Cuerpos de seguridad de México y Guatemala mantienen una tensa calma en la frontera sur luego de la disolución de la Caravana Migrante
Texto y fotos: Andrés Domínguez / Chiapas Paralelo
CIUDAD HIDALGO, CHIAPAS.- Guardia Nacional, Ejército y el Instituto de Migración de México por un lado, y el Ejército y la Policía Nacional de Guatemala, por el otro, resguardaron este martes la frontera entre Ciudad Hidalgo y Tecún Umán, lo que generó un clima de “tensa calma”.
Tras haberse confirmado el disolución de la caravana este lunes, los gobiernos de México y Guatemala aún mantienen estrictos controles de seguridad para impedir el paso a personas que no acrediten su residencia o que cumplan con los requisitos exigidos por los institutos migratorios.
Para llegar a Ciudad Hidalgo, se ubicaron al menos tres retenes, dos de la Guardia Nacional y uno de la Policía Estatal. En la orilla del Río Suchiate hay elementos del Ejército, el INM y la Guardia Nacional que exigen a cada una de las personas su identificación antes de subir a una balsa que los cruce.
Del otro lado, en Tecún Umán, localidad de San Marcos, Guatemala, elementos del Ejército y Policía Nacional se mantienen a pie tierra, en ocasiones de forma discrecional, para identificar a personas que no son de ese país.
Al mediodía, la Casa del Migrante en Tecún Umán fue rodeada por elementos de la Policía Nacional y Ejército de Guatemala, este acto fue considerado como un acto intimidatorio para los migrantes que solicitan ayuda.
A Pierce Herbera, padre y encargado de la Casa Migrante, le sorprendió la presencia de militares armados y policías, quienes le justificaron su estadía para salvaguardar la integridad de las y los migrantes y de la Casa, pero ellos nunca pidieron tal atención.
El padre comentó que la intención de la Casa es brindar ayuda humanitaria a migrantes que necesitan asistencia para su aseo personal, comida y agua, así como hospedaje por un día. Sin embargo, pueden interpretar que con estas acciones lo único que provocan es intimidar al migrante en necesidad de asistencia humanitaria.
“Al ver la presencia del Ejército y policía, van a huir (migrantes) (…) No nos intimida la presencia, pero si ver a militares armados y vehículos del ejército enfrente de las instalaciones”, explicó.
A lo largo del día, se notó la presencia del Ejército pero fue hasta las tres de la tarde en la que se retiraron y la policía de Huehuetenango resguardaba el lugar con vehículos y un grupo de elementos que se turnaban cada dos horas.
Enrique Vidal, coordinador de Procesos del Centro de Derechos Humanos “Fray Matías de Córdova”, expresó que las autoridades mexicanas y guatemaltecas aún no han comprendido las razones del desplazamiento de miles de personas de Centroamérica, por lo que, deciden tomarlo como un asunto de seguridad antes que de asilo y refugio.
Vidal comentó que, días antes de que se desintegrara la Caravana Migrante 2021, en Tapachula llegaron helicópteros que transportaban altos mandos del Ejército y la Guardia Nacional de México, para alistarse ante cualquier grupo de personas que quisieran adentrarse a territorio de forma irregular.
“Una tensa calma”, fue como definió Vidal estas últimas horas para el estatus que se vive entre Ciudad Hidalgo y Tecún Umán.
“No estaba siendo visible, pero las instalaciones militares y de la Guardia se mantenían repletas de elementos quienes habían hecho ejercicios de contención hasta para un total de 15 mil personas”, detalló.
Vidal comentó que el gobierno de México exagera en la implementación de recursos destinados a la contención de la Caravana Migrante, cuando esta ya ni existe, tales como los recorridos a pie tierra o sobrevuelo de drones.
En el contexto de la pandemia, el activista aseguró que las y los migrantes que lleguen a Guatemala podrían ser víctimas de actos xenofóbicos, ya que pueden ser vistos como una alerta para las personas locales como posibles portadores del coronavirus.
“Vemos un despliegue de los dos ejércitos muy apresurado, no vemos los mismos esfuerzos de coordinación para las autoridades sanitarias o de protección civil. Lo que ahora toma más sentido es el comunicado que difunde México y países de Centroamérica, para contener el paso de la caravana”, explicó.
El defensor explicó que la actual estrategia de la política migratoria de ambos gobiernos está basada en la militarización, por lo que tendría que redefinirse, para considerarla desde la protección de las personas que soliciten refugio de forma más específica para mujeres, mujeres embarazadas, niños, niñas y adolescentes, así como actos que pueden sufrir en el tránsito.
Por ello, el coordinador de Proyectos destacó que la Secretaría de Gobernación y la Comisión Nacional para la ayuda a Refugiados (Comar) serían las instituciones adecuadas para atender esta emergencia humanitaria y no el ejército ni el INM.
“Esto significaría un cambio de paradigmas, tanto en los filtros de aceptación, recepción y tránsito de las y los migrantes (…) Se necesita un despliegue humanitario importante, en Chiapas existen condiciones de hacerlo, pero no existe una voluntad política lo que podría generar dicha transformación”, finalizó.
Este trabajo fue realizado por el equipo de CHIAPAS PARALELO. Lo reproducimos con su autorización como parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de A Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.
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