La eliminación de las condonaciones fiscales a grandes empresas es una buena medida, pero muy pequeña para los recursos que requiere la Cuarta Transformación; especialistas advierten que se necesita una reforma fiscal que permita tener una estrategia sostenida de aumento de contribuciones
Texto: José Ignacio De Alba
Fotografías: María Fernanda Ruiz
Los impuestos recaudados en México representan el 17.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en otras economías emergentes, como Brasil, el porcentaje de las retribuciones llega a 34.4 por ciento. En el país, la evasión y elusión fiscal reconocida por Hacienda representa un billón de pesos al año (unos 4 puntos del PIB) lo que significa que, aún sin evasión, México está lejos de la captación ideal de recursos.
Para Patricia Rodríguez, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, esto se resume en un tema: hay que aumentar la recaudación, porque «ni con la pobreza franciscana propuesta por el gobierno de López Obrador alcanza para consolidar la Cuarta Transformación».
En entrevista con Pie de Página, la economista celebra que el presidente haya firmado un decreto para eliminar las condonaciones fiscales a grandes empresas. Pero también lo considera una medida insuficiente.
“México tiene una política fiscal muy mala, muy regresiva. Y recaba muy pocos impuestos: el 18 por ciento del PIB, mientras que en otros países se recaba el 20 o hasta el 30 por ciento. En esta 4T lo primero que debieron de haber hecho es una Reforma Fiscal aumentando los impuestos, haciéndola más clara. Porque esto es un decreto, no es una política fiscal clara, estructurada”, dice la especialista.
Este lunes, Andrés Manuel López Obrador anunció el endurecimiento de medidas para la recaudación de impuestos. La política fiscal de su gobierno planea ajustar el cinturón a grandes empresas, que se beneficiaron durante años con privilegios gubernamentales.
Al anunciar la medida, la titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Margarita Ríos-Farjat, dijo que los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto condonaron más de 400 mil millones de pesos por concepto de impuestos a 153 mil 530 contribuyentes, de los cuales, sólo 108 concentraron más de la mitad de las devoluciones.
El Centro de Análisis en Investigación, Fundar, una organización de la sociedad civil que desde 2016 libra una batalla jurídica para que el SAT transparente la información de las devoluciones de impuestos, aseguró, sin embargo, que el monto real de las condonaciones a contribuyentes fue de 628 mil 937 millones de pesos de impuestos.
«La diferencia de 200 millones debe ser aclarada», demandó Fundar, que también exigió que se haga pública la información sobre los beneficiarios de cancelaciones de créditos fiscales durante los dos sexenios anteriores.
Una condonación es producto de una negociación entre una empresa o un persona y el SAT (la deuda es anulada mediante el pago de una multa, por ejemplo), mientras la cancelación de créditos fiscales se realiza cuando la institución considera que éstos son “incobrables” (porque la empresa no tienen bienes embargables).
Según la organización, durante las gestiones de Calderón y Peña, el SAT canceló créditos fiscales por más de un billón 100 mil millones de pesos, lo que es equivalente a una quinta parte del presupuesto total de la administración federal para 2019.
El fiscalista y maestro de la Universidad Iberoamericana Juan Carlos López explica en entrevista que las condonaciones de impuestos sirven para atraer capitales extranjeros en tiempos de crisis económica; también se utilizan cuando hay desastres naturales para estimular la economía de los lugares afectados; o se perdonan las multas a contribuyentes que se han retrasado en sus pagos.
Pero los gobernantes abusaron de esta medida. López explica que algunas empresas llegaron a invertir dinero en campañas políticas y las condonaciones eran una forma de devolverles los aportes ilegales.
«En un momento sólo se devolvió a empresas el 10 por ciento de las contribuciones, pero con el paso del tiempo los presidentes perdonaron hasta el 80 por ciento».
Patricia Rodríguez advierte de los riesgos una una medida espectacular que puede resultar poco efectiva: las grandes empresas a las que está enfocada la medida, pueden haber tomado ya sus previsiones, dice, porque en México los impuestos no son tan altos como en otros países.
Un dato dimensiona lo que dice: las condonaciones fiscales que se hicieron durante 11 años suman 400 mil millones de pesos (considerando la cifra oficial), una cantidad que represena menos del 0.5 por ciento del PIB del año.
Rodríguez es tajante: más que un decreto, se necesita una reforma fiscal que ponga reglas claras. “Es mejor que haya una política fiscal clara donde se quiten y se pongan de una forma transparente”, dice.
Pone como ejemplo la compra que hizo City Bank de Banamex: lo hizo comprando todas las acciones y, como no hay impuestos en este tipo de operaciones, la transacción multimillonaria se hizo sin pagar un solo peso. Por eso, dice, una medida más efectiva sería implementar impuestos en las acciones de la bolsa de valores.
La especialista considera clave que que México apueste por una mayor recaudación.
“Cuando tienes un Estado fuerte, tienes que tener dinero. No es con estas pobrezas franciscanas como vas a tener el control. Tienes que tener dinero, y mucho. Y si tienes el capital político puedes cobrarlo, si no tienes capital político no puedes hacer nada”, explica.
Desde su perspectiva, los recortes dentro del gobierno y la venta de aviones o de vehículos (como la subasta programada para este fin de semana) no son suficientes para tener finanzas sanas.
“Es como pensar que con bajarle el sueldo a los altos funcionarios nos va a alcanzar para todo”.
El lunes, al anunciar el decreto que quedó publicado este martes en el Diario Oficial de la Federación, el presidente López Obrador aseguró que “se ha abusado» de las devoluciones hacendarias.
Por su parte, Ríos-Fajart sostuvo que lo que busca el decreto es “justicia tributaria” y explicó que la condonación de impuestos “debe ser una excepción” que se aplique en casos de catástrofes sufridas por fenómenos meteorológicos, plagas o epidemias, cuando hay deslaves, inundaciones y hay que apoyar fiscalmente para la movilidad económica de alguna región.
La titular del SAT dio a conocer que 58 de los contribuyentes beneficiados con las devoluciones de impuestos cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores y 10 en el Índice de Costos y Cotizaciones (las empresas que tienen más capitalización en la bolsa de valores).
A pesar del volumen devuelto a estas empresas sus nombres quedaron reservados.
Pero este miércoles, periódico Reforma publicó los nombres de 170 empresas que fueron beneficiadas con impuestos devueltos en los sexenios anteriores y que incluyen farmacéuticas, televisoras, bancos, tiendas departamentales, automotrices y equipos de fútbol.
Los nombres que resaltan en esa lista son American Express, Banamex, Banorte, Banco Azteca, Bancomer, HSBC, Elektra, GNP, VW, Jumex, Televisa, TVAzteca, Peñoles, Minera México, Ternium, Cemex, 7Eleven, Grupo oCarso, IBM, Club América, Pfizer, Casa Saba, Santander, ScotiaBank, Herdez, GM, Procter and Gamble, entre otros.
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