26 mayo, 2022
La presunta desaparición del niño irapuatense reveló en los días siguientes en voz de su madre, testigos y familiares por la vía paterna la violencia infligida por el policía Ángel Barrón, reportada en incontables ocasiones al DIF y Seguridad Pública, lo que no salvó su vida; su hermano menor está desaparecido
Texto y fotos: Edith Domínguez / PopLab*
GUANAJUATO.- ¿Dónde está el cuerpo de Juan David?
El niño de 11 años habría sido asesinado a golpes por su padrastro Ángel Barrón García, elemento de policía municipal activo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Irapuato, quien por años le infligió violencia familiar cotidiana. Vecinos lo reportaron repetidamente a la propia Policía y al DIF Municipal y personal de ambas instancias acudió más de una vez a conocer la situación, pero nada cambió para Juan David.
El homicidio fue revelado públicamente por la madre del niño el martes 24, diez días después de que acudió a denunciar la supuesta desaparición de su hijo -obligada por su pareja, dijo-. Un día antes de denunciar, la mujer había visto al policía meter el cuerpo del niño en bolsas de plástico y llevárselo de su casa, para inhumarlo en algún lugar desconocido.
Miguel Ángel Barrón García egresó de la Academia de policía en 2018; su pareja sentimental afirma que antes fue agente ministerial en la Fiscalía General del Estado. El policía municipal fue detenido por excompañeros y presentado en audiencia ante un juez penal; es imputado como presunto responsable de desaparición forzada y violencia familiar; los restos del niño no han sido encontrados hasta ahora. Su hermano menor, Dylan Giovanni de seis años de edad, también fue reportado desaparecido.
La detención del policía preventivo y su presunta responsabilidad por este homicidio fue ocultada por la propia Secretaría de Seguridad Pública Municipal y por la Fiscalía General del Estado, que se negaron a informar a POPLab sobre la situación de Ángel Barrón (aprehendido desde el 19 de mayo), hasta el mismo martes 24, cuando la alcaldesa Lorena Alfaro habló del tema mientras reporteros le preguntaban sobre otro caso de abuso policiaco.
Lo cierto es que durante mucho tiempo antes de su asesinato, los gritos de dolor de Juan David Martínez Bonilla se perdían entre la música metalera que sonaba de la bocina que a propósito era colocada en la ventana de la casa con el número 884-B de la colonia Urbi Villas del Rey en Irapuato. La bocina permanece allí todavía. La música constante era para los vecinos la alerta de que comenzaban los golpes.
A esta casa, personal del DIF Municipal de Irapuato acudió al menos tres ocasiones tras las denuncias de los vecinos, pero no actuaron. Oficialmente, el DIF Municipal reconoció que fue hasta el 16 de mayo que inició una investigación, informó el director general del DIF y secretario técnico del Sistema Municipal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) de Irapuato, Alejandro Jiménez.
En otras ocasiones, acudieron también policías municipales en respuesta a las llamadas de reporte de vecinos al 911 pero “los policías terminaban saludando y riendo con el padrastro”, o simplemente no llegaba nadie.
El viernes 13 de mayo, el policía Miguel Ángel Barrón García comenzó a golpear con el puño cerrado a su hijastro Juan David, una vez más, luego de que le ordenó que llenara unos botes con agua y el niño se negó a obedecerlo, según relató en entrevista Reyna María de los Ángeles Bonilla Reyes, madre de Juan.
“Lo asesina con puro puño, le empezó a pegar en el estómago”, dijo Reyna, quien relató que ella fue obligada a encerrarse en un cuarto de la casa “para que no viera nada”. Después hubo silencio, su marido entró y “me dijo que se le había pasado la mano con mi niño”.
Aunque en una primera versión, la madre contó que había bañado a los dos niños y estaban en el cuarto cuando Ángel comenzó a golpear a Juan David:
“Cuando él (Miguel Ángel Barrón Garcia) le quita la vida, a mí me tenía encerrada, amenazada que si me salía me quitaba a los niños. No lo golpeó en presencia mía”.
Reyna María de los Ángeles.
