La legalización de la marihuana parece algo inevitable en México, la tarea de las autoridades de Salud será resguardar que su aprobación no tenga efectos nocivos en la salud pública y reconocer al modo de vida y el desarrollo de la personalidad de cada ciudadano. Es una tarea antagónica, acepta en entrevista Gady Zabicky, comisionado Nacional Contra las Adicciones, quien podría estar al frente de la regulación de la cannabis
Texto: Arturo Contreras Camero
Fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.- “Yo sí creo en una regulación más o menos estricta, no una regulación laxa como la que hay en Colorado y en California”, asegura Gady Zabicky sobre el futuro de cómo se debe manejar la regulación de la marihuana en el país. El director de la Comisión Nacional para las Adicciones se enfrenta a la tarea de cambiar el paradigma de control de las drogas en México.
Durante el último lustro la regulación de esta droga ha avanzado a pasos agigantados en el país. De los amparos medicinales de unas cuantas personas a las prebendas para el uso medicinal a una ley que ampare el consumo del grueso de la población, el camino andado apunta a una inminente aprobación; sin embargo, las dudas de muchas personas podrían presentar un importante obstáculo.
“Desde la Conadic nos parece muy importante, en primer lugar, considerar que lo supremo, en esta ecuación, son los derechos humanos y de las comunidades y sus familias a vivir en un país con oportunidades y a la justicia. Al desarrollo de nuestra personalidad y a nuestro estilo de vida, diría yo”, aseguró Zabicky en una entrevista por videollamada.
El mandato de aprobación de la marihuana, emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación hace un par de años, usa ese mismo argumento para la legalización de la droga: el desarrollo de la personalidad, que reconoce el uso de drogas como parte de la intimidad de la persona.
La misión de la Conadic, sin embargo, es proteger, controlar y atender los problemas de consumo de sustancias, reitera el comisionado.
“En ese sentido esto implica, como te digo, tocar el violín a dos manos. Es por una parte favorecer el desarrollo de las personas, el que podamos operar en libertad de nuestros derechos, el que podamos ser como somos, el que se respete la privacía y la intimidad de los ciudadanos”, asegura, y después acota: “Eso se tiene que equilibrar con que tenemos que salvaguardar la salud pública, que es un bien primario para la nación. Tenemos que proteger a las niñas, a los niños, a los adolescentes. No por una cuestión de ser mojigatos o controladores, sino porque el día de hoy hemos aprendido mucho de lo que pasa con la cannabis en el cerebro humano y sabemos que el uso temprano en el ser humano de esta planta sí conlleva muchos daños a la salud de los que tenemos que proteger categóricamente a los jóvenes”.
La propuesta de ley que permite a los mexicanos producir, transformar, comercializar y consumir marihuana está detenida en la Cámara de senadores. Su última versión, dijeron los legisladores y diversos sectores de la sociedad civil, perdía la esencia del mandato de la Suprema Corte: permitir el desarrollo de la personalidad.
Una de las grandes críticas, según los activistas especializados en cannabis, era que la Comisión contra las Adicciones sería la oficina del gobierno dedicada a la regulación y a la entrega de licencias necesarias para el aprovechamiento de la planta, lo que significa que regularía el mercado sin el expertise necesario, según sus críticos.
Al respecto, el titular de la Conadic acota: “A mí no me toca como tal elaborar la política de drogas, sino sugerirla al Ejecutivo, con los insumos que yo pueda aportar, con la información que tenemos, con lo que sabemos desde la Conadic, para que el Ejecutivo pueda tomar las decisiones correctas en cuanto a cualquiera de los ámbitos en que se nos consulta. Últimamente hemos estado opinando con mucha frecuencia desde el ámbito técnico: cuáles son los pros, los contras y cómo resolver algunos detalles minuciosos, y perniciosos diría yo”.
Según el comisionado, que desde hace más de 25 años ha ganado experiencia sobre los efectos, el control, la regulación y los usos de la cannabis fuera de un esquema de prohibición, se deberían tener tres leyes diferentes que separen los usos de la planta.
Uno debería ser el referente a los usos medicinales de la planta. Al respecto el gobierno mexicano tomó cartas en el asunto y desde el inicio de este año emitió un reglamento que el propio titular de la Conadic describe como de vanguardia (hace un mes, la madre de un menor con necesidad de tratamientos medicinales con base en cannabis recibió los medicamentos extraídos de esta planta por parte de los servicios de Seguridad Social del Estado).
Otra ley debería regular el uso industrial del cáñamo, la parte no psicoactiva de la planta de marihuana, que puede ser usada para desarrollar fibras y celulosa. En torno al tercer aspecto, el uso de la droga con fines recreativos o personales, que es una discusión muy vigente y efervescente, sobre todo por el escepticismo de lo que podría suceder por echar abajo la prohibición de la cannabis.
Para el comisionado, la creación de un Instituto Mexicano del Cannabis sería inaceptable bajo los cánones de la cuarta transformación. Ese intituto se encargaría de la regulación del desarrollo industrial y científico de la planta, como señalaban las primeras propuestas de legislación en el país.
“Eso implicaría muchísimo tiempo. Crear una figura de este tipo, a nivel legislativo, armonizar las atribuciones que tendría con otras instancias es, realmente, un proceso arduo y harto complejo. Además de que generaría una gran estructura que va en contra de la austeridad republicana. En ese sentido queda la pregunta de quién sería el que tuviera la rectoría, cuál sería, o dónde debería de estar. A mí, personalmente, me parece que un mal lugar para que estuviera esta oficina es en Seguridad y Protección Ciudadana”, dice al respecto.
“A mí me parece que la Secretaría de Gobernación podría fungir un papel adecuado, pero desde nuestro punto de vista, creo que es la Conadic”, sin embargo, reconoce que actualmente la dependencia a su cargo no cuenta con las capacidades necesarias para el trabajo.
“De momento los tomadores de decisiones cuestionan si en la Conadic estamos listos para emprender este reto. Yo les comento que así como está presupuestada, como está estructurada, la respuesta es no. Pero sí tenemos la opción de que, con un gasto mucho menor a lo que implicaría un Instituto, fortaleceríamos a la Conadic y echaríamos a andar otras potencialidades que ya tenemos”, asegura.
El funcionario después argumenta: “La Conadic ya da licencias, ya inspecciona establecimientos –los centros de internamiento para adictos–. Entonces, no es algo desconocido para nosotros, tenemos muchísimos años haciendo esta actividad y hay gente muy profesional en la comisión. Teniendo un recurso humano, un recurso que muchas veces sale sin hacer una erogación demasiado fuerte, yo creo que sí es una buena idea. Porque, finalmente, lo que queremos vigilar realmente es el asunto epidemiológico y el comportamiento de salud de la población frente a estos cambios y nadie puede hacer esto mejor que Salud.
La seguridad del comisionado para las Adicciones parece emanar de una nueva filosofía de atención a las drogas, en la que se cambia del modelo de seguridad a uno más cercano a la atención de la salud.
“Una de las cosas que estamos haciendo ahorita en la Secretaría de Salud es que, prácticamente todo lo que tiene que ver con adicciones, con sustancias, también tiene que ver con salud mental. Esto venía desde antes”, explica. “Para las drogas y adicciones hay tres instancias: una es la que yo tengo la oportunidad y el orgullo de presidir, otra son los servicios de atención psiquiátrica y el consejo de salud mental, que es el órgano regulatorio. De estas tres vamos a hacer una sola, este reglamento está en el horno y no debe tardar en que se publique. De esta manera no estigmatizamos a los usuarios de drogas, aplicamos la ciencia a la salud pública de una manera más clara”.
El doctor Zabicky argumenta con un dato: “El 80 por ciento de quienes tienen un problema por consumo de drogas también tiene un segundo diagnóstico psiquiátrico”.
Si bien México no es pionero en adoptar un nuevo enfoque respecto al tratamiento de las drogas, más apegado a un enfoque de salud que a uno de seguridad, las experiencias de otras naciones no podrían ser tan esclarecedoras respecto a lo que podría pasar en el país.
El funcionario prevé que la prohibición a la cannabis va a caer en Estados Unidos durante esta administración. Ello generará que el bloque del subcontinente norteamericanosea la mayor parte del mundo en la que la cannabis está regulada. Eso, a mediano y largo plazo, dará pie para enfrentar el problema de una manera más crítica, más humana, más moral.
“Sí existe ya una experiencia, ya hay un camino andado en otras latitudes, en otros países. México sí representa una novedad respecto al modelo. Porque tenemos algunos países latinoamericanos, como Uruguay, que ya dieron el paso y regularon hacia la libertad del consumo, la producción y todo eso. La diferencia es que allá son menos de tres millones de uruguayos. Y tienes otros países como Canadá o muchos de los estados de la Unión Americana en donde el número de la población sí es importante; pero son países súper desarrollados con una economía y un nivel educativo y un sistema de salud que funcionan. Entonces, en ese sentido, México sí sería el primer país en vías de desarrollo que echaría a andar una regulación de este tipo, y eso sí tiene jiribilla”.
Esta jiribilla podría referirse a los problemas de salud pública que implicaría la aprobación de la marihuana: el aumento en consumidores y en personas dependientes. Para ello, la Conadic planea un par de acciones: un observatorio específico dedicado a vigilar el consumo, sistemas de farmacovigilancia y encuestas centinela para observar el fenómeno.
“Sabemos que en el momento en que se legalice sí habrá un pequeño crecimiento de personas consumidoras que son experimentadoras, eso es cierto. Aunque en México no lo sabemos porque la verdad es que en nuestro país es facilísimo conseguir marihuana muy barata en cualquier lado o cualquier lugar y a cualquier hora. Entonces, si tú me preguntas, yo creo que los mexicanos y mexicanas que no fuman ‘mota’ porque es ilegal son muy pocos. Ahora, creo que el momento en el que estos se refleja como legal, sí habría un poco más de seguridad y sabemos que sí hay una jorobita –un aumento– en el número de experimentadores, lo que significa que también va a haber una jorobita en el número de personas que abusan de la sustancia y finalmente de aquellos que desarrollan una dependencia y que va a ser menos del 9 por ciento de los experimentadores”.
A pesar de ello, desde el gobierno federal el paso de la legalización no se dará a ciegas, explica el funcionario:
“Los 335 centros de atención primaria en adicciones, los Capas, que están repartidos en todo el país, todos y cada uno están recibiendo una capacitación muy extensiva en lo que es la regulación del cannabis, en lo que son los problemas psicoemocionales que se derivan de su consumo, en la protección de los menores, en todo lo que significa la cannabis medicinal, entonces estamos nosotros disponiéndose a que haya una mucho mayor capacidad para atender los efectos que puedan surgir de esta regulación”.
A fin de cuentas, la regulación parece tener un saldo positivo para el responsable de la Conadic:
“A mí me parece que sacarlo de lo oscuro, incluso si vemos un leve incremento en el consumo, siempre sigue siendo beneficioso. El día de hoy, el que decide a quién se le vende, cuánto cuesta, qué contiene, dónde se vende es el mercado ilegal y yo creo que todas estas son atribuciones a las que el gobierno no puede abdicar su responsabilidad de regular lógica y humanamente. Estamos claros que queremos un cambio y que tenemos que hacer que esto se vuelva algo práctico, algo concreto. El destino favorece a los valientes”.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona