10 junio, 2022
Actualmente se han profundizado tendencias regresivas racistas: prácticas, métodos y enfoques. Por ejemplo, la legitimación de los discursos de odio desde el discurso oficial; la criminalización de los liderazgos, en particular los liderazgos afrofeministas: un genocidio negro. Así lo advierte La doctora Campoalegre Septien
… y me niego absolutamente
a ser parte de los que callan
de los que temen
de los que lloran
porque
me acepto
rotundamente libre
rotundamente negra
rotundamente hermosa.
Texto: Edith Victorino
Fotos. Fernando Santillán
CIUDAD DE MÉXICO.- Feminismos y disidencias son parte de los ejes temáticos de las discusiones en #Clacso2022.
Rosa Campoalegre Septien, afrocubana y afrofeminista, coordina la cátedra y del grupo de trabajo: Afrodescendencias, propuestas contrahegemónicas del evento.
En el día previo a la conferencia, presenta el taller “¿Qué son los feminismos negros?” para 18 personas: 14 mujeres, 3 hombres y una persona no binaria.
Al final, acepta una charla con Pie de Página, donde parafrasea a Angela Davis: “En una sociedad racista no basta con no ser racista, hay que ser antirracista.”
–¿Por qué es importante hablar de afrofeminismos?
–Porque no somos invisibles, porque somos hijas de una historia ancestral, porque nuestras abuelas, nuestras madres hicieron importantes contribuciones a todas las naciones latinoamericanas y afrocaribeñas. Porque hay un tesoro desconocido que son los saberes que hemos acumulado las negritudes a lo largo de la historia, porque somos país, porque somos nación. Porque las mujeres negras estuvimos en la primera línea también, con otras mujeres rescatando la medicina ancestral para curar en las comunidades, saliendo a la calle, desafiando a la pandemia para llevar el sustento a nuestras casas. Hay un pensamiento negro afrofeminista que es básico para políticas de igualdad.
Campoalegre habla de debates epistémicos, prácticas en cimarronaje y desafíos políticos en postpandemia. Aborda los retos de la agenda antirracista, destacando que son las estructuras de las sociedades las que no permiten avanzar hacia los objetivos de reconocimiento, justicia y desarrollo.
–¿A qué te refieres cuando hablas de la pandemia racializada, feminizada y feminicida?
–Cuando la pandemia comenzó, se extendió el mito de que era un virus democrático que afectaba a todas las personas por igual y que era mortal. Demostramos desde el grupo del trabajo de Afrodescendencias de la Clacso en la serie temática pandemias racializadas que eran pandemias en plural porque se enlazaban con pandemias preexistentes, como el hambre, la precariedad del empleo, el drama migratorio, el drama de las viviendas. Todos estos temas se enlazaron y fortalecieron la pandemia; hicieron que en perspectiva interseccional su impacto fuera profundamente desigual y fuimos nosotras las negritudes y en particular las mujeres y las niñas, las principales víctimas de la pandemia. Pero también somos la alternativa, por las estrategias y las tecnologías de resistencia que desarrollamos para afrontarla. Pero además, son feminicidas porque hay una pandemia en sombras, es la guerra contra las mujeres, diría Rita Segato. En pandemia nos siguen matando por el hecho de ser mujer, así que, la pandemia nos dejó a solas en nuestras casas con nuestros agresores; la pandemia también privó del apoyo social y comunicacional para evitar, prevenir y apoyar. En la pandemia hemos vivido un crecimiento exponencial de los feminicidios.
-Planteas la reconfiguración del racismo, ¿esto qué significa?
-Significa que se han profundizado tendencias regresivas: prácticas, métodos y enfoques. Como la legitimación de los discursos de odio desde el discurso oficial; la criminalización de los liderazgos, en particular los liderazgos afrofeministas a lo que hemos llamado genocidio negro. También existe el desmantelamiento de las instituciones y de la cobertura social y política a las negritudes que plantea nuevos retos a la agenda antirracista y decimos, como Mandela: los viejos métodos hoy, son suicidas”.
-¿Qué le dirías a la población mexicana?
-Le diría que en la lucha contra el racismo, hay que rebasar la línea del color, no es un asunto solo de negros; no solo es un asunto de personas racializadas, es un asunto de razón, de justicia y sobre todo es un asunto de Derechos Humanos. Si usted es una persona digna y respetuosa de los derechos humanos, la mirada también tiene que centrarse en los racismos, porque hay muchos; algunos pasan como de costumbre, naturalizados y los imaginarios sociales los reproducen día a día.
Antes de despedirnos, recita: “Nosotras las mujeres afro seguiremos siendo rotundamente negras, me niego a ser parte de los que callan, no callaremos”, en referencia al poema, Rotundamente negra de Shirley Campbell.
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