31 marzo, 2021
Elementos de la Guardia Nacional detuvieron a un albañil por supuestamente no llevar cinturón de seguridad y después lo acusaron de conducir un automóvil robado. Sin hablar castellano, el detenido fue presionado para firmar papeles y su esposa fue designada como su traductora pese a no dominar el castellano y a que la ley lo prohíbe
Texto: Reyna Haydee Ramírez
Foto: Especial
HERMOSILLO.- Elementos de la Guardia Nacional en presunto contubernio con la Fiscalía de Sonora y un Juez armaron el caso legal contra un índigena mixteco, que hoy está en prisión preventiva en una cárcel de Sonora, por un delito que podría no haber cometido.
Melitón H.R., de 44 años, albañil, casi no habla español. Nunca se había metido en un lío con las autoridades, hoy está en un penal de Nogales desde el 7 de febrero. ¿El delito? Conducir un carro presuntamente robado en Puebla.
Eran alrededor de las 6 y media de la tarde del domingo 7 de marzo. Melitón y su familia fueron obligados a parar en el retén de la Guardia Nacional en la carretera federal 2, en el kilómetro 32, tramo Santa Ana, Sonora. Habían salido del sábado a media mañana, de Vizcaíno, Baja California Sur.
En el Informe Policial Homologado (IPH), los agentes de la Guardia Nacional indican haber visto a 10 metros de distancia que Melitón no traía puesto el cinturón de seguridad, por eso le ordenaron parar y, mientras le hacían la multa, empezaron a revisar su carro: una camioneta pick up, Nissan, NR300, cuatro puertas, color blanco, modelo 2016. A simple vista nueva, arreglada.
De lo poco que entendió Melitón en la audiencia de control fue que la Guardia Nacional aseguraba que no llevaba el cinturón de seguridad puesto.
“Dios es testigo (de que sí traía el cinturón de seguridad puesto)”, externó ante el juez de la causa, Jorge David Castro Galindo.
Teodosia, compañera de Melitón, explica: “Mi esposo se bajó y le empezaron a decir que si el carro era de él, que presentara sus identificaciones, empezaron a revisar el carro, luego dijeron que abajo del chasis que había un número alterado, que ese número traía reporte de robo.
“Entre ellos discutían ‘No, así déjalo’, decía uno, ‘sí es el número’, y otro decía ‘sí, sí es’, ‘No, no se alcanza a ver’ y como que ellos agarraron ese número y pusieron otra serie, para decir que ese carro fuera robado”, señaló.
Una hora y 20 minutos después de la discusión decidieron ponerlo a disposición del Ministerio Público en Magdalena de Kino.
La camioneta se la llevó una grúa y Teodosia y sus tres hijos fueron llevados al municipio de Magdalena en una patrulla.
Ante el Ministerio Público lo hicieron firmar papeles.
“Nosotros le decíamos que no firmara nada, porque él no sabe bien leer y no habla muy bien el español. Lo hicieron firmar y de ahí dijeron que iba a quedar detenido porque el carro tenía reporte de robo”, explicó Teodosia.
Ahí les dijeron que en 48 horas lo iban a soltar porque él era una víctima más, porque compró de buena fe.
“Nosotros le creímos, no pedí ayuda, no quería que se enteraran, yo no quería preocupar a mi suegra, porque ella está enferma, es una persona mayor”, lamentó.
Pasadas las 48 horas Melitón fue llevado a un penal en Nogales, donde permanece por el delito de detentación de vehículo robado.
Melitón y su familia pasan su vida de punta a punta del país, entre Oaxaca y Baja California Sur. De sus raíces y trabajo a su vida familiar, en el campo, cerca de su madre.
Ese fin de semana, Melitón tenía urgencia de llegar a Oaxaca, una de sus hijas, que estudia Medicina tenía un examen y debía prepararse. Le preocupaba que aún no había sacado las placas nuevas del carro, primero por falta de recursos y, por la pandemia, los servicios no operaban con normalidad, menos en Vizcaíno, una comunidad rural en el municipio de Mulegé, al norte de Baja California Sur.
En los días previos consultó con autoridades locales de Hacienda para ver si podría viajar así sin placas y sin haber puesto el carro a su nombre. Le aconsejaron que sí, que si lo paraban, dijera que tenía en trámite las placas.
Y salió, confiado en que llevaba una factura original, una constancia de no robo, copia de la credencial de elector del vendedor, incluso una copia de que el carro está asegurado.
Melitón tenía ganas de comprar un buen carro para viajar con su familia, entre sus dos residencias. Su hija vio un anuncio en Facebook de un pick up, doble cabina, 2016, como la que querían, pero el carro estaba en Tlaxcala y decidieron ir a verlo, su dueño les dijo que lo usaban para acarrear vacas, que estaba un poco dañado. Y por eso les hizo un descuento y quedó en 138 mil pesos. Melitón pidió prestado a un familiar en Estados Unidos, a cambio aceptó pagar con trabajo, construyéndole su casa en Oaxaca.
El ministerio público asegura que a Melitón “se le detuvo en flagrancia al momento de estar cometiendo un hecho que la ley señala como un delito”,
Y lo sustenta con el Informe Policial Homologado (IPH) que elaboraron los agentes de la Guardia Nacional Luis Reyes, Rodolfo Serrano y Alfredo Lozano, instalados en un retén a la altura del kilómetro 32 de la carretera federal 2, tramo Santa Ana-Altar en la radiopatrullas 18920 y 12770 y 12766.
“Debajo de la puerta de copiloto encontraron el número de serie 3N6AD33C2GK882627, el cual no corresponde al tipo de letra, y posición donde la marca Nissan coloca el número de serie, sin embargo, por arriba se aprecian otros número lijados, por lo que se aplicó la técnica de revenido químico, resaltando la serie 3N6AD33C6GK805811 siendo esta la original por el tipo de letra y por la posición en que se encuentra”, exponen en el IPH.
“La segunda serie 3N6AD33C6GK805811 contaba con reporte de robo del 4 de diciembre del 2020, vigente en el sistema de Plataforma México y en el SNSP.
En una investigación del caso se encontró que hay dos números de serie y ambos vehículos existen, se trata de dos camionetas similares, mismo color, mismas características, Nissan, la diferencia es que uno, el robado, es de 2018 y otro, el de Melitón, es del 2016.
“¿Comprendió lo que ahorita le vienen exponiendo?”, le dice el Juez a Melitón.
La defensora le trata de explicar a Teodosia lo que dijo el Ministerio Público y ella a su vez intenta explicarle a su esposo, pero él no entiende y sólo alcanza a decir: “Yo no estoy de acuerdo”.
-¿En qué no está de acuerdo?, pregunta el juez.
-Muy poquito (entendí).
-¿Tiene alguna duda?, ¿quiere que le expliquen algo?
-Sí, dice apenas audible.
-Dígame, ¿en qué tiene duda?
Y la defensora responde: “Mi representado manifiesta que quiere que el Ministerio Público le vuelva a explicar cómo fue que lo detuvieron.
-¿Se refiere a la detención momentánea, defensa? -interviene el juez.
-Cómo fue precisamente la detención, cómo fue que los agentes policíacos decidieron detenerlo, dice ella.
-El motivo fue el no utilizar cinturón de seguridad, en el expediente existe una boleta de infracción, la boleta número 6550720, explica ahí las razones que fue por no traer cinturón de seguridad, dice el Juez.
-La verdad Dios está mirando que yo venía y me detuvieron y estaba el retén, y no estoy de acuerdo, en…
-¿En qué no está de acuerdo?, ataja el Juez.
“De lo que me dicen del cinturón, ellos están mirando que yo traía el cinturón puesto”, responde tímidamente Melitón.
Y el Juez se limita a decirle: “¿Algo más?”.
En cuanto empieza la audiencia, todo se vuelve una simulación: el juez, el Ministerio Público, el asesor jurídico y la defensora de oficio simulan estar ante una perito traductora. De hecho a mitad de la audiencia que dura una hora 50 minutos, se olvidan de ella y de que no está traduciendo nada.
Teodosia no sabe nada de audiencias, su español es apenas lo que alcanzó a aprender en sus tres años de primaria. Su vida de soltera fue el campo y ya con casi 25 años de casada se ha desempeñado como ayudante de albañil de su esposo, en Oaxaca y en Vizcaíno, Baja California Sur.
Y Melitón aprendió nada o muy poco español, pues no terminó el segundo grado de Primaria. Como albañil se desarrolló mayormente en su comunidad mixteca de Oaxaca y Baja California Sur. Nunca antes había tenido líos con las autoridades. Su rostro lo dice todo. Impotencia.
No sabía que su esposa sería la traductora y ella lo supo minutos antes de entrar a la audiencia, incluso le advirtió a la defensora de oficio que ella no entendía nada de cuestiones legales.
“Yo le dije que yo hablaba el español, pero que no lo hablaba correctamente bien, que si ellos se ponían a decirme de artículos y esas cosas, yo no les iba a entender”, pero eso no importó, la defensora de oficio Jazmín Hernández Gándara la ofreció cómo perito traductora.
