Entre las lecciones que dejan las comunidades ñuu savi para la organización comunitaria está el relevo de los cargos comunitarios. Cuando una persona es comisario debe olvidarse de su familia, ya que ahora responde a todo el pueblo.
Kau Sirenio
En el pueblo de la lluvia (mixteco), mujeres y hombres aprendieron a hablar con la lluvia en eventos importantes de la comunidad: cambio de autoridades comunitarias Ñuu Savi que se hace en enero; pedimento la esposa y entrega de presente en las fiestas religiosas.
En el cambio de autoridad comunitaria los pobladores esperan en nuu Ñuu (cara o entrada del pueblo), con cohetes y música de vientos. Ahí un Ta ni y Ña’a ni Xa’nu (hombre y mujer sabios o ancianos) le impone al nuevo comisario el bastón de mando, luego le coloca collares de cempasúchil y le dice esta palabra.
“Vitin kixà na ñuu ta ndiki’in yò’o tyan yuva si’i Ñuu (Hoy llegaron los vecinos de la pueblo para encontrarte como padre y madre del pueblo)”.
Así arranca la diana con la música de viento y los cohetes truenan en el cielo para abrazar al nuevo comisario. Mientras que el orador recupera las palabras: “Hoy cargan con una responsabilidad, con un trabajo –formas tradicionales de elegir a las autoridades ñuu savi, Gaudencio Mejía Morales–. Desde ahora hasta dentro de un año son nuestros padres y nuestras madres. Respondan con humildad en su alma. Al ponerle este collar de flores, hagan grande su corazón. ¿Qué podemos hacer?, primero el creador que nos protege, después nosotros que sólo somos hombres y mujeres. Ahora los hemos nombrado a ustedes, nuestros hermanos. Ustedes serán nuestros padres y madres del pueblo. Ustedes responderán por el pueblo”.
En una plática con el señor Procopio Francisco Clemente sobre las formas tradicionales de transmisión de poderes en los pueblos Ñuu Savi, dice que después de la bienvenida al comisario entrante todos se encaminaban a la comisaría. Ahí el cesante también le dirigía palabra a su relevo y le decía así:
“Comisario, grande sea su corazón, aquí llegaron, porque el pueblo quiso que ustedes fueran los que ahora nos cuiden por otro año. Aquí les dejo la comisaría, seguramente no hice bien, no hice lo que debía de hacer, tal vez actué mal con los vecinos, disculpen si es que hice males. Por eso les digo a ustedes que no hagan lo que yo hice, no, quiero que ustedes agarren o tomen otro camino, muchos fueron mis errores y yo no quiero que ustedes hagan lo mismo.
“Aquí les dejo el trabajo que cargué durante un año. Esto fue lo que pude hacer y no quiero repetirlo más, porque así lo hemos hecho durante muchos años. Otros vendrán después de nosotros. Por eso le pido que hagan bien, porque vendrán mujeres, vendrán hombres a pedir justicia. ¡Denles justicia! Hagan justicia con cada uno de ellos porque son nuestros hijos. Hijos del pueblo. Estén siempre con el corazón grande. Mantengan la humildad en su alma. Disculpen por todo”.
Don Filemón López García es Ta ni xa’nu de Cuanacaxtitlán, cuenta que “(tu’un nìnu)” palabra de respeto que se le dirige al nuevo comisario. Va cargado de sonidos y música representa el sentir de la comunidad que se expresa en la sabiduría de los abuelos y abuelas Ñuu Savi.
La palabra que el compitió es el discurso que na Ta ni Xa’nu de Potoichan, municipio de Copanatoyac, e Itia Suti, municipio de Metlatonoc –registro antropológico de Gaudencio Mejía–, le dirigen a sus nuevos comisarios.
“Solamente un año tienes que aguantar tu responsabilidad como autoridad de tu pueblo. De hoy en adelante no tendrás amigos, olvidarás a tus hermanos. Todos los del pueblo serán iguales ante ti. Ahora que eres padre y madre del pueblo, para que apliques la justicia igual para todos, olvidarás a tus parientes, no por ser tu hermano, pariente, amigo tuyo, vayas a tratarlo bien y lo encubras. Deberás cumplir la responsabilidad que depositamos en tu persona, derecho y justo como marca la ley.
“Piensa que en tu persona están puestos los ojos de todos nosotros, de todo el pueblo. Hemos confiado en ti y no debes de defraudar a nuestra confianza. A los delincuentes no por ser delincuentes hay que maltratarlos, por el contrario, son a los que deberás de atender y cuidar, porque es gente que no anda por buen camino, por eso hay que ayudarlos a enderezar su vida. Debes ser comprensivo con ellos porque son los que más reclama y quiere la justicia, y son los a los que hay que cuidar para que corrijan sus actos. Si no pudieras deberás de mandarlos a la justicia superior a ti”.
Así las palabras de los señores del Concejo de Señores Principales, donde descansa la sabiduría y se transmite de generación en generación en los encuentros para la autoridad comunitaria.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona