De acuerdo con la investigadora Silvia Ribeiro, no es la primera vez que este juez mexicano ampara a Monsanto-Bayer para vender glifosato y maíz transgénico en nuestro país
Texto Daliri Oropeza Alvarez
Foto: Juan José Estrada Serafín /Cuartoscuro Archivo
CHOLULA, PUEBLA.- Los 43 juicios de nulidad de empresas de la agroindustria contra el impedimento de importación de glifosato y maíz transgénico muestran que hacen hasta lo imposible para que no haya ninguna forma de limitación para este agrotóxico y los paquetes tecnológicos de su negocio. Así lo expresa Silvia Ribeiro, directora para América Latina del grupo de ETC (Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración).
Francisco Javier Rebolledo, juez Sexto de Distrito en materia administrativa en Ciudad de México, dio un amparo a Monsanto para distribuir glifosato y vender maíz transgénico, y le concede protección. El fallo va en contra del decreto presidencial que prohibe el uso del glifosato rumbo a 2024; y ordena a servidores públicos que “se abstengan de adquirir, utilizar, distribuir, promover e importar glifosato o agroquímicos que lo contengan como ingrediente activo, en el marco de programas públicos o de cualquier otra actividad del gobierno”.
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No es la primera vez que este juez emite una sentencia a favor de la agroindustria. En abril del 2021 ya había concedido a Monsanto-Bayer una suspensión provisional contra el decreto para eximir a esta transacional de la prohibición.
Silvia Ribeiro asegura que “el juez hace eco de la doble moral de Monsanto-Bayer”, y explica que cuando habla de doble moral, se refiere a que esta gigante de la agroindustria tiene a más de 100 mil juicios en Estados Unidos de personas que sufren cáncer u otros daños por uso de glifosato. Ribeiro tiene más de 26 años estudiando los impactos sociales, económicos, ambientales y de salud que provocan los transgénicos, el glifosato y los paquetes tecnológicos de la agroindustria.
Explica:
“Luego de que Monsanto Bayer perdió tres casos emblemáticos por decenas de millones dólares, anunció que ofrecerá 14 mil 500 millones de dólares para compensaciones. En julio 2021 anunció que ya no venderá este agrotóxico para uso residencial, pero sí para uso agrícola.
Silvia Ribeiro
“Al parecer considera que los agricultores son descartables, por lo que pese a las abrumadoras evidencias de daños a la salud, seguirá vendiendo este veneno declarado cancerígeno por la OMS desde 2015”.
De acuerdo con su lectura, a la mayor agroindustria, Monsanto- Bayer, le queda el uso agrícola para vender o importar transgénicos, glifosato, tal como hacen actualmente. ¿Y si ya lo hacen, para qué los amparos? “Lo que quieren es prevenir de que no haya ninguna forma de establecer de que ninguna limitación ni sobre el glifosato, ni sobre el maíz transgénico, ni sobre la importación”, asegura la especialista.
“Es evidente que el juez, cuando dice que no hay que no se han presentado argumentos científicos del daño del glifosato, es un argumento vacío, si alguien tiene argumentos científicos somos los que criticamos a al glifosato, el juez elige omitir las evidencias”, dice.
La Organización Mundial de la Salud tiene investigaciones en animales, no en seres humanos, que demuestran que provocan cáncer.
Ribeiro explica que lo importante de los tres juicios emblemáticos que perdió Monsanto Bayer en Estados Unidos prueban que Monsanto sabía del daño que provoca a la salud el glifosato. Además, entre las pruebas de los juicios, esta giganta de la agroindustria le paga a científicos para escribir pseudo artículos:
“Son emblemáticos porque ellos pierden los tres juicios. Los abogados demuestran que Monsanto sabía que era cancerígeno, es por eso que lo pierde. ya lo sabía y de todas maneras seguía vendiendo. Pierden por muchos millones de dólares, todavía están ajustando las cifras de indemnización de los tres casos. Desde entonces Bayer toma una iniciativa de hacer acuerdos por miles, 10, 12 , 14 ahora 16.500 millones de dólares para hacer acuerdos fuera de juicio. Para no seguir adelante con juicios porque porque trata de evitar pagar más por indemnizar, y la mala propaganda que significa cada nueva pérdida del juicio”.
Hay que ir hacia una eliminación del glifosato , de acuerdo con Ribeiro, quien enuncia que hay estudios recientes del 21 y 22, que dan cuenta que realmente el impacto de los agroquímicos ese sobre la salud, sobre el ambiente, toda la biodiversidad y dan cuenta que además el glifosato tiene un impacto en muy grave en la en la microbiota. Recuerda que su prohibición es la tendencia a nivel global.
El uso extendido de glifosato tiene efectos, por ejemplo, en la destrucción de la microflora, la cual tiene un valor fundamental porque hace que funcione el sistema inmunológico de la gente. Entonces si tú pones esto en el contexto de las pandemias, y de las nuevas pandemias en donde la mortalidad está vinculada al sistema inmunológico, recordemos el glifosato va directamente a debilitar el sistema inmunológico”.
Silvia recuerda que la posición de la Red en Defensa del Maíz es que el decreto, se queda corto para blindar al maíz e impedir su importación como prohibir su uso, por el modo en que especifican su prohibición solo en el sector público.
La mayoría de las empresas que interpusieron juicios son transnacionales que controlan los agroquímicos.
“Ha quedado completamente al descubierto que Monsanto Bayer no tiene ningún escrúpulo, que lo que están defendiendo es, su ganancias, al poner en riesgo a toda la población. Y qué pasa, aún peor relacionado a lo que está pasando en México”.
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De acuerdo con un reportaje de Contralínea, son 43 juicios de nulidad contra la Semarnat que interpusieron empresas entre las que están Monsanto Comercial, S de RL de CV; Química Lucava, SA de CV; y Síntesis y Formulaciones de Alta tecnología, SA de CV, Dow Agrosciences de México, SA de CV; Vitacultivos, SA de CV; Agroquímicos Versa, SA de CV; Helm de México, SA de CV; Paloquimia, SA de CV; y Pilarquim de México, SA de CV.
En un comunicado, la Semarnat 15 de julio de 2022, la dependencia mostró su desacuerdo por el amparo concedido a Monsanto-Bayer informó que impugnará la decisión de Francisco Javier Rebolledo mediante un recurso de revisión,que deberá resolver un Tribunal Colegiado.
Por su parte, la organización Sin maíz no hay país, destacó que la resolución a modo y en favor de los intereses de Bayer-Monsanto es una amenaza para la soberanía alimentaria.
“Consideramos que la suspensión provisional que concedió a Bayer-Monsanto prioriza los intereses económicos de una empresa que ha afectado la salud de millones de personas en el mundo”, dice un comunicado de Sin Maíz No hay País.
Señala que el mismo juez reconoce en la sentencia que la autoridad le aportó bibliografía y artículos científicos sobre lo que él califica como un “posible riesgo” del glifosato y el maíz transgénico, sin embargo, “sin un argumento jurídico robusto, decidió ignorarlos”.
Además, el juez cita el principio precautorio “pero lo interpreta de manera errónea”, incumpliendo su obligación de proteger derechos humanos de la población, como a la salud y al medio ambiente sano.
Desde 2020, la Campaña y otras organizaciones demandaron la rectificación del juez Rebolledo.
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