Apropiarse de los espacios verdes y hacer comunidad

16 agosto, 2021

En Culiacán, desde 2014, decidieron probar y activar el proyecto Espacios Verdes Apropiados en localidad para aumentar la convivencia. Son las personas las que se hacen cargo del lugar

Texto: Josué David Piña

Fotos: Revista Espejo / Jardín Botánico

CULIACÁN, SINALOA.- Está probado que las ciudades que priorizan la noción de lo público e invierten en áreas verdes, parques, centros recreativos y otros espacios demuestran un compromiso con la calidad de vida de sus habitantes.

Sin embargo, el desplazamiento progresivo de personas de zonas rurales a urbanas, principalmente en Latinoamérica, ha hecho que las ciudades crezcan desproporcionalmente provocando un desarrollo desordenado, que influye en la calidad de vida, al dominar el ámbito económico sobre el natural.

De esto se dio cuenta el ambientalista chileno Guillermo Dascal, quien desde hace algunos años creo una metodología para proponer nuevos tipos de áreas verdes para las zonas urbanas desfavorecidas de Santiago, en Chile.  El argumento de arranque es que en sectores populares sin acceso a servicios, en un contexto de hacinamiento y marginalidad, difícilmente pueden evitarse robos, destrucción, deterioro y violencia en los espacios verdes.

Sus resultados derivaron en la creación del método de Espacios Verdes Apropiados (EVA), propuesta que ha sido retomada en diversas ciudades de distintos países, donde una de sus principales característica es generar experiencias alternativas de participación ciudadana.

En Culiacán, desde 2014 el departamento de servicios educativos del Jardín Botánico propuso probar y activar el proyecto EVA en localidad para aumentar la convivencia en las ciudades. Al respecto, platicamos con Martín Núñez quien es el operador de implementar los postulados de Dascal en nuestro contexto geográfico y social.

“Nosotros vamos a comunidades junto con Parques Alegres, ellos nos indican cuáles son aquellas comunidades que tienen un comité vecinal, nosotros necesitamos de ellos para poder trabajar. Nosotros no llegamos directamente al parque sin que haya personas que quieran hacer un cambio”, comenta.

Foto: Jardín Botánico.

Destaca el trabajo colaborativo que se ha creado con la asociación civil Parques Alegres, los cuales también se encargan de invitar a más personas a sumarse a este esfuerzo que ven como una causa: la de rescatar espacios verdes que se encuentre en el abandono.

Posteriormente Martín nos explica detalladamente las cuatro etapas por las que tiene que pasar una intervención de este tipo en espacios comunales de las colonias de Culiacán: diagnóstico, sensibilización y capacitación técnica, construcción y activación.

La primera consiste en investigar las inmediaciones del espacio, ver las necesidades del lugar mediante encuestas y yendo casa por casa. Luego en la etapa de sensibilización se llevan a cabo talleres con los vecinos interesados sobre educación ambiental, los cuales tratan de que sirvan tanto para sus hogares, como en la rehabilitación del parque. Entre los objetivos de esta capacitación técnica se enseñan cómo crear huertos, hacer compostas, fertilizantes orgánicos e identificar fauna benéfica.

“Gracias a eso las mismas comunidades o colonias se van integrando, es decir, sabemos que en las colonias muy poco nos conocemos. Nos conocemos de la izquierda y derecha y de enfrente y el resto no; entonces gracias a este proyecto las mismas personas se empiezan a integrar como comunidad para hacer un cambio para su propio bien”, sostiene.

Una vez terminada esta capacitación continúa la etapa de construcción. Aquí los vecinos se organizarán para acondicionar el espacio verde con bancas, cestos de basura, alguna palapa y en ocasiones hasta plazas de lectura. Por último se culmina con la activación del espacio donde se llevan a cabo una serie de actividades, ya sea de limpieza, plantación de plantas regionales y sobre el mantenimiento en general.

“Lo más importante es que la comunidad siempre esté participando, porque al final del día son las personas que se van hacer cargo del espacio: va ser la misma comunidad. Entonces nosotros encaminamos a las personas para que puedan recrear y, a su vez, ir cambiando poco a poco lo que es el espacio: que se note el cambio como iniciamos y cómo nosotros lo estamos dejando”, puntualiza.

Martín Núñez nos enlista algunos parques en Culiacán donde han logrado poner en práctica Espacios Verdes Apropiados como es el parque Santa Fe 4, en el mismo sector de Santa Fe y también el parque Laureles Pinos, en la colonia que lleva el mismo nombre.

El proyecto, lo que intenta lograr, es que los mismos parques sean autosustentables bajo una economía circular; es decir, los vecinos pueden ponerse de acuerdo para rentar la palapa para eventos sociales, y de esta manera, ir generando fondos. A su vez, este dinero comunal puede servir para invertir en herramientas para la habilitación del espacio, por ejemplo, mangueras, más bancas, más plantas, ejercitadores, entre muchas otras cosas.

“Hay varios parques que cuentan con ese tipo de administración y les beneficia”, precisa.

Sin embargo, el trabajo para los promotores del proyecto EVA en Culiacán está lejos de terminar aquí, el joven ambientalista va más allá al explicar que el propósito final es ir elaborando un trazo en forma de caracol con los parques intervenidos.

Foto: Jardín Botanico.

“Primero comenzamos con el exterior, es decir, las colonias alejadas del Jardín Botánico y es ir acercando todos estos proyectos hacia el jardín. ¿Cuál es la razón? Lo que pasa es que nosotros queremos crear corredores biológicos, es decir, que los mismos animales o aves puedan ir transportándose a las diferentes EVAs que tenemos en la ciudad, que se quieren hacer en la ciudad, y que estas aves puedan, afuera de Culiacán entrar, quedarse en refugios, en este caso, corredores y a su vez llegar al jardín. Y del jardín que salgan a los parques, entonces, gracias a los corredores biológicos vamos a integrar también vegetación, fauna y además a las mismas personas”, detalla.

La meta final sería que los ciudadanos vayan conociendo la gran cantidad de EVAs que se irán haciendo en el futuro, además que se puedan compartir experiencias, y a su vez, se puedan replicar más EVAs.

*Esta nota fue realizada por REVISTA ESPEJO. Aquí puedes consultar la publicación original.

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