Al salir del cuarto, la mujer vio al niño aún con vida. Después de media hora, dejó de respirar. “Cuando ya vi, él lo tenía en el suelo, cuando salí a ver lo tenía en el suelo golpeado; lo vi, lo agarré del estómago para ver si tenía pulso y sí tenía”. Presuntamente, en ese momento le pidió a su pareja que solicitara una ambulancia, pero ninguno de los dos lo hizo. En cada momento de la entrevista, la mujer aseguró que “quería avisarle a alguien pero siempre me tuvo amenazada”.
Según su narración, el policía metió el cuerpo del niño en bolsas de plástico negras, se lo llevó y regresó sin ellas después de una hora y media, aproximadamente. Esto quedó registrado en videos grabados desde cámaras de vigilancia cercanas a la vivienda, en los que se ve que el hombre salió de la casa en la madrugada con las bolsas. Los videos le fueron mostrados a Reyna por personal de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía.
Al día siguiente, sábado 14, Reyna se presentó ante la Fiscalía General en Irapuato, donde reportó la supuesta desaparición de su hijo Juan David de 11 años de edad. Allí dijo que el niño se habría salido por entre los barrotes de la ventana en la entrada principal a una hora de la noche y que cuando ella se levantó, a las nueve de la mañana, su hijo ya no estaba. Luego, afirmó que Juan David podría estar con su padre biológico.
Hasta el domingo 15 de mayo, sin embargo, fue activada la alerta Ámber para la búsqueda del niño, cuyas señas particulares -proporcionadas por su madre- fueron “una cicatriz en la frente de lado derecho y una cicatriz en la barbilla de lado izquierdo”.
Ese domingo 15 de mayo, las sospechas ante las versiones del abuso físico por parte del padrastro comenzaron a circular entre familiares y vecinos.
Agentes de la Fiscalía General comenzaron a recorrer la colonia y las zonas aledañas, el río que cruza la colonia, lotes baldíos, caminos de terracería y el basurero que se ubica en la entrada de la colonia que está a los pies del cerro. Pero no era ya una búsqueda en vida, sino de los restos del niño.
De acuerdo con la versión de Reyna, la violencia contra Juan David por parte de su padrastro comenzó cuando tenía al menos nueve años. El niño les había dicho que era su deseo regresar con su padre biológico y esto fue un pretexto usado por Ángel para golpearlo de tal manera que le rompió un brazo, mismo que le inmovilizaron, pero sin llevarlo al médico.
El 23 de abril hubo un festejo de cumpleaños para un niño de la colonia y como era costumbre, se invitó a todos los vecinos de la calle Gran Canaria. Sentado detrás de la ventana de su casa, encerrado junto con su hermano menor, Juan David pidió a unas personas que pasaban un plato de comida. No era la primera vez; cuando le entregaron el plato, el niño se bajó el cubrebocas y le vieron sangre en el oído y un labio partido, que le habían cosido.
La madre de Juan David corroboró este testimonio de los vecinos y que fue Ángel quien le cosió el labio con aguja e hilo que tenían en la casa.
Los vecinos le preguntaron al niño si su padrastro lo había lastimado, pero como solía hacerlo, Juan David lo negó y afirmó que se había peleado con unos amiguitos, aunque todos sabían que al niño no lo dejaban salir a la calle.
Los vecinos a lo largo de la calle también sabían cuando el niño era violentado de manera brutal y de diversas maneras: escuchaban la música metalera a todo volumen que salía de la bocina pequeña que era colocada en la ventana abierta de la casa, y que acallaba los gritos de Juan David.
Hacía más de un año que los familiares paternos de Juan David lo habían visto por última vez. Un tío de Juan David relató a POPLab que al encontrarse con su sobrino con el brazo vendado, le preguntó que le había pasado y el niño le respondió que se había caído y le creyó. El 15 de mayo supieron que Juan David estaba desaparecido porque elementos de la Fiscalía se presentaron en casa del papá y lo llevaron al Ministerio Público, debido a que Reyna había sugerido que el niño podría estar con él.
Por este cotidiano maltrato al que era sometido Juan David, varios vecinos llamaron incontables ocasiones al 911; policías municipales se presentaron varias veces en la casa en respuesta a los reportes, pero los agentes terminaban riendo y saludando a su compañero el policía municipal. No se supo de ninguna ocasión anterior en que hubiera sido detenido o investigado formalmente por la violencia familiar ejercida contra el niño.
Vecinos relataron a POPLab que, por lo menos desde el año pasado y en lo que va del presente en tres ocasiones personal de DIF Municipal acudió a la casa, pero nada pasó, pues la vida siguió igual para Juan David.
Incluso, los testimonios refieren que varias veces el policía salió a la calle con un machete pegándole al piso y gritando al aire que no le podían hacer nada.
Los mismos vecinos refirieron que la violencia familiar se conoció desde que Ángel y Reyna llegaron a vivir -con los dos hijos de ella de una pareja anterior- hace aproximadamente 5 años a la colonia Urbi Villas del Rey. Muchas veces desde la ventana el niño pidió comida, aunque este fue también un pretexto del policía para hacerlo objeto de vejaciones.
En entrevista una vez que se difundió la presunta desaparición de Juan David y su situación en el hogar, el director general del DIF Municipal de Irapuato y secretario técnico de Sistema de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) local Alejandro Jiménez negó que se cometieran omisiones por el personal del DIF municipal en el conocimiento de la violencia sufrida por el niño. Según su versión, hasta el 16 de mayo la institución recibió “una denuncia anónima”.
—¿No tenían expediente previo?
—No, no teníamos ningún expediente antes. La denuncia formal la tenemos el 16 de mayo.
—¿No tienen datos de las visitas (reportadas por los vecinos) del personal del DIF municipal?
—Si llegáramos a tener alguna otra denuncia de manera anterior lo haremos de conocimiento, pero la del 16 de mayo la que tenemos pendiente.
Luego, el funcionario abundó:
“El niño desapareció el día 14; sin embargo, ya al sistema DIF municipal nos llega una denuncia anónima hasta el día 16 sobre el maltrato hacia Juan David. Quien atiende este tema es la Procuraduría de Niñas Niños y Adolescentes; ellos al momento de recibir una denuncia generan la ficha para comenzar el trabajo o proceso interno. Desafortunadamente, en este momento al no saber del paradero de Juan David, no podemos iniciar el proceso; al momento de que se identifique, se rescate el niño o se encuentre nos acercaremos, porque está la denuncia”, explicó.
Alejandro Jiménez incluso invitó a la ciudadanía a confiar en las autoridades del municipio.
«Hagan estas denuncias aunque sean anónimas para que nosotros podamos atender; si no contamos con denuncia es complicado que nos demos cuenta de niños, niñas y adolescentes que estén viviendo una situación de violencia. Cuenten que vamos hacer y contar con los protocolos”.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana de Irapuato también fue omisa -asumen los vecinos- por las muchas llamadas al 911 que realizaron para denunciar los maltratos; algunas veces llegaron a atender el reporte, en otras ya no se presentaban.
A través del área de comunicación social de la Secretaría se solicitó entrevista con el secretario de Seguridad Ciudadana, Ricardo Benavides, para saber la situación del policía Ángel Barrón García ante los diversos reportes del presunto abuso contra su hijastro, así como del desempeño del preventivo. Después de varios días, la única respuesta fue que “No se tolerará que algún elemento transgresor de la ley”.
El martes 24, la alcaldesa Lorena Alfaro reveló que el policía Angel Barrón estaba detenido, aunque lo soltó cuando se le había preguntado sobre otra denuncia por un abuso policiaco:
“Tenemos también en este momento en investigación al policía que también fue señalado como padrastro de un joven que lo estuvo maltratando y estamos tomando cartas en el asunto y de hecho está en la cárcel”.
Ángel Barrón García fue detenido el pasado 19 al salir de turno de la Policía Municipal, en la calle Teresa Vara de la colonia Morelos. El área de comunicación social de la Fiscalía General de Guanajuato respondió con un ambiguo mensaje sobre el caso.
“Por el momento preparan los elementos probatorios en esta investigación actualmente en proceso, y en su momento se difundirán mayores detalles, esperemos hasta que nos generen los contenidos que sean legalmente posible para difundir”.