Al inicio de la audiencia, la defensora de oficio indicó al juez que su representado no hablaba claramente el español, pero contaba con una persona que les podría ayudar. Y cinco minutos después de un receso, ingresó a la sala con Teodosia.
“Se va a ostentar como perito para que mi representado nos pueda entender y no se le vulneren sus derechos dentro de la presente audiencia”, dijo Hernández Gándara.
Y el Juez se dirige a Teodosia:
“Muy bien, usted viene para auxiliar aquí en la traducción, de español ¿A qué?”.
A mixteco, respondió Teodosia.
“Muy bien”, la frase que repetirá reiteradamente el Juez.
“En atención a esta situación voy a tratar de ser lo más sencillo, las frases, los términos empleados, voy a tratar, para que pueda ser lo más comprensible. Le voy a pedir a la señora Teodosia para que ella vaya efectuando su traducción, en caso de que usted no comprenda”, le dice el Juez.
“La licenciada Jazmín Hernández Gándara. ¿Usted está de acuerdo en designarla como su defensora en la audiencia?”, pregunta.
Ante el silencio de Melitón, la defensora de oficio mueve los dedos de la mano en señal a Teodosia para que hable, para que le traduzca. Ella reacciona apurada y le habla a su esposo en mixteco, en ese momento el Ministerio Público, Gustavo Astolfo Mendívil, y el asesor jurídico de la víctima, César Serrano, se miran, comentan algo y ríen. Esto es apenas al inicio, veladas sonrisas volverán a traicionarlos una o dos veces más a lo largo de la audiencia.
Sobre el idioma, el Código Nacional de Procedimientos Penales señala en su artículo 45, párrafos 5 y 6:
“En el caso de los miembros de pueblos o comunidades indígenas, se les nombrará intérprete que tenga conocimiento de su lengua y cultura, aun cuando hablen el español, si así lo solicitan.
“El Órgano jurisdiccional garantizará el acceso a traductores e intérpretes que coadyuvarán en el proceso según se requiera”.
Y el artículo 46 agrega: “… En ningún caso las partes o los testigos podrán ser intérpretes”.
El órgano jurisdiccional, el juez, el juzgado, no proporcionaron al perito traductor.
“Voy a tratar de ser pausado, para que en caso de una duda, le puedan ir explicando, lo que tenga duda lo pueda ir explicando su traductora, voy a tratar de ser simple, lo más sencillo”, le dice el Juez al Melitón.
“Vienen manifestando haber efectuado un paro de su marcha al advertir una falta de tránsito de las carreteras pues ante al advertir una serie alterada del vehículo y ver un reporte de robo, pues pudiese estar incurriendo en un delito, por lo cual se estima hasta etapa, se estima suficientemente justificada esa detención.
“Si bien es cierto que usted viene diciendo que no se encuentra de acuerdo, hasta este momento, la pura negativa no se estima suficiente para desvirtuar esto, toda vez que hay un informe que vienen presentando tres agentes, y con lo cual vienen respaldando con una boleta de infracción”, dijo el Juez.
Y “por lo pronto en lo que resta de esta audiencia va a permanecer en calidad de detenido”, añadió.
“Estamos tratando con el delito de detentación o posesión de vehículo robado previsto y sancionado por el artículo 308 bis, en su fracción 6ta, del Código penal de Sonora”, explica el Ministerio Público.
“Este es un delito de carácter doloso… se considera que lo realizó como autor directo”.
Los que declaran en su contra son Luis Miguel Reyes, Rodolfo Serrano, y como agentes de la Guardia Nacional, y los peritos de la fiscalía Jonathan Fernando Fuentes Valle y José David Ramírez Bermúdez,
“No se advierte en la carpeta de investigación ninguna causa en favor de Melitón H.R. que detuviese la acción penal en contra de él. Aún así la defensora de oficio no consideró pedir una ampliación del término de tres a seis días para la audiencia de control, a pesar de que no conocía bien el expendiente.
Teodosia está varada en Hermosillo, vive en una iglesia cristiana donde los recibieron para estar en Sonora para apoyar a su esposo. Revocó a la defensora de oficio por considerar que no hizo nada por ayudar a su esposo. Y ahora los asesora legalmente un defensor de Derechos Humanos que interpuso un amparo indirecto para sacar libre a Melitón antes de los tres meses que autorizó el Juez para la próxima audiencia.
Periodista de Sonora. Colabora para Medios en Internet y noticieros de radio en Sonora y Baja California Sur, y actualmente es beneficiaria del programa de becas para periodistas desplazados de la Red de Periodistas de a Pie. La mayoría de su trabajo está enfocado en temas relacionados con Justicia, corrupción, migración y Derechos Humanos.
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