Acapulco: el infierno que dejó Otis

26 octubre, 2023

En Acapulco hoy no hay sol, no se ve el azul profundo del océano, sólo se ve un cielo atiborrado de nubes que son testigos de la devastación en el paraíso

Texto: Marlen Castro / Amapola Periodismo

Fotos: Redes sociales vía, Amapola Periodismo

CHILPANCINGO, GUERRERO. – «Busqué la manera de salir, aunque sea a Chilpancingo, pero no hay forma», se escucha decir a un turista que quiere escapar del infierno en que Otis convirtió al paraíso del caribe.

Acapulco ya no es más el paraíso, por lo menos no este miércoles 25 de octubre.

Las palmeras no se mueven al viento del trópico. Están amontonadas en el suelo, lo mismo que algunos árboles. Algunas palmeras siguen erguidas, pero se nota que hicieron frente a rachas de vientos devastadoras.

Aunque ya está avanzado el día, hay poca información de los daños que hay en Acapulco.

La poca que llega es a través de videos que usuarios sueltan en las redes. Este que se describe es de un usuario de nombre Rangel Ventura que Noticias Reporte Guerrero subió a las redes.

No se sabe si Rangel Ventura es el turista que quiere salir de Acapulco y que, dice, que estaba hospedado en el Fiesta Americana pero que le urge llegar aunque sea a Chilpancingo, que lo intentó pero que no halló paso,y ahora está de nuevo circulando para intentarlo por otra salida. Se dirige a La Diana. En esa ruta van todos los autos.

El recorrido por la costera, en dirección al Acapulco tradicional, es una muestra de cómo quedó el paraíso. Las personas que circulan en los autos evadiendo obstáculos como árboles, palmeras caídas y materiales de construcción arrancados a edificios, van a la Diana, al punto de salida del paraíso.

El carril normal de la costera Miguel Alemán hacia el Acapulco tradicional está completamente inhabilitado, los autos van por el carril contrario. Van a vuelta de rueda, evadiendo los obstáculos. Algunas personas caminan, rápido, como buscando algo.

Muchas personas de la zona Centro, y de otras partes del estado, no tienen comunicación con sus familiares.

“Estoy angustiada, no sé qué pasó con mi hijo, cómo está”, comparte una maestra desde Chilpancingo. Su hijo vive en Acapulco. Ya llamó varias veces al celular y no hay señal. No hay red de internet. Las horas transcurren este miércoles sin noticias.

El video que muestra la devastación es explícito. Algunos de los edificios por los que pasa que albergan los negocios emblemáticos de Acapulco están desnudos. El recorrido es por el Acapulco Dorado. Los hoteles están en pie, pero en ruinas. Los restaurantes y bares por igual.

Del bar Barba Roja se ve lo indispensable para saber que es el famoso antro que abre las 24 horas del día, todos los días de la semana. El restaurante La Langosta está igual. Quedó algo de fachada. De otros negocios ni fachada hay.

Así está Acapulco, el paraíso. No hay sol, no se ve el azul profundo del océano, sólo se ve un cielo atiborrado de nubes. La devastación en el paraíso.

Es originaria del estado de Guerrero, en donde ha sido reportera durante 26 años, cubre principalmente temas de derechos humanos relacionados con los efectos sociales, ambientales y de salud en las comunidades, a causa de los proyectos extractivistas. Actualmente es coordinadora general del medio digital Amapola. Periodismo transgresor.