Conocí a varios militares que ingresaron a Ayotzinapa como aspirantes de escasos recursos. Sí lo eran. La única verdad es que el Estado mexicano planeó y ejecutó la desaparición de 43 normalistas
Twitter: @kausirenio
*En memoria de Erick, un militar infiltrado en Ayotzinapa
Lo que se sabe de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa es la represión. Durante años ha sido acosada por fuerzas del Estado y grupo civiles armados. El asesinato de los normalistas Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús, en la Autopista del Sol, el 12 de diciembre de 2011, puso al descubierto que militares en activos hacía trabajo encubiertos para espiar a los normalistas.
Las agresiones contra los normalistas de aquella fecha confirma que no son hechos circunstanciales, sino parte de una ofensiva sistemática. Desde ese ataque, han sido asesinados nueve alumnos, 43 desparecidos, 11 heridos en distintos ataques, 14 torturados, 50 detenidos en dos agresiones, y más de diez embestidas directas por parte de la Policía Federal, la Marina Armada de México y del Ejército mexicano y el crimen organizado.
Paralelamente, en ese lapso también se desató una ofensiva de Estado en contra de líderes sociales aliados de los normalistas. Nueve dirigentes de organizaciones sociales fueron asesinados y cinco terminaron en la cárcel; todos ellos protestaron en contra del gobernador Ángel Aguirre por el asesinato de los estudiantes en la Autopista del Sol.
Después del asesinato de Alexis y Gabriel, la ofensiva gubernamental continuó. Veinticuatro días después de esta represión, políticos, empresarios, empleados y funcionarios del gobierno del estado salieron a la calle a una marcha para brindar su apoyo al gobernador Ángel Aguirre Rivero.
En esa protesta, los manifestantes demandaron el cierre de la Normal de Ayotzinapa, porque según ellos era “centro de concentración de terroristas”.
Meses después, el 10 de noviembre de 2012, cuando se preparaba la movilización por el quinto aniversario del desalojo de normalistas del congreso del estado, a manos de la policía estatal, la Policía Federal detuvo y torturó a cinco estudiantes.
Ezequiel Sánchez Alvarado, Rodolfo Vargas Ortiz, Antonio Morales Villanueva, Marcos López Cruz y Roberto Estrada Medina, estaban en el punto de la carretera Chilpancingo-Iguala conocido como Casa Verde, promoviendo, junto con otros compañeros, la marcha que se llevaría a cabo el 14 de noviembre, cuando fueron agredidos por la Policía Federal que les disparó y los detuvo.
A raíz de su activismo en contra de la reforma educativa, el 7 de mayo por la tarde, sin justificación aparente, policías estatales detuvieron a 25 normalistas cuando éstos boteaban en el crucero Casa Verde.
Para justificar la detención de los estudiantes, el miércoles 8 de mayo, Aguirre Rivero acusó a los normalistas de robar combustible a los automovilistas que transitaban por la carretera Chilpancingo-Iguala, a la altura de Casa Verde.
Un día después, en una entrevista con la conductora de Televisa Adela Micha, el gobernador guerrerense dijo que los estudiantes tienen nexos con la guerrilla y que además reciben adoctrinamiento de grupos de tendencia radical, para generar rencor social.
La agresión contra organizaciones sociales vino el 30 de mayo de 2013, cuando el dirigente de la Unión Popular de Iguala, Arturo Hernández Cardona, y siete de sus compañeros fueron «secuestrados» en el Periférico de Iguala. Uno de ellos, Jimmy Castrejón, logró escapar. El 3 de junio, fueron encontrados los cadáveres de Arturo Hernández Cardona, Ángel Román Ramírez y Rafael Banderas Román en la carretera federal México-Acapulco.
Lo normalistas denunciaron que a partir de 10 de noviembre, en Coyuca de Benítez, hombres armados asesinan al líder de la Organización Popular de Productores de la Costa Grande (OPPCG), Luis Olivares Enríquez, y a su esposa Ana Lilia Gatica Rómulo. En esa ocasión, los normalistas señalaron:
“En lo que va la administración de Ángel Aguirre Rivero, en Guerrero se han asesinados a 13 personas ligadas a organizaciones sociales, siete de ellos son dirigentes: Eva Alarcón, Marcial Bautista, Juventina Villa, Arturo Hernández Cardona, Raymundo Velázquez, Rocío Mesino y Luis Olivares Enrique y la ejecución extrajudicial de nuestros compañeros Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús en la Autopista del Sol el 12 de diciembre de 2011, estos crímenes no encontraran justicia, porque Guerrero está cubierto con el manto de impunidad”.
Y agregaron: “Mediante asesinatos, torturas y detenciones arbitrarias, como la de Gonzalo Molina González, Nestora Salgado García, Bernardino García Francisco de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitaria (CRAC) de la casa de justicia de El Paraíso, Ayutla”.
El 7 de enero de 2014, un tráiler atropelló a Freddy Vázquez y Eugenio Tamarit Huerta cerca de Atoyac cuando realizaban actividades políticas y colecta de dinero, para sus prácticas y observación. El 26 de septiembre de 2014, fueron asesinados en Iguala Julio César Mondragón Fontes, Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo por policía municipal de ese municipio, además de la desaparición forzada de 43 de normalistas.
El 4 de octubre de 2016, en presunto asalto a una Urvan de la ruta Tixtla-Chilpancingo, hombres armados mataron a los normalistas Jonathan Morales y Filemón Tacuba Castro.
Conocí a varios militares en activos que ingresaron a la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, con el argumento de que son desertores, se presentaron como aspirantes de escasos recursos económicos. Lo cierto es que sí lo eran, porque provenían de las comunidades indígenas.
La única verdad es que el Estado mexicano planeó y ejecutó la desaparición de 43 normalistas.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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