El pintor Salvador Rodríguez hizo una crónica visual para contar la vida de los personas embozadas por cubrebocas durante la pandemia
Texto: Kau Sirenio
Fotos: Iván Alexis de La Cruz
CIUDAD DE MÉXICO.- Un par de docenas de cuadros, la mayoría en pequeño formato y realizados en acrílico, dibujo y técnica mixta compone la serie de una crónica visual-urbana de la ciudad en la que sus habitantes pasaron a usar de forma cotidiana el cubrebocas. La exposición de Salvador Rodríguez Vázquez se exhibe en el café La resistencia.
La crónica visual busca contar la vida de los embozados durante la pandemia en Guadalajara, ciudad donde Salvador estudió pintura a finales de 1970. La plástica que Salvador Rodríguez pintó durante la pandemia sirvió para reflexionar sobre la desigualdad que dejó la covid-19.
Salvador Rodríguez forma parte de una generación de pintores en la plástica mexicana que tiene su trabajo en Guadalajara, ciudad que le permite una formación política y estéticamente a contracorriente del agandalle de las élites económicas y políticas del país.
El pintor Salvador Rodríguez dice que su trabajo es una forma de cuestionar la realidad de la vida urbana que le ha tocado pintar.
“Dibujo desde lo que encontramos en la calle, la basura, la pobreza. Hay que cuestionar el porqué estamos jodidos, el porqué la lucha de clase está tan presente como antes?”.
En entrevista con Pie de página, Rodríguez Vazquez relata que empezó a exponer desde 1995, La Calle, Los chingados, La Patria, Paisaje con alambre, Barrio, Mayahuel, en el que retrata el conflicto sin dejar de lado la explosión de Guadalajara, el 22 de abril de 1992.
“Es una forma de expresar la vida cotidiana que nos tocó vivir durante la pandemia, la mayoría de los trabajos los hice después de recorrer las calles de Guadalajara. Había zozobra en el rostro de las personas, eso significa que las crisis emocionales eran muy fuertes. Hay personas que se quedaron sin trabajo, sin comida, pero los cubrebocas ocultaban la pobreza”.
Salvador Rodríguez.
Vestido de camisa azul ribeteado, Salvador Rodríguez habla de su trabajo mientras le da unos sorbos su jícara de mezcal: “Creo que el arte debe estar de lado de la gente, para que retrate la belleza pero a la vez sirva para recuperar la esperanza de los chingados”.
Al artista plástico le despertó su conciencia política justo en su formación superior, en la Universidad de Guadalajara, cuando recibieron la visita del presidente chileno Salvador Allende: “Era el año en que la Universidad invita a Salvador Allende, lo pasea en la ciudad porque se consideraba de izquierda, pero eso se redujo en cenizas. Ahora, la Universidad está derechizada y cargado al neoliberalismo”.
La exposición Los embozados fue inaugurada el 8 de abril en el café ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Durante la presentación, el profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana-Cuajimalpa (UAM) Enrique Gallego leyó un texto en torno a la exposición pictórica, que calificó como una colección de historia urbana.
“Trapo de tela o de material sintético se sumó al drama cotidiano de las personas, pero sin que desparecieran los anteriores dramas de los marginados. El cubrebocas introdujo la falsa percepción de la igualdad: todos lo usan y de esa manera todos nos cuidamos; pero trató de ocultar la profunda desigualdad económica y social de las personas”.
Luego agregó: “Porque con la pandemia, los fenómenos de miseria, hambre, expulsión y precarización no desaparecieron sino que se incrementaron por otras vías. Uno no deja de preguntarse por las personas reales que se encuentran detrás de los cubrebocas. ¿Quiénes son?, ¿Qué dramas pesan en sus vidas? Quizá por eso algunos de estos formatos que se exponen son una especie de rápidos bosquejos, esquemas, delineamientos borrosos, rostros y cuerpos difusos y difuminados”.
El profesor de la UAM hizo una remembranza sobre el trabajo de Salvador Rodríguez: “Hay que tener en cuenta que los años 80 marcan el inicio de la catástrofe que ha significado el neoliberalismo en México y el mundo. La crisis económica del 76 y luego la del 82, seguido de las contrarrevoluciones neoliberales que implicaron el traslado de la riqueza social a manos privadas, el desmantelamiento de derechos sociales, la malversación de empresas públicas, el sometimiento del Estado a la clase empresarial y el incremento de la desigualdad, son las bases materiales que deben tenerse en cuenta al ponderar la obra de Rodríguez Vázquez”.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona