Maltrato y explotación de grandes felinos. Probable cría y tráfico ilegales. Todo bajo la fachada de un «santuario» que jamás se acreditó legalmente, manejado por un hombre que amasó donaciones millonarias, mientras personalidades mundiales se tomaban fotos con cachorros. Esta es su historia
Texto: Gabriela Gutiérrez
Fotos: Especial
CIUDAD DE MÉXICO.- Nunca sabremos cuántos leones, tigres, panteras y jaguares murieron en las instalaciones de Black Jaguar White Tiger (BJWT). Después de casi una década de operación, finalmente la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) cerró el lugar, tras la publicación de fotos y videos en los que los animales se veían en muy mal estado físico y desnutrición.
Eduardo Serio, fundador y dueño de la Fundación Jaguar Negro Tigre Blanco, AC –nombre oficial con el que esta organización fue registrada en 2014–, aseguró en una entrevista que las condiciones de los grandes felinos que estaban bajo su resguardo se debió a un desplome de 70 por ciento en los donativos. Pero no es así.
La mayor parte de los donativos que recibe BJWT provienen de Estados Unidos –en donde se encuentra dada de alta con el número de identificación 474922935–. De ahí pasó de obtener 232 mil 017 dólares, en 2015, a un millón 50 mil dólares en 2020, es decir, prácticamente quintuplicó su recaudación.
A estos donativos se suman los obtenidos en México, por personas morales y físicas, de acuerdo con sus reportes presentados ante el Sistema de Administración Tributaria, cuya consulta pública se encuentra actualmente disponible hasta 2018.
Pero los ingresos de BJWT no se limitaban a donativos. Tenía patrocinios de marcas como Swarovski, Schnoodle y Hublot, campañas de fondeo en plataformas y membresías mensuales.
Katty Perry, Paris Hilton, Lewis Hamilton, Demi Lovato, Kellan Lutz, Kloe y Kendall Kardashian, Montserrat Oliver, Blue Demon Jr. son algunas de las personalidades que se han paseado y fotografiado con felinos de BJWT en sus instalaciones. Además, y pese a que en el plan de manejo de la fundación indica que no se admiten visitas, constantemente desfilaban por ahí celebridades y políticos, solos o con sus familias.
He tenido el honor de recibir al Señor [ex] presidente Carlos Salinas de Gortari. Él siempre ha sido mi héroe y cuando lo conocí me quedé sin palabras” (sic), escribió Serio en una fotografía de Instagram fechada el 11 de junio del 2016, en la que aparece junto al exmandatario.
Ana Emilia Salinas, la cuarta hija del expresidente Carlos Salinas de Gortari y la primera de su segundo matrimonio, fue una de las visitantes más asiduas. También Paulina y Nicole Peña –hijas del expresidente Enrique Peña Nieto– han gozado de cargar en su regazo pequeños cachorros de león.
Rafael Pacchiano, secretario de Medio Ambiente durante la administración peñista y a quien Serio describió como “un ángel de nuestros recursos naturales”, llevó a toda su familia a acariciar cachorros de tigre, junto con su esposa Alejandra Lagunes, quien fuera la coordinadora del equipo de campaña a la Presidencia de José Antonio Meade.
A finales de 2016, BJWT obtuvo el patrocinio de una marca de lujo, la relojera suiza Hublot –parte del grupo Louis Vuitton–, para sacar una edición limitada de tres modelos de relojes, en cuyo diseño participó el mismo Moisés Serio. Solo salieron a la venta 50 unidades de oro de 18 kilates, 100 de cerámica y 100 de acero, a un precio de 680 mil, 320 mil y 258 mil pesos, respectivamente. El total de la colección tenía un valor de mercado de 91.8 millones de pesos. Un porcentaje no revelado de las ventas fue donado a BJWT.
Hublot no es la única marca de lujo que ha apostado por BJWT. La empresa austríaca Swarovski, especializada en figuras de cristal y joyería, es otra más. Fiona de Grass, directora creativa de Swarovski, puso a disposición de BJWT un brazalete con un tigre y otro con un jaguar, de venta exclusiva en la tienda online de la fundación, a un precio de 59 dólares cada uno.
