4 enero, 2021
El 31 de diciembre, el gobierno federal publicó el decreto del Presidente Andrés Manuel López Obrador para la sustitución gradual del glifosato y la eliminación de uso del maíz transgénico. Se proyectó el 31 de enero del 2024 para lograr el reemplazo del agroquímico
Texto: José Ignacio De Alba
Fotos: Karan Vaid y Hernán Pérez / Greenpeace
El último día de 2020 fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el Decreto para eliminación gradual del uso del controversial glifosato. Además, se instruyó a las dependencias del gobierno federal para eliminar la compra de este compuesto:
“Se instruye a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal para que, a partir de la entrada en vigor del presente decreto, se abstengan de adquirir, utilizar, distribuir, promover e importar glifosato o agroquímicos que lo contengan como ingrediente activo, en el marco de programas públicos o de cualquier otra actividad del gobierno”.
Según la publicación, la meta es que para el 31 de enero del 2024 se suspenda el uso del agroquímico.
En la publicación se argumenta que en los últimos años distintas investigaciones científicas han alertado que el glifosato tiene efectos nocivos para la salud, en seres humanos y en especies animales. Además de que se ha identificado como una sustancia probablemente cancerígena por la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer.
El decreto forma parte del “Desarrollo Sostenible” del Plan Nacional de Desarrollo: “con el objetivo de alcanzar la autosuficiencia y la soberanía alimentaria, nuestro país debe orientarse a establecer una producción agrícola sostenible y culturalmente adecuada, mediante el uso de prácticas e insumos agroecológicos que resulten seguros para la salud humana, la diversidad biocultural del país y el ambiente, así como congruentes con las tradiciones agrícolas de México”.
También se prevé que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) promoverá y coordinará investigaciones científicas que permitan encontrar alternativas al glifosato.
El decreto también instruye a las Secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Salud y de Agricultura que para el primer semestre del 2023 se promuevan reformas constitucionales para “evitar” el uso de maíz transgénico y del glifosato.
El glifosato es el compuesto químico más usado por la agroindustria, su uso está ligado al cultivo de semillas genéticamente modificadas. Pero los daños a la salud han sido ampliamente documentados.
La controversia sobre su uso agrupa a su productor -el gigante Monsanto- y a los intereses de la industria de alimentos. En varios países del mundo se ha logrado su prohibición, aún con eso existe una fuerte resistencia a eliminar su uso.
El exsecretario de Medio Ambiente, Víctor Manuel Toledo Manzur, encabezó uno de los esfuerzos para eliminar el uso de este agroquímico. Incluso, en 2019 la secretaría a su cargo impidió la importación de un cargamento de mil toneladas del herbicida. En ese momento argumentó que fue por un “principio precautorio”.
Desde entonces el propio Toledo aseguró que dentro del gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador había funcionarios, como el entonces jefe de la oficina de presidencia, Alfonso Romo y el Secretario de Agricultura, Víctor Villalobos que promovieron y defendieron su uso.
Greenpeace México celebró la publicación del decreto, que consideró “un paso muy importante en la dirección correcta para avanzar hacia la agricultura ecológica”, lo cual es fundamental para la producción de alimentos saludables y para tener soberanía y autosuficiencia alimentaria.
La organización dijo que, con esta acción, “se salda una deuda histórica con la diversidad genética” del país.
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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