13 marzo, 2021
Residentes de Casa de Colores tienen el desafío de mudarse a otro lugar y mantener el refugio donde cohabitan unas 40 personas que llegaron a Ciudad Juárez con la esperanza de cruzar a Estados Unidos
Texto: Karen Cano / La Verdad Juárez
Foto: La Verdad
CIUDAD JUÁREZ.- El tiempo se agota para un grupo de 40 mujeres transgénero migrantes que se encuentran varadas en Ciudad Juárez en espera de cruzar a Estados Unidos, debido a que deben desalojar el sitio en donde se han refugiado durante el último año.
Por separado o en grupos, ellas llegaron de manera paulatina a esta comunidad con la intención de cruzar la frontera en busca ‘del sueño americano’.
“Llegamos aquí por emergencia, porque nos vimos en situación de calle, pero la dueña (del edificio donde se encuentran) ya nos dijo que su proyecto era remodelar el sitio en primavera, y que ya no tenía intenciones de seguirnos rentando, y no tenemos a donde ir”, relata Susan Coreas, de 40 años, originaria de El Salvador.
Todas se alojan en el edificio de un hotel abandonado en la zona centro, donde improvisaron un albergue para mujeres trans al que denominaron Casa de Colores.
Susan cuenta que llegó en enero del año pasado, motivada por el encuentro con algún trabajo mejor remunerado en Estados Unidos.
Relata que en ese momento, ella y otras 8 compañeras, llegaron a un albergue dónde se les atrajo con la promesa de respetar su identidad de género y brindarles apoyo, sin embargo, esto no se les cumplió.
Dice que en este sitio jamás se les brindó asesoría con relación a su proceso para poder pedir asilo a Estados Unidos, lo que impidió que iniciaran el mismo antes de que se declarase la pandemia y cerraran los cruces fronterizos; por ello, se encuentran varadas, en espera de poder iniciar el trámite, habiendo ya perdido un año de tiempo.
“Muchas están pensando en ya mejor regresarse, aunque eso significa un riesgo para ellas mismas”, explica.
La tarde de este viernes, las huéspedes de Casa de Colores tuvieron una reunión que la asociación civil Cultura Sexual Preventiva preparó en su honor.
“Queremos hacerles sentir que estamos con ellas, que somos sus aliadas y hermanas y que son parte de nuestra lucha”, expresa Elizabeth García, directora del organismo.
Explica que desde hace más de 15 años se dedican a preparar alimentos a personas que viven en condición de calle, que se dedican al trabajo sexual, o que pertenecen a la comunidad LGBTT y requieren apoyo.
“Hemos trabajado de cerca con las comunidades trans, sabemos que la tienen difícil, y quienes migran y pertenecen a la comunidad, más. Es necesario que las dejen ser, que sean libres”, comenta.
Lo anterior, luego de relatar que algunas han mencionado como parte del maltrato recibido al interior de algunos albergues, la prohibición de poder vestir de mujeres o maquillarse.
Susan comenta que, de momento, cuentan con algunos recursos donados por parte de organismos civiles de Estados Unidos, pero no saben en donde podrán refugiarse.
Relata que han encontrado propiedades en dónde podrían alquilar, sin embargo, al enterarse de su condición de migrantes no acceden y no les rentan.
Esta situación mantiene desesperadas a todas las integrantes de este grupo, quienes se han visto en la necesidad de migrar no sólo por las condiciones económicas de sus lugares de origen, sino también por la discriminación vivida en estos.
Sin embargo, ante la imposibilidad de cruzar, Ciudad Juárez no es considerada como una opción de residencia permanente por ninguna.
“Principalmente es lo económico, todas las chicas quieren ir a Estados Unidos porque allá tienen la esperanza de conseguir un mejor salario y poder ayudar a sus familias.
Una de ellas ahorita está en depresión porque están a punto de quitarle la casa a su papá y no ha podido enviarle dinero”, relata.
La mayoría provienen de países como El Salvador, Nicaragua y Honduras, ubicados en centro américa.
“La única diferencia de estar aquí o estar allá, en lo personal, es que acá puedo salir ‘vestida’, pero de hecho, allá yo ganaba mejor que lo que pudiera ganar aquí en Ciudad Juárez. Aquí no deja de ser Latinoamérica, y no pretendo quedarme aquí, mi meta es cruzar a como dé lugar”.
Recién llegaron, dice, todas empezaron a trabajar en negocios principalmente ubicados en el Centro Histórico, desde locales en los mercados hasta centros nocturnos, no obstante, con la pandemia, estos sitios cerraron y de todas sólo una no había perdido su trabajo.
Esta última trabajaba en un bar también, y fue despedida la semana pasada.
La reunión se desarrolló al interior del inmueble conocido como la casa CX16, un espacio administrado por activistas feministas, quienes han planeado una serie de actividades, como una colecta de productos de higiene, con la finalidad de apoyar a estas mujeres.
“Estamos recaudando fondos, productos de higiene personal como papel higiénico, jabón para el cuerpo, crema corporal; calzado, ropa de mujer y maquillaje en buen estado”, indica la invitación que circula por redes.
Esta colecta tendrá lugar el resto del mes de marzo, en las instalaciones de esta casa, ubicada en la calle Francisco I Madero casi esquina con la avenida 16 de septiembre.
Además, cuentan con un programa de talleres y conversatorios que tendrán lugar en el mismo espacio, y cuyo aporte será otorgado a las mujeres de la Casa de Colores.
“Ya ahorita estamos bien cerca del momento en el que nos ofrezca cruzar, hay que mantener la esperanza”, afirma Susan.
*Este trabajo fue publicado originalmente en La Verdad Juárez. Pie de Página lo reproduce gracias a la Alianza de Medios. Aquí puedes revisar la publicación original.
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