2 junio, 2021
En México la crianza colectiva es apenas un esbozo y las mujeres que buscan crecer profesionalmente y ejercer su maternidad lo hacen en condiciones desiguales respecto a los hombres mientras enfrentan críticas y prejuicios que rayan en lo violento. Las mujeres que buscan un cargo de elección popular no son la excepción
Texto y fotos: María Ruiz
CIUDAD DE MÉXICO.- En un cuarto de la colonia Narvarte, Renata Turrent amamanta a su hija. Amamantar libremente se ha vuelto su posición política desde que comenzó campaña como aspirante a diputada local del distrito 17 en la alcaldía Benito Juárez.
Durante estos meses recorrió las calles con su bebé en brazos, entre sus recorridos amamantó en los parques bajo la consigna de que “dar pecho es un derecho”. Estos últimos días optó por dejar a su bebita en casa por el aumento del calor y de los ataques que recibían.
“Amamantar es un tema político, es un tema no solo de derechos que las políticas públicas no me permiten ejercer porque es casi imposible mantener una lactancia si tienes que regresar a una oficina donde no hay cuartos de lactancia. Además, es un tema de salud pública porque están comprobadísimos los beneficios que tiene la lactancia materna. Esta polítización de la maternidad, la lactancia y el aborto es la unica forma de lograr avanzar derechos porque si los mantenemos en lo privado jamás se van a ganar” explica Turrent.
La candidata fue receptora de comentarios como “estás usando a tu bebé para conseguir votos así como las mujeres en las esquinas usan a sus bebés para pedir dinero”. Un ataque que considera profundamente clasista y machista. Turrent se pregunta: “¿A quién se le va a ocurrir pasar un embarazo para ganar algunos votos?”.
Ser mujer en el mundo de hombres de la política mexicana es una inmersión constante a distintos tipos de violencias. Fue muy claro durante las campañas. Turrent lo vivió desde el inicio, cuando recibió comentarios como “¿con quién te acostaste?” para justificar su registro.
“Te hacen recordar siempre que ‘estás abajo’. Siempre es tener que demostrar el doble, nunca eres suficiente, no importa lo que hayas hecho, siempre es tu condición de mujer con respecto a un hombre en la política y es muy cansado. En mi caso, además de todo, se agrega el tema de la maternidad. Se me ha acusado de ser la peor madre” recuerda Turrent.
-¿De dónde se construye el concepto de mala madre?
-Sí las mujeres de pronto de manera organizada decidimos no tener hijos, tenemos el control de la reproducción social, de manera conjunta tenemos un poder muy fuerte. ¿Qué ha hecho el patriarcado? Creó esta historia romántica hegemónica. Por un lado se romantiza: tu único objetivo es tener hijos. Y por otro lado se castiga si no cumples esos roles: ¿Cómo se te ocurre dejar a tu hija o sacar a tu hija por tu ambición política?
A veces estoy amamantando y estoy mandando mensajes y siento una culpabilidad tremenda. Te sientes culpable de pasar tiempo con tu hija pero también te sientes culpable de ir a trabajar y dejar a tu hija. He tratado de mantener límites con mi trabajo y se me ha juzgado un montón. Ese jaloneo genera mucha ansiedad y culpa. La maternidad es una ola de culpas”.
La experiencia de Turrent es parte de las violencias que muchas candidatas vivieron durante estas elecciones.
“Estas han sido de las elecciones más violentas en donde se juzgó, priorizó, la imagen física de las candidatas, el tema de la vida privada, su familia […] y sobre todo esta despolitización de hablar de la imagen de las candidates cuando lo sustantivo son sus propuestas”, mencionó Edurne Ochoa durante la presentación de los resultados de la Observatoria Todas Mx.
Hasta el día de la presentación de ese informe, al 1 de junio, de los 34 asesinatos cometidos durante el proceso electoral 21 eran mujeres. El mismo día de la presentación se publicó el ataque a la candidata Rosa Elia Millán en Michoacán. Este 2 de junio se anunció la desaparición de Marilú Martínez Núñez, candidata a la alcaldía de Cutzamala de Pinzón, Guerrero, por Movimiento Ciudadano.
Entre las agresiones registradas contra las candidatas la Observatoria Ciudadana Todas MX identificó amenazas, discriminación por orígen étnico, discriminación por género, violencia física, agresiones por parte de medios y cadidatos durante el proceso electoral.
La paridad de género en los congresos es algo que ha ido en aumento durante los últimos años. Según el Observatorio de Participación Política de las Mujeres en México en los congresos locales del país (promedio nacional, 2015-2020) durante 2020 el 49.6 por ciento de sus integrantes eran mujeres respecto al 50.4 por ciento de hombres.
-¿Hay equidad en la política o solo es cuota de género?
– Es un ejercicio que tenemos que evaluar, ver de qué manera funciona esta política de cuota de género. En lo personal estoy de acuerdo en que se obligue a que haya mitad y mitad pero eso no significa ni que sustantivamente vayamos a tener el mismo poder que los hombres, ni que nos cueste el mismo trabajo llegar. Porque no es la misma cantidad de violencia política que recibimos las mujeres a la que los hombres reciben.
En este aspecto la candidata menciona que, además, no necesariamente porque haya mujeres dentro habrá una agenda de mujeres y menos una feminista. En cambio, sí hay “machismos y políticas públicas machistas en todos lados” menciona.
Durante estas elecciones la Observatoria Todas MX revisó las propuestas de los partidos buscando temas que atraviesan los derechos de las mujeres como aborto, cuidados y tiempo propio, erradicación de la violencia, acceso a la justicia, abolición de la explotación sexual y erradicación de la brecha salarial.