Ahí no terminan las vías para hacerse de recursos de «la fundación de rescate de grandes felinos más confiable» durante la administración de Enrique Peña Nieto. Para fortalecer los donativos, BJWT tiene un programa de apadrinamiento de un animal, con el cual el padrino recibe desde un certificado digital, por 25 dólares mensuales, hasta un brazalete Swarovski y una videollamada con el animal apadrinado, a cambio de 100 dólares mensuales.
Eduardo Serio ha creado dos empresas con fines lucrativos en Estados Unidos bajo el paraguas de BJWT: BJWT Licensing LLC y BJWT Brand Services LLC, ambas con la misma dirección en Rodeo Drive, California. Y una más relacionada, DL Enterteinment, en cuyos papeles aparece como responsable Lucila Polak, amiga cercana de Moises Serio, además de actriz y ex novia del actor Al Paccino. DL Entertainment aparece como contacto responsable de BJWT Licensing, según consta en los registros oficiales de ese país.
A diferencia de la fundación, que por ley está obligada a reportar sus ingresos, no hay información sobre los registros financieros de estas empresas.
Serio también recurrió a plataformas de fondeo, como GoFundMe, en donde lanzó, en total, seis campañas que alcanzaron a recolectar más de medio millón de dólares (503 mil 579 para ser exactos) entre 2017 y 2019: “2018 will be an incredible year”, “2018 will be a magical year”, “Help Mexican Earthquake Survivors”, “Quarterly Budget For 500 Rescues”, “Save Circus Lions From Colombia” y “The Unknown Martyrs”.
También algunos artistas se vieron seducidos por los cachorros, los leones, tigres, pumas y panteras tratados como cachorros: el fotógrafo David Yarrow y el artista plástico Romero Britto han donado su trabajo para que la fundación de felinos más popular de las redes sociales y más criticada por especialistas obtenga recursos.
BJWT solía ser una pequeña fortaleza, con guardias armados 24×7 en la entrada y al interior, nació –de acuerdo con su plan de manejo ambiental– con el objetivo de rescatar, rehabilitar y alimentar a animales rescatados, principalmente, grandes felinos, como leones, tigres, jaguares, panteras, rescatados por las autoridades mexicana.
Desde su arranque, su timing fue perfecto: se constituyó como organización en octubre de 2014 y para abril de 2015 obtuvo su registro como Predio o Instalación que maneja Vida Silvestre (PIMVS) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en abril del 2015, cuando la prohibición de animales en circos estaba a punto de entrar en vigor a nivel nacional.
Cuatro meses después, en agosto de 2015, BJWT albergaba 173 felinos silvestres. Según Profepa 115 de ellos fueron rescatados de circos. Los otros son de origen incierto. La misma institución entregó 16 tigres, nueve leones y un tigrillo, al considerar que las instalaciones superaban “estándares internacionales”, según dijo el entonces procurador ambiental, Guillermo Haro.
Desde su arranque, BJWT estuvo en el centro de la crítica de parte de organizaciones y especialistas que han adviertido la permanente presencia de cachorros felinos –apuntando a posible reproducción y cría– y el perjuicio de tratar a animales salvajes como si fueran domésticos. Pero su ejército de 7.6 millones de seguidores en Instagram defienden a capa y espada los métodos de Serio. O, como él se autonombra, Papa Bear.
BJWT llegó a asegurar, en su página de internet, que contaba con más de 300 grandes felinos, entre “leones, tigres, jaguares, leopardos, serbales y linces” y otros 200 de diferentes especies, como “osos, coyotes, pájaros, perros y cerdos”. Sin embargo, en el informe que BJWT entregó al Servicio de Administración Tributaria (SAT), por estar dada de alta como donataria autorizada, registró 153 animales.
Eduardo Serio ha repetido en varias entrevistas que el origen de BJWT fue Cielo, una pantera recién nacida, destinada a vivir en cautiverio y ser explotada en un centro comercial. Serio decidió «salvarla», al comprarla a su primo.
