Larga vida al teatro

30 noviembre, 2021

Ceremonia de premiación en los premios metropolitanos de teatro 2021. Foto Duilio Rodríguez

A casi dos años de la llegada de la pandemia a México, las personas que dedican su vida a las artes escénicas tuvieron que hacer otras labores para subsistir: carpintería, vendieron comida, hicieron libretas, fabricaron cubrebocas o participaron en la reconversión de hospitales covid. «Nos acercamos a las autoridades para solicitar apoyo y las puertas se nos cerraron», reclaman

Texto: Duilio Rodríguez

Fotos: Duilio Rodríguez y Cristian Salvatierra

CIUDAD DE MÉXICO.- Los dos últimos años fueron particularmente difíciles para las artes escénicas. La pandemia producida por el virus SarsCov2 no solo cobró la vida de decenas de personas que se dedican al teatro, también dejó estragos financieros y económicos en la industria del arte y el espectáculo.

Durante meses los teatros estuvieron cerrados al público o con aforos limitados que impidieron a sus protagonistas presentarse con regularidad en escena y obtener recursos económicos que habitualmente solían tener. Pero también afectó el trabajo de todas las personas que hacen posible que una obra teatral se lleve a cabo: escenógrafos, coreógrafos, maquillistas, iluminadores, directores, diseñadores de sonido, músicos, vestuaristas.

Vicky Araico es actriz, productora y docente. Relata que vio cómo sus compañeros actores y actrices teatrales terminaron haciendo labores distintas a su vocación para poder subsistir.

“Los que la pasaron muy mal son los actores y actrices que no trabajan en producciones de cine o televisión. Unos empezaron a enmarcar cuadros, a hacer trabajos de carpintería. Muchos se dedicaron a vender comida, a hacer libretas personalizadas. Hubo quienes no pudieron pagar la renta de sus departamentos obligados a regresar a sus ciudades de origen. Esto fue como el propio bicho: hay quienes se murieron y a otros les dio solo una gripe; pero en general a los que nos dedicamos a las artes escénicas nos afectó mucho”.

Vicky Araico.

Según datos del INEGI, en precios constantes, el impacto de la pandemia en el sector cultural fue  alto: la cultura presentó en 2020 una caída de 9.4%, superior al 7.9% de la economía en general.

Las áreas de la cultura que presentaron una mayor disminución anual fueron artes escénicas y espectáculos con 43.1%; después la música y los conciertos con 27.1%; libros, impresiones y prensa con 24.5%; artesanías con 19.2%, y artes visuales y plásticas con 17.4%.

“Las puertas se nos cerraron”

Sergio Villegas es un reconocido escenógrafo con más de 15 años de experiencia profesional en la industria. También es fundador y director de Los Metro. Se trata de galardones que premian a lo mejor del teatro en México y cuya ceremonia se realizó el pasado miércoles 24 de noviembre.

Aquella noche, un grupo de artistas reconocidos, decenas de actrices y actores presentaron las obras nominadas y anunciaron a los ganadores en cada una de las 35 categorías, con el lema “el teatro está de regreso”.

El escenógrafo comenta que tanto el gobierno federal como el de la Ciudad de México dejaron sin apoyo a miles de personas que viven del teatro.

“Dejamos de recibir apoyo gubernamental, los fideicomisos se cerraron y quedaron pendientes pagos. Nosotros nos acercamos a las autoridades para solicitar apoyo y las puertas se nos cerraron”.

Sergio Villegas.
Sergio Villegas, en el teatro Ángela Peralta. Foto: Cristian Salvatierra

Sergio explica que tener un premio así podría poner a la Ciudad de México como uno de los referentes en el mundo.

“Finalmente las ceremonias de premiación son una herramienta de difusión, un escaparate publicitario para la industria teatral. Nueva York tiene los Tony, Londres los Laurence Olivier, París tiene los Molliere, que sirven como referentes para el turismo. Todas estas ciudades funcionan con inversiones conjuntas entre gobierno y empresarios que han logrado una marca, una experiencia como la de Brodway y que no siempre fue así. En los años 70, Times Square era una zona de prostitución y drogas, había muy pocos teatros abiertos, incluso muchos de ellos fueron demolidos. Esto se nos olvida y pensamos que el teatro siempre ha gozado de salud, y no. En aquellos años los teatros se juntaban para hacer sus carteleras en los periódicos, para ocupar una cartelera más compacta”.

Villegas, sin embargo, reconoce una parte del manejo cultural de la 4T como “fantástico”. Y tiene que ver con los semilleros: los pilares, el teatro comunitario, las casas de cultura.

“Es ahí donde se  genera el interés por las artes escénicas, porque ahí comienza una aventura en la apreciación del arte que no nos explicaron en un pizarrón, es el lugar donde nos dieron unas crayolas y una flauta aunque muy  pocas personas tengan la oportunidad de tener un taller de teatro en sus escuelas, esto es muy importante. La desilusión con el proyecto de la 4T no es porque esto exista, para eso votamos todos por ellos, para que eso existiera. Lo que no estaba en el mapa es que degradaran al teatro o que desatendieran a las clases medias. Yo rechazo la idea de la oferta dicotómica de que es una cosa o es la otra. Es posible expandir, preservar lo que había y aumentar la oferta cultural”.

El nacimiento de las asociaciones artísticas “pandémicas”

Contra todo pronóstico catastrófico, el gremio teatral halló en las adversidades durante la contingencia sanitaria una causa que los unió y permitió que se organizaran. Surgieron nuevas asociaciones civiles: el Colegio Mexicano de Diseño Escénico, la Asociación Nacional de Dirección Escénica, el Colegio de Productores de Teatro y Vestuario a Escena A.C.

“Estas asociaciones son pandémicas y las estamos invitando a formar parte de la cadena metropolitana de teatro que funcionaría como una agrupación que reúna a todas. Para que se unan a pugnar por mejores condiciones de trabajo y buscar apoyos”.

Para enfrentar la pandemia, algunas obras se adaptaron para sobrevivir  a los nuevos tiempos: aprovecharon las transmisiones vía streaming y se mostraron en medios digitales, dieron paso a nuevas categorías prácticamente inéditas hasta ahora como mejor proyecto teatral en video y mejor teatro digital en vivo.

También hubo ejemplos de resiliencia como el de las personas que trabajan en los talleres de vestuario que confeccionaron cubrebocas o ropa de enfermería. O los trabajadores de los talleres de escenografía que ofrecieron sus servicios durante la primera etapa de la emergencia sanitaria en la reconversión de hospitales covid. Así sucedió con el Instituto Nacional de Neurología, donde se acondicionaron todas las áreas de terapia intensiva para aislar a pacientes y todas las salas de espera se convirtieron en zonas covid, se hicieron regaderas, se abrieron ventanas.

Villegas asegura que los talleres de escenografía son especializados y que si desaparecieran, habrían estado en problemas. Nadie sabría hacer -por ejemplo- un periacto o una escenografía giratoria. 

“Estos talleres pertenecen a familias que han transmitido el conocimiento de cómo construir de generación en generación”. 

Para Sergio, el teatro es muy importante porque es una manera muy fácil de contener y de reflejar los conocimientos, las aspiraciones, los sueños, los proyectos de los seres humanos y de sus poblaciones. Es un arte muy local, muy cercano, muy participativo. 

Vicky, en tanto, define el teatro como el alcohol en gel pero del corazón:

“No olvidemos que la salud física también se compone con nuestra salud emocional y mental, que llegamos al teatro a llorar, a conmovernos, vernos en el otro, a tener una perspectiva distinta a ti”.

Vicky Araico. Foto Duilio Rodríguez

Aquí puedes conocer la cartelera teatral, las obras nominadas y las obras  premiadas de esta temporada    https://losmetro.mx/ 

Editor y fotógrafo documental, retrato, multimedia y vídeo. Dos veces ganador del Premio Nacional de Fotografía Rostros de la Discriminación.