Lovetown: Michał Witkowski

9 abril, 2022

Lovetown es una novela excepcional sobre mujeres trans y trabajadoras sexuales polacas en la década de los ochenta.

@aceves_ever 

“Cuánto me gustaría que un día un tío me viese en la calle y que se quedase flipado conmigo. Simplemente. Que se enamorase sin más. Decidme, ¿acaso le haría daño a alguien? Le sucede a tanta gente… ¿Pues por qué no me puede pasar a mí? ¡Que se quedase petrificado de la impresión! Y también que no me robase… Porque cuando os ecucho, casi acabo convencida de que si alguien muestra interés por mí, me refiero a alguien majo, si dice cosas amables, está claro que no es por amor, sino que debe de ser un ladrón o un asesino…”
Michał Witkowski

Lubiewo (2009), por su nombre original en polaco, o Lovetown, en su traducción al inglés y al español (2011), es el nombre de la ópera prima del novelista polaco Michał Witkowski, escritor homosexual reconocido por su literatura homoerótica.

Multipremiada y traducida a dieciséis idiomas, Lovetown narra las historias de varias mujeres trans que se dedican a la prostitución en la Polonia de los 80’s y 90’s, particularmente se centra en dos: Patrycja y Lukrecja.

Se desconoce si Michał realizó un trabajo periodístico, o, si bien, sólo es ficción —o ambos—, pues el mismo autor aparece entre sus páginas como un periodista que está recolectando información mediante entrevistas.

Lo interesante de esta novela, antecesora de Las Malas (2019) de la argentina Camila Sosa Villada, es, por un lado, el humor, por el otro, la transparencia con la que sus personajes desnudan su sentir al saberse parte de una población vulnerada: “¿Qué cómo nos las arreglamos? Pues, bueno, es complicado. Primero, uno está solo toda su vida; segundo, vivimos modestamente, en el margen, jubiladas, fuera de la realidad. Incluso los más jóvenes, también viven fuera de la realidad. Es una marginación doble, porque, para empezar, eres pobre, y para acabar, maricón. Así que necesitas crear tu propio pequeño mundo. Primero dedicas la mitad de tu vida a encontrar a alguien fijo, pero eso es difícil y más hoy en día. Y también a llegar a ser alguien, hacer algo importante. Después te acostumbras a la soledad y a ser insignificante y entonces empiezas a pasártelo bien”.

Mediante una narración en primera y tercera persona, las protagonistas van y vienen en recuerdos, en vivencias que van relatando al periodista Michał: “Yo moqueo, me examino las uñas, porque una adolescente necesita, en esta etapa de su vida, el cariño, el calor de un hombre”.

Sin duda, es una novela fuerte, en ocasiones cruda, el lector se reirá a carcajadas en partes, pero no faltarán tampoco las lágrimas.

“Una mezcla de ternura y odio, porque ellos querían violarnos y matarnos al mismo tiempo. Nos odiaban y nos deseaban”, dice una de las protagonistas. El corte realista de esta ficción está presente a todo momento. La similitud con la realidad termina por confundir el género literario, y Witkowski logra simular que se está leyendo una crónica, un testimonio, no una novela, mediante el excelente uso de una redacción fluida y de los títulos y subtítulos de los capítulos, los cuales al inicio son extensos y conforme avanza la novela van volviéndose más cortos.

El libro está escrito en un vocabulario sencillo y coloquial. Nada complicado. Se conocen términos propios de la jerga polaca, traducidos al castellano de España —lamento que Anagrama México no haya hecho su propia traducción—, y se conocen términos como los “luys” o las “maris”. Los primeros son los hombres heterosexuales, con actitudes y comportamientos estereotípicamente masculinos; las segundas —las maris— son las travestis, transgénero o transexuales. Las maris en la novela suelen ser mujeres enfebrecidas por los luys, les significa un trofeo tener encuentros con ellos, particularmente si son fornidos, soldados, o jóvenes e inexpertos: “cuando aparecía un principiante, se ponía muy nervioso, le temblaban las manos al remover el café… El muchacho se sentaba intentando acomodarse, ponía la chaqueta en el taburete  y se sentaba encima, pero de pronto se acordaba de que en la chaqueta estaban los cigarrillos… había que sacarlos de alguna forma, encender uno con la mano temblorosa, demostrar que ya tenía sus dieciséis o dieciocho años. Y ante todo… no caerse de la excitación y de la vergüenza cuando alguien le guiñe el ojo, se palpe la bragueta y mire hacia los servicios”.

Cabe mencionar que ésta no es una obra académica en el sentido estricto de la palabra, es una novela, que me parece puede aportar mucho a la sensibilización, y además de la sensibilización, al goce de leer escenas eróticas y fantasías de mujeres trans que, desafortunadamente, no son nada comunes en la literatura hispanoparlante.

Casi al final de la novela, Witkowski titula un fragmento del capítulo “La teoría de la pluma”, un segmento que me pareció muy interesante, tanto por su cualidad antropológica y ficcionaria, como por el poder de la resignificación cultural a partir del lenguaje corporal.

Lo comparto a manera de reflexión: “Las maris adoptan los comportamientos propios de las mujeres, de los cuales éstas se desembarazaron en el proceso de la emancipación: la pasividad, el deseo de ser dominadas, la modosidad, el cruzar las piernas y apretar los labios como gesto de cerramiento, vivir de los hombres en lugar de ser independientes, la autohumillación, cierto tipo de excesiva sensibilidad, que hoy en día no se encuentra ni en las mujeres más femeninas, e incluso la chismosidad y la mudabilidad. Es decir, esas características, expulsadas por la puerta del feminismo, retornan por la ventana de la mariconería […] Surge, pues, una pregunta de carácter práctico: ¿qué es lo que excita a los heteros: las mujeres o la feminidad? Y yo, si resulto femenina, ¿los excitaré (ligaré)? ¿Qué es lo que les excita, el sexo o el género?”.

Évolet Aceves escribe poesía, cuento, novela, ensayo, crónica y entrevistas a personajes del mundo cultural. Además de escritora, es psicóloga, periodista cultural y fotógrafa. Estudió en México y Polonia. Autora de Tapizado corazón de orquídeas negras (Tusquets, 2023), forma parte de la antología Monstrua (UNAM, 2022). Desde 2022 escribe su columna Jardín de Espejos en Pie de Página. Ha colaborado en revistas, semanarios y suplementos culturales, como: Pie de Página, Nexos, Replicante, La Lengua de Sor Juana, Praxis, El Cultural (La Razón), Este País, entre otros. Fue galardonada en el Certamen de ensayo Jesús Reyes Heroles (Universidad Veracruzana y Revista Praxis, 2021). Ha realizado dos exposiciones fotográficas individuales. Trabajó en Capgemini, Amazon y Microsoft. Actualmente estudia un posgrado en la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, Estados Unidos), donde radica. Esteta y transfeminista.