Fue hasta que la alcaldesa Lorena Alfaro ventiló la detención cuando la Fiscalía no tuvo más remedio que confirmarlo. “Se cumplimentó la orden de aprehensión, ahora vamos a checar que sea validada por el Juez de Control y después si ya se realizó o se va a realizar la audiencia de formulación de imputación y vinculación a proceso”.
Pero el hombre a esas alturas ya había sido presentado ante el juez, y debido a que solicitó la duplicidad del plazo constitucional, la audiencia se reanudaría el miércoles 25.
La madre de Juan David denunció que los policías ministeriales se la llevaron retenida y que fue torturada por éstos, quienes le taparon la cabeza con una bolsa de plástico mientras la golpeaban.
Después que se enteraron de que Juan David estaría desaparecido, la familia paterna del niño organizó varias marchas desde el domingo 15 para exigir que fuera localizado; además exigieron que se investigara al padrastro y a la madre, tras conocer las denuncias de los vecinos.
Los mismos vecinos al conocer la desaparición del menor comenzaron a buscarlo. Ahora, tras la declaración de la madre del niño sobre la forma en que murió, intentan encontrar el cuerpo de Juan David. A esta labor se sumaron familiares de personas desaparecidas del colectivo Hasta Encontrarte.
Hasta este miércoles 25, la búsqueda no ha tenido éxito.
La tarde del miércoles, agentes de investigación criminal de la Fiscalía General del Estado acudieron a inspeccionan la casa donde vivió Juan David con su familia, a pesar que desde que comenzó la búsqueda ya habían inspeccionado ahí.
Cerca de las 17:00 horas, salieron los elementos de la fiscalía del domicilio, luego de escarbar con palos y picos en el patio trasero de esa propiedad, así como en el patio de la casa del lado derecho; trascendió que no encontraron nada, versión que dieron a un tío del niño asesinado.
Por otra parte, sigue la búsqueda del cuerpo de Juan David, padre biológico y su abuelo encabeza en la búsqueda; los acompañan familiares y amigos.
En las próximas horas se estará realizando la audiencia del caso en el Poder Judicial, donde se determinará la situación jurídica del padrastro, Miguel Ángel.
En la audiencia de formulación de imputación que se reanudó a las 19:30 horas de este miércoles, la jueza consideró como dato de prueba la ampliación de declaración de Reyna Bonilla, madre de Juan David -presentada después de que denunció la desaparición del niño- en la que dijo que entre la medianoche y la una de la mañana del viernes 13 de mayo, Ángel Barrón despertó al niño y les dijo que lo llevaría con su padre biológico.
Renuente, Juan David salió de la casa con su padrastro, quien regresó alrededor de las 4:30, sin el niño, y le dijo a Reyna que el niño se había escapado corriendo; Ángel llegó con el pantalón, camisa y ropas llenas de tierra. Este dato de prueba respaldó la decisión de la jueza de vincular al preventivo a proceso por el delito de desaparición forzada agravada y violencia familiar.
Este último delito fue sustentado con varios datos de prueba, entre ésos la declaración de la madre sobre el maltrato físico y verbal al niño, así como la localización de unas libretas en las que el padrastro obligaba a Juan David a llenar planas con frases de que se debía comportar mejor.
La jueza también escuchó otros testimonios que describieron cómo Ángel golpeó hasta sangrar a Juan David con un cinturón, así como del abuelo materno y el tío paterno, quienes declararon que vieron los golpes en el cuerpo del menor.
La defensa del inculpado solicitó que la detención se decretara ilegal, al argumentar que Ángel Barrón García fue detenido primero por delitos contra la salud (al portar droga, delito por el que no se presentó al juez) y después fue detenido una segunda ocasión por los delitos que hoy se le imputan. La jueza desestimó ese argumento y dijo a la defensora particular del policía que si se considera que se violentaron sus derechos humanos, podrían acudir con la autoridad competente.
El preventivo permanecerá en prisión preventiva, y la investigación complementaria llevará cuatro meses más.
*Esta nota fue realizada por POPLAB, integrante de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.
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