Cientos de niños y niñas de varias comunidades nahuas marcharon a pie de carretera cargando pancartas con mensajes que ellos mismos escribieron. En ellos piden una vida digna para sus padres y para ellas
Texto y fotos: Isabel Briseño
ALCOZACÁN, CHILAPA, GUERRERO.- Cientos de niños y niñas de varias comunidades nahuas marcharon a pie de carretera cargando pancartas con mensajes que ellos mismos escribieron. En ellos piden una vida digna para sus padres y para ellos:
“Nosotros no queremos agarrar las armas, queremos ir a la escuela, jugar, cantar, respirar, queremos dormir sin miedo, no nos preparamos para la guerra, luchamos por la vida, nuestras armas son la dignidad y la rebeldía”.
Una niña dirigió su mensaje para el presidente de México Andrés Manuel López Obrador; le cuestionó si en realidad existe preocupación por los niños y niñas de las 24 comunidades del municipio de Chilapa de Álvarez; o si solo le interesa la opinión pública luego de que se les criminalizara después de que se anunciara la incorporación de niños a las filas de la policía comunitaria. “Condena la consecuencia y no mira las causas”, acusó.
“Tenemos dignidad, mucha rabia, rebeldía y resistencia”. “Estamos aprendiendo de organización porque usted, señor Andrés Manuel López Obrador, no ve el sufrimiento que estamos viviendo todos los días los pueblos originarios. Los pueblos seguimos siendo despreciados, asesinados, abusados. No solo sufrimos por la carencia de los servicios más elementales, sino también por los asesinatos que nos afectan desde la infancia hasta la vejez”.
Bernarda es madre de uno de los pequeños que recorrieron aproximadamente 2 kilómetros de carretera con el rayo del sol a cuestas. Ella indicó que pese a que no pueden salir de la comunidad de forma segura para realizar sus compras básicas, ella no permitiría que su pequeño se entrenara con armas para integrarse a la “comunitaria”. Cabe recordar que el pasado 22 de enero del 2020, 15 menores se unieron, tras el asesinato de 10 músicos indígenas; este caso se atribuye a los “ardillos”, uno de los dos grupos criminales que operan en aquella región del estado.
Integrantes de la policía comunitaria de una fracción de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias Pueblos Fundadores pidieron a los menores que se formaran para hacerles entrega de “sus armas”. Fue entonces que empezaron a repartirles juguetes a los aproximadamente mil niños que abarrotaron la cancha del pueblo tras el largo recorrido en el marco de la conmemoración del Día del niño y de la niña; y con la consigna de exigir justicia y seguridad para sus comunidades. Grandes sonrisas iluminaron las caritas de los menores que salieron de la cancha muy contentos cargando carritos y trastes de plástico.
Nunca me ha gustado que las historias felices se acaben por eso las preservo con mi cámara, y las historias dolorosas las registro para buscarles una respuesta.
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