Cualquier defensor de animales sabe que comprar animales alimenta el mercado que los explota. Antes de Cielo, antes incluso de que BJWT existiera, entre octubre de 2013 y agosto del 2014, Serio compró 14 grandes felinos por los que pagó 185 mil pesos a la empresa Fauna Zoo, de acuerdo con las notas de compra de las que tenemos copia.
Para entender la historia de Fauna Zoo hay que saber que, una madrugada de agosto del 2014, la Procuraduría General de la República y la Profepa consignaron 510 animales exóticos tras un cateo en las inmediaciones del Estadio Azteca. No ha existido un mayor aseguramiento de animales en la historia del país.
Junto a los animales, también se encontraron dos armas, 106 cartuchos y fueron arrestados dos empleados, además de a los dueños de los animales: Miguel Ángel Pérez Hassaf y Julio César Pérez Rivera, quienes fueron procesados por tráfico de especies. De acuerdo con la sentencia de su caso, los peritos de la entonces Procuraduría General de la República (hoy Fiscalía General) no pudieron demostrar que las aves aseguradas pertenecían a especies protegidas. Ambos fueron absueltos y liberados por insuficiencia de pruebas.
No se sabe cuándo Hassaf volvió al comercio de animales exóticos, pero lo hizo a través de Fauna Zoo, empresa registrada con el nombre de su esposa, Mary Linda Quezada Libien. La misma Fauna Zoo vendió a Serio la pantera Cielo, así como a los 35 animales con los que BJWT comenzó a operar en el 2015. Tres de éstos no pudieron darse de alta ante el Semarnat por no acreditar su legal procedencia.
Hassaf no es el único traficante de especies vinculado a BJWT. Tony Silva confesó haber traficado con aves desde 1985 hasta 1996, con un valor estimado en 1.3 millones de dólares. Fue condenado a siete años de prisión por una corte federal en Estados Unidos. En 2017, Silva publicó en la revista PeerJ, el supuesto descubrimiento de una nueva especie de perico en la península de Yucatán. El artículo fue desmentido al poco tiempo, pero en él, Silva agradecía la ayuda de Miguel Ángel Gómez –uno de los principales veterinarios de la fundación–, a Miguel Ángel Pérez Hassaf, al ex–subprocurador Alejandro del Mazo y, por supuesto, a Eduardo Serio, Papa Bear.
Alejandro del Mazo fue justamente el vínculo inicial entre las autoridades ambientales y BJWT, cuando éste era subprocurador de Recursos Naturales de la Profepa (2013-2015). Esto de acuerdo con el propio Eduardo Serio: “Yo le dije (a Del Mazo), si les sirve, tengo un santuario y ellos empezaron a mandarme animales”, relata en un video en poder de Pie de Página.
Actualmente, el número de animales en poder de la fundación es un misterio. La misma BJWT da cifras diferentes en su página oficial: 270, 295, más de 300 grandes felinos, además de unos 200 animales de otras especies. Esto pese a que, la misma Semarnat informa, en respuesta a una solicitud de información, que sólo tiene 65 animales dados de alta en el inventario de la fundación. Mientras que Profepa, aun cuando en voz de su titular advirtió haber entregado 173 animales a BJWT en, 2015, en respuesta a solicitud de información de febrero pasado, sólo da cuenta de 50 animales, algunos de ellos, como búhos, un cocodrilo y un coyote, que no han salido en las transmisiones recientes de Serio.
Ya en marzo del 2015 –durante una vista previa a su registro como PIMVS, según consta en el oficio SGPA/DGVS/03716/15– la Semarnat advirtió que, con 35 felinos en su poder, BJWT había alcanzado ya su máxima capacidad. A menos que construyera áreas de cuarentena, quirófano y recuperación la fundación no podía recibir más felinos. A la fecha, la fundación no ha acreditado ante las autoridades el cumplimiento de estos requisitos; pese a ello, un mes después de la advertencia, la Profepa trasladó a la fundación tres leones y 12 tigres. Las entregas de animales no se detuvieron nunca.
Hubo algunas advertencias de mayor gravedad. Tras la inspección de Semarnat, se documentó que por lo menos tres de estos animales no podían acreditar su procedencia legal: habían sido facilitados a la fundación por una empresa vinculada a traficantes de animales: Fauna Zoo, una de las principales aliadas de Eduardo Serio para construir su pequeño imperio.
