27 mayo, 2022
Por más de 60 años, el pueblo Wixárika mantiene como herencia el reclamo de 11,500 hectáreas que les arrebataron a modo de guerra. En la última batalla, caminan hasta la capital del país para reclamar al presidente que se hagan valer los 13 fallos judiciales que ordenan la restitución de las tierras, hoy en manos de ganaderos de Nayarit y Jalisco
Texto: Daliri Oropeza
Fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.- Luciana Mijares porta un venado blanco de chaquira en el pecho. Es del Consejo de Ancianos del pueblo Wixárika. Caminó desde San Sebastián Teponahuaxtlán en sandalias. No le importó la lluvia o el calor extremo. Al llegar a la Basílica de Guadalupe, se le salen las lágrimas y se desborda la emoción en su rostro. Dice: «mi pueblo está lejos».
Es una mujer de edad avanzada. Recuerda el arrebato de tierras como una guerra que les hicieron ganaderos de Nayarit y Jalisco. Son 11 mil 248 hectáreas que les invadieron hace 60 años. Lo lamenta por su familia, a quienes ve sufrir. Camina con 200 comuneros más. Exigen la restitución de sus tierras a los pueblos de San Sebastián Teponahuaxtlán y Tuxpan de Bolaños, Jalisco. Además, las consideran sagradas, herencia ancestral. Realizan esta protesta en caravana de más de 900 kilómetros a pie.
Día y noche hacen una ceremonia. Se guían por el fuego y el sol. Con sus pasos hacen retumbar la exigencia de restitución de tierras. Ofrendan sus callos y sus pasos a la Tierra. Luciana es parte de las autoridades wixárikas caminantes guiadas por la espiritualidad y la palabra colectiva de la asamblea. Reconocida como líder a quien las personas acuden para solicitar apoyo o consejo.
Llegan a la basílica de Guadalupe, lo pidió el cantor tradicional o marakame. Ahí realizarán una ceremonia por la mañana. Llevan 32 días ininterrumpidos de viaje con intervalos de descanso. Desde el 25 de abril no pararon aún con el cansancio, las enfermedades, o el clima extremo. Les llovió en Bolaños, Jalisco, mientras estaban en la pausa a lado del río. Luego el 10 mayo día de las madres en Ocotlán. Después, una abundante lluvia en Zinapécuaro, Michoacán.
Los 200 comuneros colocaron una madera, palo o tronco que encontraron en el parque del Mestizaje, a un costado de la basílica donde pernoctan. Ahí encienden el fuego. Luciana explica que al llegar ofrendan la madera al lugar que llegan para que les reciba con bien esa tierra. La comunicación con Luciana es posible gracias a la traducción de Feliciana González, otra mujer caminata que denuncia que les han ignorado e invisibilizado pese a tener títulos virreinales de sus tierras y juicios a su favor.
Un acuerdo de asamblea y el propósito de recuperar la totalidad de su territorio les trajo a la ciudad para exigir directamente al presidente Andrés Manuel López Obrador que resguarde los sitios sagrados ancestrales wixárica como se comprometió en marzo de este año en una reunión con autoridades tradicionales y comuneros wixaritari de Jalisco, Nayarit y Durango. Así nació la Caravana Por La Dignidad Y Conciencia Wixárika.
San Sebastián Teponahuaxtlán y Tuxpan de Bolaños se titularon el 15 de julio de 1953. Cuentan con una Resolución presidencial publicada en el Diario Oficial de la Federación el 19 de septiembre de ese año. Con ella les reconocieron 240, 447 (doscientas cuarenta mil cuatrocientos cuarenta y siete hectáreas).
Aún así, ambos pueblos wixárikas ya contaban con un título virreinal con fecha de 1718 firmado por la corona española en el cual ya había reconocido su territorio.
Históricamente, los pueblos Wixárikas de la región que comprende tres estados, Nayarit, Jalisco y Durango, han sido invadidas. Sin embargo, han recuperado las tierras por la lucha constante que han emprendido, asegura Carlos González, abogado de los pueblos caminantes.
“Este esfuerzo es único. Mientras por todas partes destruyen la naturaleza, la madre tierra, con la caravana llevan la esperanza de nuestros pueblos para proteger, amar ,esta naturaleza que estamos desgarrando en todos lados”, dijo González en conferencia.
La batalla que ahora dan a pie es porque San Sebastián Teponahuaxtlán y Tuxpan de Bolaños son los únicos dos pueblos donde persiste el despojo de tierras, incluso le denominaron la zona denominada «el triángulo», de aproximadamente 800 hectáreas entre Puente de Camotlán ( 800 hectáreas) y Huajimic (10, 448 hectáreas), Nayarit. Se suma también el conflicto de límites estatales entre Jalisco y Nayarit.
Desde el 2007, ambos pueblos demandaron ante el tribunal unitario agrario, Distrito XVI de Guadalajara. Los tribunales han fallado a favor de la comunidad, habiéndo agotado todas las instancias legales, durante los años 2016 y 2017. Actualmente existen 16 expedientes en la etapa de ejecución, mismos que los tribunales se han negado a ejecutar, recuerda Carlos González, abogado agrario.
Carlos explica que hay 35 sentencias a favor del pueblo Wixárika, 4 ejecutadas donde hubo restitución, 13 para ejecutar que ordenan la restitución de tierras y 18 recientemente interpuestas.
“Entre los años 2000 y 2005 se habían logrado recuperar más de 25 mil hectáreas, más unas 7 mil hectáreas en la zona de Bajío y Barranca del Tule. Los magistrados y autoridades agrarias del gobierno federal de entonces nos explicaban que los asuntos pendientes con ganaderos vecinos del poblado de Huajimic se podían y debían resolver en los tribunales por la vía de la restitución de manera rápida y expedita porque contenían los mismos elementos jurídicos que los más de 150 juicios sobre 270 predios que ya se habían resuelto contra Puente de Camotlán”, de acuerdo con lo publicado por Ramón Vera Herrera, Evangelina Robles y José Godoy en La Jornada.
En el antimonumento 43, dieron una conferencia Oscar Hernández Hernández – presidente del Comisariado de Bienes Comunales, Sitlali Chino Carrillo, presidenta de la Concertación Agraria, y Carlos González García, abogado de la comunidad.
“Desde hace ya muchos años tenemos este problema de nuestras tierras, queremos la restitución de ellas, la comunidad emitió demandas y los tribunales nos han dado el fallo a nuestro favor hay sentencias ganadas sólo hace falta ejecutar”, aseguró Oscar Hernández, presidente del Comisariado de Bienes Comunales.
Sitlali Chino asegura que están cansados de caminar, pero «aquí estamos resistiendo por las tierras que por ley y herencia nos corresponden. Esta lucha también es de mujeres, estamos aquí defendiendo nuestro territorio. No más pueblos indígenas silenciados”, dijo con el micrófono en mano.
Caminaron por todo Jalisco, llegaron a Guadalajara y dieron conferencia de prensa. Pasaron también por el poblado de Estación de Queréndaro en el Municipio de Zinapécuaro, Michoacán con el Consejo Supremo Indígena de Michoacán. Atravesaron por Toluca, y la marquesa, Estado de México, con los Consejos indígenas Yühú de Ndöngü y Mbatha (La marquesa y acazulco), Colectivo Tõni Modi te Yu Nguani. Silvana recuerda cómo le dieron fruta y los recibieron muy bien en todas las comunidades donde pernoctaron.
En esta batalla contra los mestizos invasores, los pueblos wixárika van un paso al frente.
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