Encontraron que solamente dos partidos contaron con alguna mención de estos temas y que menos de la mitad incluyen en sus propuestas, de una forma muy general, alguno de estos aspectos que afectan directamente la vida de las mujeres.
Además hicieron una revisión de las acciones de los partidos a favor de las mujeres en las distintas legislaturas y notaron que tienen un mínimo de cumplimiento que en realidad es lo que les pide el INE o las agendas legislativas (cuotas), pero no es representativo de su actuar como legisladores.
“Las propuestas son vagas, sin acciones afirmativas consistentes ni con evidencia de cumplimiento dentro de sus períodos legislativos”, informó Todas Mx.
Respecto a las campañas se habló de las mujeres pero…
“Prácticamente todos los partidos políticos y muchos de sus candidatos y candidatas utilizaron la correción política de los temas relacionados con las mujeres pero no incorporaron nuestra agenda en su agenda”, comentó Mónica Mendoza, integrante del observatorio.
Además ningún partido cuenta con información de cómo apoyó a sus candidatas ante la violencia que sufrieron. Y se registraron más de 100 denuncias a candidatos que incumplen con la Ley 3de3vsviolencia por agresión sexual, deuda de pensión alimentaria o violencia familiar.
-¿Qué política pública no soportas por machista?- se le pregunta a Renata Turrent:
“Me preocupa, y se está discutiendo apenas, el tema de los vientres subrogados. Se juntan estas ideas muy liberales gringas, la liberación y la mercantilización de todo, que son profundamente neoliberales, machistas y que tienen una cuestión de clase. Yo cuando estaba embarazada me preguntaba dos cosas, ¿quién puede estar de acuerdo con un vientre subrogado y quién puede obligar a alguien a pasar por un embarazo cuando no quiere? Es un proceso cansadisimo. Yo soy una persona sana y acabé con una diabetes gestacional y un parto de emergencia. Es ponerte en una situación de riesgo. La otra arista sería el aborto a nivel nacional. Y han habido compañeros del partido en que militó que han votado en contra y son cosas que no son negociables” responde.
Cuando tenía 20 años Renata Turrent no quería ser mamá. Estaba en contra de los estereotipos que desde niña se imponen a las mujeres. A los treinta, después de llevar varios años con su pareja y de ver que todas sus amigas eran mamás, le dieron ganas de ser madre. Comenzó a cuestionar el otro lado: qué tanto decidía no tener hijos por una declaración social ante una maternidad impuesta y qué era lo que ella realmente deseaba.
“Al final fue una decisión que me tomó mucho tiempo. ¿De dónde vienen estas ideas de si querer y no querer tener hijos? (Preguntarse) ayuda a saber en el fondo que es lo que personalmente quieres”, comparte.
Incursionar su maternidad en su política no ha sido fácil pero tampoco quiere romantizar la maternidad:
“Cuando platicas con otras mujeres que han tenido embarazos todas dicen ‘sí,me fue horrible pero se te va a olvidar’. Me di cuenta que a muchas mujeres les fue mal en el embarazo pero hay un tabú, hay ideas de culpabilidad, de ser mala madre. La maternidad es un proceso difícil. Antes vivías para ti y de pronto hasta lavarte los dientes es un reto, no tienes tiempo porque tu vida es secundaria a la de un recién nacido. La desromantización es importante para tomar decisiones más conscientes”, comparte.
Cuando Turrent habla de su vida como candidata y como mamá nombra la cantidad de cosas que logra hacer en 24 horas, de las cuáles solo cuatro dedica a dormir. Dividir su tiempo entre el trabajo y los cuidados la trae ocupada al cien por ciento.
“Es visibilizar y no romantizar esta malabareada que tenemos que hacer las mujeres que salimos a trabajar o que trabajan desde casa. Visibilizar que es una realidad no mía sino de miles de mujeres y no es normal. No es algo que se le deba exigir a una mujer que pueda hacer este trabajo por sí sola porque criar a un ser humano debe ser un trabajo comunitario y el gobierno debe ser parte de esta crianza”, explica.
El tema de la crianza compartida en México se entiende a partir de la desigualdad con los permisos. Mientras las mujeres cuentan con tres meses de maternidad a los hombres se les dan cinco días de paternidad abonando así a la brecha salarial de género.
“Todo este tema de cuidados y su relación con el mercado laboral se tiene que regular porque si se lo dejamos al mercado, el trabajo de cuidados no es algo que le interese, a pesar de que el trabajo del hogar no remunerado sería el equivalente al 23 por ciento del PIB: Si las mujeres de manera masiva dijéramos se acabó, no volvemos a lavar un plato, el PIB se caería aproximadamente 17 o 18 por ciento porque de ese 23 por ciento, las mujeres nos hacemos cargo de la gran mayoría”, dice Turrent.
Para Turrent la desigualdad de derechos en el ámbito laboral tiene que ver con que no han empatado las prestaciones ni derechos laborales con las responsabilidades que se les exigen a las mujeres. No hay políticas públicas que permitan que las mujeres tengan maternidades dignas.
“El trabajo es parte de nuestra vida pero no te puede consumir por completo, se nos ha hecho creer que somos máquinas y no lo somos y parte de ser máquinas es estar trabajando con una mano y maternando con la otra” comenta.
–En el contexto de violencias en que vivimos, ¿por qué hablar de maternidades?
-Obviamente no son excluyentes, no porque tengamos problemas tan graves no podemos pensar en otros problemas actuales que además son a largo plazo. Para regresar a algo medianamente un poco más sano tenemos que invertir en esta cuestión de relaciones, cuidados, de cuidado como sociedad, tenemos toda una generación entera que creció con la guerra y que mucho del trabajo que tenemos que hacer para sanar es empezar a pensar cómo nos vemos entre todos y qué mejor manera que cuidar a seres humanos que apenas están entrando a este mundo caótico.
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