Aunque Serio se refiere a las instalaciones de BJWT como “santuario”, dicha figura no existe en las leyes de nuestro país. La acreditación de santuario la dan organizaciones internacionales, como la Federación Global de Santuarios para Animales (GFAS, por sus siglas en inglés), cuyo proceso para la certificación comienza con una visita al lugar. Después de esta primera visita, la Federación emite recomendaciones individuales que se deben seguir en un plazo determinado y si se cumplen, entonces pueden obtener la nominación.
BJWT jamás nos ha buscado para acreditarse como santuario. Todos esos cachorros y malas prácticas, no los dejarían calificar como santuario”, confirmó Bill Nimmo, en una entrevista concedida en 2017, cuando era director de GFAS. Actualmente, Nimmo es tesorero de GFAS y presidente de la organización Tigres de América.
Una organización que sí es reconocida como santuario es Wildcat Sanctuary, en Estados Unidos, la cual asigna, en promedio, unos 920 metros cuadrados por cada tigre que tiene; 460 metros cuadrados por cada león y puma. En contraste, el hábitat más grande de BJWT mide alrededor de mil 100 metros cuadrados –de acuerdo con testimonios de varios extrabajadores de la fundación, que Pie de Página corroboró en fotos y videos– y allí pueden dormir, por lo menos, 60 grandes felinos adultos.
“Es completamente inaceptable. Eso de ninguna manera puede ser considerado un santuario de felinos”, advirtió, en una entrevista concedida en 2017, Tammy Thies, directora de Wildcat Sanctuary.
A esto se suma otro problema: en su plan de manejo, Serio reporta el mismo tipo de alimentación para cada especie. Además, en los videos que el mismo Serio subía a sus redes sociales era posible apreciar árboles o equipamiento para que las fieras se ejerciten o jueguen:
“Los leopardos suelen estar por encima del piso, en las copas de los árboles. Es un factor de estrés constante restarles esa posibilidad”, dijo Enrique Yarto Jaramillo, con décadas de experiencia en fauna silvestre.
Durante años, Eduardo Serio exhibía cachorros de león, con apenas semanas de nacidos, en un guardarropa. Ahí eran criados. Ese guardarropa no estaba en las instalaciones oficiales de BJWT, sino en el domicilio particular de Serio, en Jardines del Pedregal, al sur de la Ciudad de México.
Se trata de un lugar estrecho, de suelo duro, sin árboles, inadecuado para fauna silvestre. Esto sin mencionar que incumple con su plan de manejo y las mismas leyes ambientales al tener animales aquí y no en las instalaciones oficiales de su fundación.
De acuerdo con Serio, los cachorros vienen de los criaderos de grandes felinos. Pero la explicación suena absurda para Yarto Jaramillo: sería raro que un criadero cediera los cachorros que en un futuro representarán ganancias. Thies, Craig y Nimmo coinciden:
La escuchamos todo el tiempo por parte de personas que explotan animales. La verdad es que la mayoría de las veces, sólo retiran a las crías de la madre. Acariciar a los cachorros es su fuente de ingresos, simplemente”.
Fiona Miles, gerente de Four Paws Animal Welfare Foundation en Sudáfrica, considera que “(los cachorros) son retirados cuanto antes para ser criados a mano. La razón es doble: levantan recursos por la interacción con los humanos y la madre entra en celo nuevamente, así puede tener más crías”.
Otro reconocido animalista internacionalmente es Patrick Craig, de Wild Animal Sanctuary, uno de los santuarios más respetados del mundo. Craig asegura que 99 por ciento de todas las personas que se involucran con animales exóticos son personas que anhelan atención y se dan cuenta de que los animales exóticos les atraen justamente eso.
Si Eduardo Serio deja de tomarse fotos con cachorros, perderá los seguidores y el apoyo corporativo que tiene. En ese momento, las empresas lo abandonarán en un abrir y cerrar de ojos. Pero él está en el lugar perfecto para hacerlo: hay muy poca supervisión de las autoridades en México, así que prácticamente puede hacer lo que se le dé la gana. Profepa y Semarnat tienen a muchos empleados que les importan los animales, pero el sistema legal mexicano es lento y limitado. Un funcionario nos dijo que estaban secretamente investigando a BJWT y habían recopilado evidencia sustanciar de malas prácticas, pero Serio es astuto y se dio cuenta que para seguir operando necesitaba cortejar a las autoridades…”.
