4 noviembre, 2021
En una breve entrevista con Pie de Página, el expresidente Felipe Calderón defendió las concesiones mineras que se dieron en su administración y aseguró que participa en la COP26 como invitado en paneles de turismo. Se negó a profundizar sobre el juicio por narcotráfico que enfrenta Genaro García Luna, pero admitió que si se comprueban los delitos debe pagar por ellos
Texto: José Ignacio De Alba
Foto: Tomada de Video/ José Ignacio de Alba
GLASGOW, ESCOCIA.— El Pabellón del Reino de Arabia Saudita se localiza en el centro del Scottish Event Campus donde más de 130 jefes de Estado y presidentes de gobierno discuten en estos días posibles soluciones a la amenaza de la crisis climática. Arabia Saudita no participa en las discusiones políticas, lo que fue criticado por Joe Biden el martes. Pero a pesar de ser el primer exportador de hidrocarburos en el mundo y tener muy pocos compromisos ambientales, está presente en la cumbre sobre el clima y buscar ganar influencia para frenar iniciativas que afecten sus intereses comerciales.
No es extraño. Las cumbres son eventos a los que acuden miles de personas —en esta hay registradas 21 mil— y donde, además de decenas de actividades en foros organizados por Naciones Unidas hay eventos alternos de grupos de la sociedad civil y activistas. Pero también, muchos países y empresas tienen la oportunidad de rentar espacios en un pabellón de exhibiciones. Ahí, se publicitan emporios energéticos y países adinerados.
En el caso de Arabia Saudita, su poderío se refleja en las instalaciones que tiene dentro de la COP: gigantescas pantallas led, un pequeño auditorio, recepción, oficinas y salas de reuniones privadas en su segundo piso.
En ese espacio de exposición, el expresidente mexicano Felipe Calderón ha sostenido reuniones durante los primeros días de la cumbre.
Desde el 2 de noviembre el expresidente presumió en su cuenta de Twitter una serie de fotografías en la COP26, retratado con líderes mundiales como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la canciller alemana Angela Merkel. Pero no dio a conocer el motivo del viaje ni los medios con los que pudo llegar al pleno de sesiones, aunque en algunos espacios se especuló que había logrado el acceso gracias a que Patricia Espinosa, su excanciller, quien ahora ostenta el cargo de Secretaria Ejecutiva de la COP26.
Este miércoles, Pie de Página lo buscó en el Pabellón del Reino de Arabia y constató que el exmandatario saluda familiarmente a distintas personas y se reúne en los despachos, donde lo reciben funcionarios con vinos y café. Le pedimos una entrevista, a la que al principio accedió, pero luego trató de rehuir en distintas ocasiones.
—¿Cuál es la agenda? ¿Qué vino a hacer a Glasgow?
—Estoy contento de estar en la COP. Fui invitado por la organización y tengo varias responsabilidades. En particular, participar en algunos paneles. Hoy, por ejemplo, fui el speaker y el moderador de un panel de una iniciativa lanzada por varios países, entre ellos Arabia Saudita, para crear un centro global para el turismo sustentable. Hay que recordar que el turismo tiene, representa, el 10 por ciento del PIB mundial. Es la décima parte de toda la economía. México tiene un porcentaje similar y definitivamente es una de las actividades que más crezcan en el futuro cercano. De hecho, es uno de los mayores generadores de empleos ya.
En 2019, antes de la pandemia fue la actividad que más empleos generó, uno de cada cuatro empleos en el mundo fueron asociados al turismo. Esto es muy importante, y este centro que está diseñado según explicó hoy para hacer una iniciativa de varios países y de varias instituciones, yo creo que puede cambiar mucho el tema de sustentabilidad y acercar al mundo a la meta de carbono cero para el 2050.
Estoy también participando como miembro del World Resources Institute; hay un evento en el que se presentan los compromisos de varias federaciones deportivas, comprometidas con la meta de París. También en esa calidad como presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la FIA. Estoy aquí, siempre he estado involucrado con los temas ambientales y espero que podamos seguir participando.
—Pero en su sexenio hubo muchas concesiones e impulso a la minería a cielo abierto. ¿No es contradictorio?
—No, la verdad es que los parámetros de sustentabilidad siempre se guardan en todos los casos. Y de hecho, en el sexenio que tuve el honor de encabezar se redujo, fue la mayor reducción de la tasa de deforestación en México en décadas, de atrás para adelante. No solo se detuvo, por ejemplo, la reducción de superficie de manglar y esta se incrementó. Tuvimos la tasa más alta de crecimiento, hasta entonces, de reservas naturales. Y la minería, como otras actividades económicas, no solo son fundamentales para el crecimiento de un país, sino que se pueden llevar a cabo con responsabilidad ambiental, como fue en el caso de los permisos y requerimientos que se autorizaron. La minería que se hace, por ejemplo, de manera muy irresponsable, como es la minería de carbón en Coahuila, incluso corrida por el crimen organizado. Ese tipo de minería que debe prohibirse.
