En Yucatán, la falta de transparencia de autoridades estatales sobre casos de cáncer se suma a la detección tardía de tumores malignos y el desabasto de medicamentos
Por Ricardo Balderas / PODER / Serendipia
Edición: Fernanda Hopenhaym
En Yucatán mueren 100 mujeres al año por cáncer de mama. El problema, con múltiples aristas, se concentra en una gestión a destiempo del abasto de medicamentos y la detección tardía de tumores malignos que principalmente afecta a población femenina, aunque también existen reportes de casos en el resto de personas. Otro problema aparece, según la fundación Tócate radicada en el estado de Yucatán, debido a que las autoridades estatales no reportan información pública sobre detecciones de este tipo de tumores por lo que dimensionar el problema resulta imposible.
Y como ocurrió en casi todo el país, la pandemia por covid-19 empeoró la situación para todas las personas con diagnósticos de padecimientos crónicos. Alejandra Gutiérrez Blanco, presidenta de la fundación Tócate, en entrevista exclusiva para PODER, asegura que la atención médica en el estado de Yucatán se vio mermada durante la crisis sanitaria dado que las autoridades destinaron parte de los hospitales oncológicos para atender covid. Motivo por el cual ella y su organización prevén que en poco tiempo el estado reporte un alza en los diagnósticos para la cual no se encuentran preparadas.
A pesar de que la activista asegura que en el estado de Yucatán los servicios médicos ya volvieron a la normalidad en cuanto a atención refiere, los problemas persisten. La normalidad para Yucatán es insuficiente dado los altos índices de mortalidad que persisten en las personas que viven con cáncer.
“Definitivamente, el cáncer en sí, es una enfermedad que no ha sido debidamente atendida. Independientemente del covid, ha carecido de atención sobre todo en los servicios públicos, donde los tratamientos y las detecciones, cualquier cosa que necesiten los pacientes, los procesos son muy tardados, mínimo tres meses… Incluso hubo cancelaciones de cirugías ya programadas. Todo eso por covid”, explica Alejandra Gutiérrez.
Para la activista, todo el sector salud se encuentra en déficit. Tanto el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) como el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) han presentado complicaciones en los sistemas de atención médica siendo el primero el que ofrece el peor servicio para las personas que viven con este padecimiento.
“Definitivamente el Seguro Social (IMSS) es el que ofrece el peor servicio. Imagina que esto es un problema de toda la vida. Nos han tocado pacientes que en mitad de su proceso en donde necesitaban cierto número de radio terapias, pero cuando iban, el médico estaba de vacaciones sin dejar a un suplente que pudiera continuar con el tratamiento. Las personas simplemente no estaban. Es muy común escuchar que dejan a los pacientes a mitad del tratamiento, siempre ha sido un problema el Seguro Social, cuando un cáncer detectado a tiempo te da el 95% de probabilidad de que la mujer sobreviva, entonces imagina el tamaño del problema”, asegura.
Para ejemplificar estas malas prácticas, la activista también comenta complicaciones con los resultados de algunos estudios: “Por ejemplo los resultados del departamento de patología, las biopsias, donde las mujeres van a ver si tienen algún cáncer, algunas veces pasaban meses sin tener el diagnostico”. En el mismo sentido, sobre el desabasto de material médico o medicinas, la directora de la fundación explica que no es un fenómeno exclusivo de Yucatán y rechaza que tenga que ver con el nuevo gobierno, ella explica que así ha sido siempre.
De 2019 a 2020 la organización Cero Desabasto ha registrado 8,224 denuncias por falta de medicamentos en todo el país. De esas denuncias, 149 fueron reportadas en el estado de Yucatán y 30 de esos reportes denunciaban desabasto de medicamentos y tratamientos para el cáncer.
Estos reportes por falta de medicinas ocurren a pesar de que los únicos Hospitales Regionales que proporcionan información sobre el seguimiento de los medicamentos, a través de bases de datos reveladas en el informe de Cero Desabasto, fueron el de Alta Especialidad del Bajío y el de la Península de Yucatán. Es decir, en este estado sí se contempla dar seguimiento al surtimiento de recetas, no obstante, las quejas por escasez siguen ocurriendo. Y las autoridades no explican el motivo de ese déficit, se limitan a reportarlo.
El ejemplo utilizado por la organización es el del Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán, del cual informan que en el año 2021 se surtieron un total de 93,198 recetas. De éstas, 89,718 fueron surtidas completamente y 3,480 derechohabientes quedaron sin medicamento en tiempo y forma.
Según la Radiografía del Desabasto, el resumen de recetas no surtidas en los principales Institutos Nacionales de Salud, Hospitales de Alta Especialidad y Hospitales Federales de Referencia, durante el periodo 2017-2021, el Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán ocupa el cuarto lugar nacional de recetas no surtidas en el país, con un 3.4%.
El problema no es exclusivo del IMSS. En lo que corresponde a la lucha por el derecho de atención a la salud el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) reporta un incremento inexplicable de demandas de amparos indirectos en el estado de Yucatán.
En total, durante el periodo correspondiente a 2017-2021, se promovieron 838 amparos indirectos en contra de actos cometidos por las autoridades de esta institución (actos u omisiones relacionados con el desabasto de medicamentos, vacunas e insumos médicos), de los cuales, según el mismo informe, la siguiente proporción se registró en Yucatán: en los años 2017, 2018, 2019 y 2020 únicamente se promovieron 4 amparos, mientras que en 2021, dicha delegación señaló que se promovieron 109 amparos indirectos en contra del ISSSTE, siendo la entidad que encabeza las demandas de amparo a nivel nacional.
Sobre la información de amparos interpuestos en contra del IMSS, resulta imposible conocer el origen de los litigios dado que la dependencia no entregó a las personas solicitantes la información que explica dicho fenómeno. Según Cero Desabasto, la institución respondió: “No contar con la información solicitada”.
Finalmente, Alejandra Gutiérrez comenta que su fundación realiza alianzas con diferentes hospitales para lograr atenciones y detecciones urgentes e invita a, que de ser necesario se acerquen a su institución para lograr la detección temprana y así evitar una tragedia. La cultura de la prevención, en temas tan delicados, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
*Este reportaje es parte de “Víctimas Paralelas: las afectadas de las que no se habla”, un proyecto de Serendipia/PODER
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