de ECK que quiere encontrar una manera de mejorar su carácter…”, narra Karla Moreno, al dar lectura al escrito del menor de edad que se encuentra recluido en el Centro de Reinserción Social para Adolescentes Infractores (CERSAI) #3, razón por la cual se le identifica con un seudónimo para resguardar su nombre real.

“Cuando salga comprará una casa ya que esto le permitirá mantener a su familia en un entorno saludable”, prosigue la historia que escribió el adolescente como parte de un taller que por medio de la dramaturgia busca desarrollar habilidades sociales en adolescentes infractores.

Los protagonistas de estas historias son las y los adolescentes en conflicto con la ley que se encuentran en internación o en externación, explica Fabian Villalpando Palma, coordinador de este proyecto denominado Recuenta, un taller virtual impulsado por Armando un Teatro, una asociación civil que medio de las artes escénicas busca mejorar la calidad de vida de la población vulnerable en la ciudad.

La actividad tiene como objetivo que las y los adolescentes en conflicto con la ley aprendan la estructura gramatical aristotélica, mediante un proceso lúdico, para que al final escriban su propia historia positiva a futuro, en la que ellas y ellos son protagonistas, dice.

Fabian Villalpando Palma, durante la presentación del corto documental de Recuenta. Fotografía: Rocío Gallegos

Un testimonio visual de la segunda generación de Recuenta se presentó el fin de semana. Durante el evento, Villalpando Palma comenta que se busca contribuir con los adolescentes en la construcción una perspectiva de vida para su reinserción social.

“Hay quien nos dice: antes no sabía que quería hacer con mi vida, ahora si lo sé”, afirma.

Durante tres meses los infractores sostuvieron reuniones de una hora de lunes a viernes con quienes encabezan las actividades y que ellos identifican como maestros y maestras. Durante este periodo se les enseña a identificar las acciones que deben desarrollar para lograr un objetivo.

En esta ocasión participaron 39 adolescentes en internación y 11, que cumplen su sentencia en libertad, quienes fueron guiados por Karla Moreno, maestra universitaria; Armando Molina, cuenta cuentos y bibliotecario; Marco Antonio López, escritor y periodista, así como Mayra Chávez, productora escénica. En la primera generación – a finales del 2020– participaron 20 jóvenes, tres de ellos mujeres.

El proyecto Recuenta se lleva a cabo con apoyo del estímulo fiscal Eká Nawéame y al financiamiento de Cofiasa, abastecedora de Fierro y Acero, se dio a conocer.

En las sesiones, los adolescentes platican sobre sus días en el encierro, de sus gustos, de sus recuerdos de niños, reflexionan sobre la vida, realizan ejercicios de relajación, conocen lo que qué es un personaje y aprenden a contar su historia.

“Esta es la historia de… que quiere” se escucha al inicio de la lectura de cada plan de vida escrita por cada uno de los participantes en este programa con el que buscan arrancar su reinserción social.

Villalpando Palma dice que “como sociedad tenemos que ser responsables de lo que está sucediendo allá a dentro (del CERSAI)”.

La sociedad necesita despertar en este tema de la reinserción, agrega el también productor teatral. “Nos enfrentamos a algo dificil, el sistema de inserción no es muy humanistas, no sigue procesos de paz, a veces no se apega a derechos, hay violaciones de derechos humanos, es difícil”.

Una vez que los jóvenes escriben las historias, nuestro deseo es que se cumplan, concluimos preguntándonos qué tanto valió la pena, y al escucharlos sabemos que valió la pena, asegura Fabián.

“Esa es mi historia, espero poder hacerla”, se escucha al final de la historia de ECK.

Este trabajo fue publicado originalmente en La Verdad Juárez, que forma parte de la Alianza de Medios. Aquí puedes consultar el original.

Rocío Gallegos