Patrick Craig
Si un hombre apareciera en Facebook rodeado de 15 bebés que se arrastran detrás de él, y dijera: ‘estos son mis bebés, los amo’, cualquier persona sensata haría las preguntas correctas, plantea Craig: ¿por qué una persona tiene tantos bebés?, ¿fueron obtenidos de forma legal?, ¿cómo hará para cuidarlos a todos hasta que puedan valerse por sí mismos?
Las críticas no son pocas: tratar a grandes animales silvestres como si fueran domésticos; forzar la convivencia entre especies antagonistas por naturaleza como perros, tigres y leones; falta de espacio y equipamiento que los ayude a tener actividad física. Todos estas son prácticas que pueden generar un estrés excesivo en los animales.
“Serio y su fundación son conocidos como uno de los más grandes explotadores de cachorros y grandes felinos”, dice Tammy Thies, directora de Wildcat Sanctuary, uno de los recintos especializados en felinos con mayor respeto en Estados Unidos.
“La investigación especializada para conocer a los animales como lo hacemos hoy ha tomado años. Es bizarro que llegue cualquier persona sin ninguna formación o conocimiento y multiplique sus ingresos con este absurdo”, opinaba en 2017 Enrique Yarto Jaramillo, entonces presidente de la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especializados en Animales de Zoológico, Exóticos y Silvestres (AMMVEZOO).
A las denuncias de Yarto y Thies se suman las de otros defensores reconocidos, como Patrick Craig, director del Wild Animal Sanctuary en Colorado, Estados Unidos o la de un grupo de conservacionistas, abogados ambientales y activistas, creadores de la página Watchdog BJWT en Facebook dedicada a monitorear –cada hora y desde hace dos años– las actividades irregulares de Papa Bear y su fundación.
No podemos creer que haya llegado tan lejos. La única respuesta es México: BJWT no existiría en cualquier otro país donde se siguieran las normas. Pedimos el anonimato porque Eduardo es un tipo peligroso. Y en cuanto sepa quiénes estamos detrás de él, vendrá por nosotros”.
Es difícil pensar en un hombre que se hace llamar a sí mismo Papa Bear como un hombre violento. De hecho, como Julián Aureliano, Eduardo Serio encarnaba a una especie de gurú evangelista que enviaba bendiciones y mensajes de paz: “Me ha faltado escribirte pero no me has faltado tú. Tú eres yo, ¿cómo podría perderte? Si veo una flor, te veo a ti. Si veo un ave volar, te veo a ti”, escribió en el 2014 a uno de sus seguidores.
Eduardo Mauricio Moisés Serio es su nombre completo. Omite su primer apellido, Moisés, para tomar distancia de su padre: Eduardo Moisés Salomón, quien fue investigado por su relación con el Monexgate –la operación por la que distribuyeron 66 millones de pesos para la presunta compra de votos en favor del PRI, en 2012.
Se hace llamar a sí mismo Papa Bear (Papá Oso). Solía dirigirse con tono mimado a los leones, tigres y panteras que vivían hasta hace poco en su organización, a quienes llamaba kids (niños) o babies, como si en lugar de criaturas salvajes de 300 kilos fueran nenes de tres años.
No es la primera vez que Papa Bear usa las redes sociales para amasar seguidores. Antes, bajo el nombre de Julián Aureliano ya había conseguido congregar a 134 mil seguidores en Facebook por medio de consejos de meditación y autoayuda.
Pero el pacifismo de Papa Bear se resquebraja cuando alguien se atreve a contradecirlo. Testimonios de extrabajadores o personas que han tenido contacto con él lo retratan como una persona agresiva y violenta. Basta que alguien cuestione sus métodos de cuidado animal o que alguno de los empleados no atienda a detalle cada una de sus indicaciones, para que el verdadero Eduardo Serio, “colérico e intolerante”, salga a la luz, describe un exempleado.
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