—Incluso la minería que se realiza en…
—Ya me tengo que ir, gracias.
—¿Por qué?
—Tengo prisa, tengo un fórum…
La reforestación a la que se refirió el expresidente, sin embargo, se quedó en el papel. En 2009, la Auditoría Superior de la Federación hizo público que la Comisión Nacional Forestal, bajo el sexenio de Felipe Calderón, mintió en la supuesta siembra de 400 mil árboles. Además, el Programa Nacional Forestal, ProÁrbol, sembró sobre todo cactáceas en lugar de árboles. Y para 2009, de acuerdo con una investigación de El Universal, 90 por ciento de las plantas sembradas dos años antes ya estaban muertas.
Por otra parte, las concesiones de superficie para la explotación minera a cielo abierto que defiende el expresidente Calderón Hinojosa vivieron un auge durante su administración. De acuerdo con información oficial, el sexenio calderonista es el periodo en México en el que más territorio mexicano fue concesionado para la explotación minera: 35.5 millones de hectáreas, algo equivalente a 4.5 veces el territorio total de Escocia.
El gobierno de Felipe Calderón es identificado por la «guerra contra el narco», que inició apenas unos días después de que llegó al poder y que dinamitó la violencia en todo el territorio nacional. Pero desde hace dos años, el titular de Seguridad Pública en el sexenio calderonista, Genaro García Luna, está preso en Estados Unidos por, precisamente, narcotráfico. Al preguntarle a Calderón su postura al respecto, el expresidente intentó rehuir.
—¿Usted tiene alguna declaración sobre las detenciones de García Luna y de Cárdenas Palomino?
—No, tengo varias. La he hecho ya abundantemente…
—¿Tiene un mensaje para las víctimas de la violencia?¿ Para los familiares de desaparecidos
—Por supuesto, que mi solidaridad absoluta y total con ellos. Y espero que el gobierno cumpla con su responsabilidad. Hoy, actualmente hay el triple de muertos que había en mi sexenio, espero que eso pueda contribuir a que esas víctimas sean atendidas. Es una pena que se haya reducido ahora el presupuesto para las víctimas.
—¿Usted no lo ve como una consecuencia de las decisiones que se tomaron en su sexenio?
—No, al contrario. Yo creo que hoy lo que tenemos es una decisión de no combatir al crimen, de dejarle el control del país. En mi sexenio, al contrario. Creo que se combatió a la criminalidad, se puso el gobierno al servicio de los ciudadanos, al cumplimiento del Estado de Derecho, a la protección de las familias y eso permitió que efectivamente los homicidios y los delitos en general se pudieran ir reduciendo al final del sexenio. Hay casos, como el de Ciudad Juárez, donde los homicidios se redujeron 83%, el de la Zona Metropolitana de Monterrey 89%.
— Al contrario, se incrementaron y el nivel de impunidad también aumentó tremendamente
—Yo creo que estás mal informado, puedes checar los datos y te repito los datos: Ciudad Juárez que fue la ciudad más violenta del mundo, redujo la tasa de homicidios en 83 por ciento, la Zona Metropolitana de Monterrey la redujo en 89%, la tasa en general de homicidios en el país se redujo en los dos últimos años de mi gobierno mas o menos 24%. Es una tendencia que siguió, por cierto, en el sexenio del presidente Peña Nieto, en los dos últimos años. Aunque se abandonó desgraciadamente la estrategia de fortalecer las instituciones de seguridad y justicia.
—Pero García Luna está detenido…
—Estamos pendientes de su juicio, es muy curioso que a dos años de haber sido aprehendido no inicie el juicio ¿no? Y si fue responsable que pague lo que tenga que pagar.
—¿Usted se siente traicionado, personalmente?
—Me gustaría esperar el veredicto de los jueces, antes de decir. Pero obviamente si así fuera sentiría traicionada la confianza que yo deposité en él y no solo de todos los mexicanos.
—¿Se siente tranquilo con las decisiones que se tomaron en materia de seguridad?
—Yo creo que todo gobernante tiene decisiones difíciles que tomar, de hecho, yo escribí todo un libro, que te lo recomiendo, que se llama Decisiones Difíciles. Y siempre hay aciertos y errores, pero en general yo creo que la estrategia que México necesitaba entonces y que necesita ahora se debe componer de tres ejes: enfrentar la criminalidad, con la fuerza que el estado dispone precisamente para eso; construir instituciones estables y eficaces, de protección y seguridad, de justicia, jueces confiables, protegidos. Ministerios Públicos eficaces, cuerpos policiacos eficaces; tercero, y finalmente, una reconstrucción del tejido social. Esa fue la estrategia que seguimos, yo creo que esa debe ser la estrategia que se siga definitivamente.
—¿Usted cree que dejó un mejor país?
—Sí, sí, sí… Yo creo que sí. Gracias…
Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).
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