Muchas pastillas desaparecen los dolores de las articulaciones pero deterioran lentamente la salud de quien los toma. El exceso de corticoides aumenta la glucosa en la sangre y, en consecuencia, incrementa la resistencia a la insulina
Twitter: @lolacometa
¿Le duelen las rodillas? Si usted sufre dolor crónico en las articulaciones, es probable que se haya topado con unas pastillas que prometen quitar el dolor mágica y rápidamente. Muchas personas las recomiendan fervientemente porque, sí, funcionan. En cuestión de días, el dolor desaparece. Lo que no se menciona es que, a cambio de quitar el dolor, deterioran lentamente la salud de quien las toma.
Se llaman Artri King, Ajo Rey, AK, o nombres parecidos. En México, y en algunos países de Centroamérica, se pueden comprar fácilmente porque se venden como suplementos herbolarios; basta teclear su nombre en plataformas como Amazon o Mercado Libre para encontrarlas a la venta y sin necesidad de receta médica a menos de 300 pesos por 100 pastillas. Cada cierto tiempo aparece una nueva presentación: otro nombre, distintos colores, fabricantes que no existen, direcciones falsas, sellos de supuesta originalidad. Cero datos de quién las fabrica. En el empaque aseguran que alivian los dolores de las articulaciones con ingredientes “naturales”, y usan tipografía llamativa para enlistar varios de ellos: glucosamina, colágeno, ortiga, cúrcuma, Omega 3, Vitamina C. Parecen naturales, parecen herbolarios, parecen seguros, pero no lo son.
Para empezar, hay evidencia anecdótica de médicos mexicanos que plantean una posible relación entre el consumo de estas pastillas y varios daños a la salud. Todo inició porque empezaron a notar un aumento importante de casos de Síndrome de Cushing, una enfermedad que era muy poco frecuente hasta hace unos años. El médico Luis del Carpio Orantes, del Colegio de Medicina Interna de Veracruz, me contó en una entrevista que, hasta antes de 2018, trataba uno o dos casos de Síndrome de Cushing al año. Ahora recibe cerca de 40 personas anualmente, y al menos veinte de sus colegas atienden a una cantidad similar. Lo interesante es que todos sus pacientes afirmaron haber tomado Artri King.
La sospecha de que estas pastillas son las responsables de los daños en la salud de tantas personas viene, precisamente, del aumento de casos de Síndrome de Cushing. Resulta que este trastorno sucede cuando la persona tiene exceso de cortisol. El cortisol es una hormona que nuestro cuerpo produce porque es clave para su funcionamiento: nos ayuda a responder en situaciones de estrés, reduce la inflamación, regula los niveles de azúcar en la sangre, controla la presión arterial, entre muchas otras cosas. Existen, por otro lado, los corticoides sintéticos, o cortisona, fabricados para imitar los efectos del cortisol en el cuerpo, y que los médicos suelen recetar a personas con dolores de articulaciones por su gran poder antiinflamatorio. En dosis pequeñas y bien controladas, los corticoides son medicamentos excelentes, pero cuando se toman de forma permanente, y en exceso, empiezan a alterar varias funciones del organismo, simplemente porque le hacen “creer” al cuerpo que está en peligro constante: bajan las defensas, alteran el sistema digestivo, aumentan la presión arterial, se retienen grasas y líquidos, entre varios efectos.
Por eso, las personas que han tomado corticoides sin mucho control pueden desarrollar rápidamente diversos trastornos. En el caso del Síndrome de Cushing, las personas suelen tener una joroba de grasa entre los hombros, la cara se les pone muy redonda y presentan estrías púrpuras en la piel. Cuando los médicos empezaron a ver estos síntomas entre personas que no tomaban cortisona recetada, la pregunta se volvió intrigante: ¿de dónde podrían estar recibiendo toda esa cortisona?
Los análisis de laboratorio les dieron la respuesta. En agosto de 2021, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, la COFEPRIS, reveló en una alerta sanitaria que Artri Ajo King reforzado con Ortiga Omega 3 contenía corticoides: dexametasona y metilprednisolona. Un año más tarde, en mayo de 2022, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) publicó una “notificación pública” en la que alerta que las pastillas Artri Ajo King contienen diclofenaco, un antinflamatorio no esteroideo (conocido como AINE).
Hay evidencia de los daños que estas sustancias pueden causar en el organismo si se mantiene un consumo excesivo sin ningún monitoreo médico. Por un lado, los corticoides pueden derivar en obesidad, edemas (hinchazón) en las piernas, equimosis (moretones), trastornos de sueño, glaucoma, depresión, hipertensión, e incluso afectaciones irreversibles como la diabetes mellitus. Por otro lado, los AINES como el diclofenaco pueden aumentar el riesgo de sufrir ataques cardíacos y derrames cerebrales, también causar daños gastrointestinales graves, como sangrado, ulceración y perforaciones mortales del estómago y los intestinos.
Ninguno de estos ingredientes se menciona en la etiqueta ni en la caja de Artri King.
Y hay más evidencia: en el último año, surgieron los primeros reportes de caso. El primer artículo, publicado en agosto de 2022 por médicos de la Universidad de California, describe dos casos que incluyen el de una mujer de 49 años que, en menos de un año, subió abruptamente de peso, desarrolló estrías, tenía una mala cicatrización de heridas y, encima, había sido diagnosticada con diabetes tipo 2. Los médicos midieron sus niveles de dexametasona (un corticoide) y reportaron que mientras estaba tomando Artri King tuvo 210 ng/dL (nanogramos por decilitro); cinco días después de suspender el suplemento, sus niveles de dexametasona bajaron a 24 ng/dL, lo que muestra que retirar el suplemento a tiempo puede ser vital. El segundo reporte de caso, publicado en noviembre de 2022 por un grupo de médicos de la Escuela de Medicina David Geffen, también en California, habla de un hombre de 54 años que sufría un intenso dolor de rodilla y que fue diagnosticado con Síndrome de Cushing. El hombre no reportó haber tomado ningún tipo de corticoide, solo Artri King.
Hay suficientes razones para, al menos, sospechar de la aparentemente magia de estas pastillas, pero sumo mi propia experiencia: uno de mis seres más queridos, que disfrutaba de una salud excepcional, sucumbió ante la tentación de tomar estas pastillas para paliar el único de sus malestares: una artrosis de rodilla que le provocaba dolores insoportables. Tras cuatro meses de tomar Ajo Rey empezó a notar una hinchazón exagerada en las piernas. Cuando acudió al médico, la diagnosticaron con diabetes tipo 2. Resulta que el exceso de corticoides hace que aumente la glucosa en la sangre y, en consecuencia, se incremente la resistencia a la insulina. Cuando recibió el diagnóstico, me contó que tomó las pastillas que le quedaban y las echó al retrete.
Yo creo que las mandó a donde deben ir: a la mierda. A la mierda, Artri King.
*Esta columna está basada en la investigación que desarrollé para el episodio tres del podcast Pan Pa’l Susto: https://youtu.be/vasnvpI85hM
Periodista de ciencia. Es comunicadora de la ciencia en el Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM, cofundadora y expresidenta de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Escribe para SciDev.Net, Salud con Lupa , Fundación Gabo, entre otros. Estudió Periodismo en la UNAM y tiene estudios de posgrado en periodismo por la universidad española Rey Juan Carlos y el Instituto Indio de Comunicación de Masas, en Nueva Delhi.
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