En seis horas el presidente López Obrador recorrió Gustavo A. Madero, Tláhuac e Iztapalapa, en cada alcaldía hizo un acto de inauguración. Desde los rincones más marginados de la ciudad los vecinos salieron a demostrar su apoyo al presidente, pero sobre todo a pedir su ayuda e intervención en varios asuntos
Texto y fotos: Arturo Contreras Camero
CIUDAD DE MÉXICO.- En la primera gira del presidente por la Ciudad de México desde las elecciones de junio, vecinos de Gustavo A. Madero, Tláhuac e Iztapalapa salieron a su encuentro: Carlos Esteban Jiménez Martínez dice que lo quiere meter a la cárcel una diputada; el hermano de Magdalena Ruiz Chavarría es un policía al que están a punto de condenar a prisión por una desaparición forzada que niega haber cometido; en la colonia Selene de Tláhuac la Secundaria Técnica 116 no sirve desde 2017.
A pesar de que el llamado de ayuda se dirige al presidente, quien atiende es la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Desde el colapso de la Línea 12 del Metro López Obrador había planeado un recorrido de trabajo por la ciudad junto a la jefa de Gobierno. La ocasión no pudo ser mejor: la inauguración de los Bancos del Bienestar, parte de la estrategia para repartir el dinero de los programas sociales de su gobierno, que este año entregarán más de 350 mil millones de pesos.
Según ha repetido el presidente, este banco elimina a los intermediarios, ya no hay “piquete de ojo” y los apoyos llegan completos, y ayuda a la inclusión bancaria de cientos de miles de personas en el país, que durante décadas estuvieron olvidados, aunque pareciera que en la Ciudad de México esto es algo difícil de creer:
Una de las señoras que asistió a la visita del presidente en la Gustavo A. Madero, que por pena y miedo a perder su apoyo prefirió no dar su nombre, lucía emocionadísima. Aseguró que nunca había tenido una tarjeta de banco, y está feliz porque la sucursal donde va a retirar su pensión de adulto mayor le va a quedar junto a la escuela donde toma cursos de manualidades.
Las tres unidades que inauguró son parte de las 2 mil 700 que tiene este banco, el que tendrá más sucursales en todo el país, como no se cansa de presumir el presidente. De ellas, en la Ciudad de México hay otras 64 repartidas en Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc, Iztapalapa, Tláhuac, Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Milpa Alta y Xochimilco.
En estos bancos no solo se abrirán las primeras “cuentas sociales” que no cobrarán comisiones ni manejo de cuenta a sus titulares. También se brindará información de asistencia financiera e incluso el estudio y entrega de créditos, como hace cualquier otro banco de primer piso.
“La idea, seguro fue hacerlo más en secreto, porque yo creo que no querían que se juntara mucha gente, por eso de la pandemia, ¿no?”, comenta el dueño de una papelería que antes tenía un terreno baldío frente a su negocio y ahora tiene un banco nuevo.
A pesar de que la teoría del papelero es verdad, en las tres colonias que visitó el presidente la gente llegó, como pudo, al lugar de los eventos. En la colonia Gertrudis Sánchez, muy cerca del Bosque de San Juan de Aragón, el evento fue en una calle pequeña, que entre vallas y cordones de seguridad parecía más un callejón al que unas dos decenas de vecinos lograron entrar para ver al presidente.
En Tláhuac, la historia fue muy diferente. A las 5:00 de la tarde centenares de personas se apiñaron en las vallas que separan la lona de donde está el presidente. Algunos gritan “¡pre-si-dente! ¡pre-si-dente!”. Otros claman por justicia, como la familia de Andrés Ruiz, un policía que, aseguran, fue víctima de una trampa y ahora es el chivo expiatorio de una desaparición. Ahí mismo, madres de familia de la colonia Selene, cerca de San Francisco Tlaltenco, pidieron atención para la Secundaria Técnica de la colonia, que desde el sismo de 2017 está abandonada por el daño a su estructura.
A ambas, las atendió la jefa de Gobierno, les escuchó y les tomó los documentos que le ofrecían. Minutos más tarde, el presidente aseguró que en no más de un año el Metro estaría de nuevo funcionando.
En Iztapalapa, una tormenta aceleró la inauguración correspondiente, pero aún así, como pudieron, los vecinos de Santa Cruz Meyehualco encontraron refugio de la lluvia. Debajo de los pórticos de las casas y bajo las lonas de los comercios cercanos, algunas de las personas más aferradas se quedaron a ver, aunque fuera de lejos, a López Obrador.
Entre ellos está Carlos Esteban Jiménez Martínez, un ciudadano de Iztacalco que tiene una página de organización y participación vecinal en Facebook. A mitad del discurso del presidente gritó para interrumpirlo: “¡Una diputada me quiere meter a la cárcel, me está persiguiendo. Por favor, ayúdeme, presidente!”
Según cuenta Carlos Esteban, la diputada morenista Lourdes Paz lo acusa de violencia política y electoral por haber cuestionado su propuesta de ley para vender cerveza tibia y así disminuir su consumo durante la pandemia. Al final del evento, Claudia Sheinbaum se acercó a Carlos Esteban, le dijo que el gobierno le proveería de un abogado para ayudarlo con su caso.
A diferencia de otros actos de la jefa de Gobierno, en el que le han gritado “¡presidenta!”, como alusión a su posible candidatura en 2024, en esta gira relámpago, la alusión nunca se escuchó, fue sustitutida por un canto ya común: “Es un honor estar con Obrador”.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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