El informe de DNV sobre el colapso de la Línea 12 podría generar un choque de trenes y anticipar la contienda interna en Morena. Lo que hoy es un juego sucesorio soterrado podría convertirse en una confrontación abierta
Twitter: @chamanesco
Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard viajan en el mismo tren rumbo al 2024.
Esta semana -como todas las semanas- han hecho patente su deseo de encabezar a Morena en las próximas elecciones presidenciales.
Hiperactivos y militantes, tanto la jefa de Gobierno de la Ciudad de México como el secretario de Relaciones Exteriores han decidido jugar el juego sucesorio del presidente Andrés Manuel López Obrador, aplicando en sentido inverso la máxima priista de “el que se mueve no sale en la foto”.
En la 4T, que en otras cosas parece reeditar las viejas costumbres del presidencialismo del siglo XX, ocurre exactamente lo contrario: aquí, sólo los que se mueven salen en la “selfie”.
Por ello, parece preciso celebrar todos y cada uno de los anuncios y acciones del presidente, secundar las declaraciones hechas en las mañaneras, darle retuit a los mensajes del gobierno federal -tengan o no que ver con su función- y hacerle guiños a los más radicales del partido.
Se intuye que la decisión final -que sin duda será tomada por el presidente, como en los viejos tiempos- estará antecedida por una o varias encuestas, de esas que Mario Delgado ha utilizado para ungir a las candidatas y candidatos de Morena en las elecciones estatales.
Por ello es necesario el híper activismo, las giras, los eventos públicos, el boletín de cada una de las acciones de su responsabilidad, la foto con el “pueblo”, la sonrisa permanente, sobre todo si se está en compañía de López Obrador.
Eso explica, por ejemplo, que ambos presidenciables hayan salido a aplaudir la iniciativa de reforma electoral de López Obrador que, de aprobarse, crearía nuevas reglas para los comicios del 24, en los que sueñan ser candidata y candidato.
Escribió Sheinbaum en su cuenta de Twitter el 28 de abril: “El presidente @lopezobrador_ presentó una reforma al sistema electoral que ahorra 20 mil millones de pesos, desaparece plurinominales, propone voto electrónico y elección de los consejeros, entre otras virtudes. Fortalece la democracia y disminuye el costo para el pueblo (aplausos)”.
Celebró Ebrard el mismo día y por el mismo canal: “La reforma política propuesta por el Presidente López Obrador reduce de 500 a 300 la diputación y establece elección directa por la ciudadanía del presidente y consejeros electorales. Significaría un ahorro de 24 mil millones de pesos y ensanchar la democracia directa. Bien!!”.
Ambos dicen avalar el nuevo marco legal diseñado y redactado por Pablo Gómez y Horacio Duarte, para la organización de las elecciones, la representación legislativa, el financiamiento de los partidos y el modelo de comunicación política.
Pero… ¿realmente creen que las nuevas reglas les van a ayudar a ganar la Presidencia en 2024, o su gesto es sólo para no quedarse fuera de sintonía con su líder político?
Quizás sus equipos piensan sinceramente que es oportuno respaldar la idea presidencial de modificar las reglas electorales cuando faltan dos años para los comicios.
O quizás no se han dado cuenta de que una mala reforma -mal negociada, mayoriteada, no consensuada, redactada sobre las rodillas y puesta a prueba directamente en la próxima elección presidencial- podría ser el origen de un mal 2024 o de un conflicto postelectoral que, como ocurrió en 2006, es el principio de un sexenio fallido.
Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard pisan el acelerador. El senador Ricardo Monreal se ha rezagado evidentemente en los afectos del primer mandatario. Y Adán Augusto López sigue pareciendo sólo un plan B en caso de emergencia.
Seguramente, todos ellos se mantendrán en la lógica de moverse para salir en la foto final, la de la candidatura.
Sheinbaum y Ebrard tendrán muchas semanas como ésta que concluye: con muchos eventos, fotos y giras, ya sea delegacionales, internacionales, o apoyando a candidatas y candidatos de Morena en los estados.
Aprovecharán cada acto y cada discurso para tratar de apuntalar su proyecto, y exprimirán hasta el último segundo las ocasiones en las que puedan aparecer cerca de López Obrador.
Necesitarán agenda, equipo, apoyos partidistas, recursos, suerte y muchas oportunidades de lucimiento.
Pero, también, saldar las deudas del pasado; la más pesada, sin duda, la del colapso de la Línea 12 del Metro que provocó la muerte de 26 personas.
No es un buen precedente el rechazo de la jefa de Gobierno al último informe de la empresa noruega DNV. No huele bien que su reacción haya sido descalificarlo totalmente, argumentando poco profesionalismo y un intento de politizar el peritaje.
Si los informes previos ya habían señalado que las causas del colapso son estructurales, y por lo tanto atribuibles a quienes construyeron la obra -cuando Marcelo Ebrard era jefe de Gobierno-, ¿en este nuevo informe se apuntaba más hacia el mantenimiento y, por tanto, a la responsabilidad de la actual administración?
Eso sólo se sabrá si el informe se hace público, pero el gobierno de Sheinbaum tratará de impedir que ello ocurra.
El contenido del informe podría generar un choque de trenes y la anticipación de la contienda interna de Morena, con declaraciones y descalificaciones abiertas entre ambas precandidaturas.
Lo que hoy es un juego sucesorio soterrado podría convertirse en una abierta disputa que podría fracturar al partido -y al gobierno- del presidente, cuando aún faltan 754 días para la gran cita electoral.
Además, la Línea 12 seguirá siendo el tema de mayor cuestionamiento para la jefa de Gobierno y el ex jefe de Gobierno. Sin duda, la oposición lo usará para tratar de descarrilarlos.
El tren del 2024 podría colapsar para uno de los dos… o para ambos.
Periodista desde 1993. Estudió Comunicación en la UNAM y Periodismo en el Máster de El País. Trabajó en Reforma 25 años como reportero y editor de Enfoque y Revista R. Es maestro en la UNAM y la Ibero. Iba a fundar una banda de rock progresivo, pero el periodismo y la política se interpusieron en el camino. Analista político. Subdirector de información en el medio Animal Político.
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