2 diciembre, 2020
La falta de conciliación entre trabajo, vida doméstica y cuidados, y el acoso dentro de los espacios laborales, llevó a la organización Parvadas Estrategias Comunitarias, a elaborar un diagnóstico para que las empresas establezcan medidas de equidad laboral
Texto: Kaomi Gutiérrez
Foto: Especial
JALISCO.- El modelo actual de vida no garantiza la conciliación laboral, doméstica y de cuidados. La posición desigual que enfrentan las madres trabajadoras se debe a que algunas veces los empleos no permiten horarios flexibles y tampoco brindan condiciones dignas.
Para revisar el contexto en el que las mujeres trabajan y cuidan la organización Parvada Estrategias Comunitarias realizó el proyecto Maternidad, trabajo y familia: un modelo para abatir la doble jornada y generar empresas familiarmente responsables.
El trabajo de Parvadas, explica Ana Farías, directora de la organización, implicó realizar un diagnóstico de la situación laboral de las mujeres y diseñar un modelo para que las empresas instalen soluciones con las que las mujeres puedan ejercer sus derechos.
“Primero, conseguir información básica de las empresas para que el modelo fuera un modelo que sí pudieran utilizar. Luego, en un segundo momento, fueron 43 participantes de este formulario que trabajan en gobierno, iniciativa privada y universidades. Teníamos ya un borrador, lo que hicimos fue presentarles ese borrador y después pedirles que nos plantearan sobre cuál había sido su experiencia”.
Las empresas que participaron mostraron interés en el tema porque buscan la certificación de la Norma Mexicana NMX-R-025 en igualdad laboral, así como de salud y seguridad laboral.
La Norma Mexicana NMX-R-025 está pensada para favorecer el desarrollo integral de las y los trabajadores incorporando la perspectiva de género, igualdad salarial, no discriminación en procesos, así como realizar acciones de corresponsabilidad entre la vida laboral, familiar y personal de las personas empleadas.
“Porque existe una certificación de la NOM 025. Hay muy pocas empresas que tienen esta certificación en Jalisco, pero al menos existe el conocimiento, también existe conocimiento de otra NOM que tiene que ver con seguridad y salud laboral que acaba de entrar en vigor, entonces las empresas tienen que transitar a tener modelos de atención”.
Reclutamiento, permanencia y crecimiento son las partes en las que se divide el manual que Parvada Estrategias de Comunitarias lleva a oficinas de gobierno, empresas y universidades, objetos de estudio del proyecto que realizaron con apoyo de la Secretaría de Igualdad Sustantiva.
¿Por qué pensar en los hombres? Ana Farías explicó que no tiene sentido seguir aplazando que asuman las responsabilidades de paternidad.
“Siempre pensamos en términos de que es un modelo para madres trabajadoras, pero que, si incorporas a los hombres en ciertas medidas, pueden ayudar a que ellos hagan su parte de la chamba. Que las empresas faciliten eso y entonces que para las mujeres sea menos pesado. Esto fue algo que pensamos, que es un modelo para madres, pero tendría que funcionar para todo el mundo que tenga personas a su cargo y dejar de pretender que porque los hombres se deslindan automáticamente de estas prácticas no son su responsabilidad también”.
Destacó que el modelo para abatir la doble jornada y generar empresas familiarmente responsables, cumple con 15 de los 19 criterios que vienen en la Norma Mexicana NMX-R-025, que trata sobre la igualdad laboral y no discriminación.
El proyecto se amplió su enfoque a violencias que experimentan no solo las que son madres sino las demás mujeres también: acoso.
Por lo que se agregó un protocolo para prevenir y atender violencia en el espacio de trabajo para quejas formales e informales.
“Muchas veces las empresas no piensan que tienen situaciones de acoso, discriminación y violencia porque nadie denuncia, pero la realidad es que nadie denuncia porque hay desincentivos para denunciar. Entonces lo que hace este modelo es manejar quejas formales e informales. Quejas informales para cuando son cosas de una vez no se queda en tu expediente y el propósito es conciliar que no se repita el acto, mientras eso suceda y la falta se menor no va a estar en el expediente de nadie y una como mujer a la que le pasó piensa, bueno, ya no me la van a hacer de tos porque no estoy perjudicando a la otra persona. Que eso es una cosa que pasa mucho y es horrible, pero es un hecho, la gente piensa, si le afecto a la persona que me está haciendo algo, a mí, me va a ir peor. Entonces, al tener este doble esquema de quejas formales e informales no se asienta en el expediente y se supone ya no se repita, claro que si se repite pues ya se va por la vía formal”.
Este trabajo fue publicado originalmente en PERIMETRAL que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.
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