En Jalisco se aprobó una ley para fomentar la protección a las abejas y se creó una unidad para rescatarlas
Texto: Abi Valeria López
Fotos: Especial / Zona Docs / Cortesía
El cambio climático, el uso de pesticidas y la introducción de especies no nativas han abonado a la disminución de la población de abejas en el mundo.
Estos agentes polinizadores tienen un impacto en los alimentos que consumimos, en la ropa que vestimos y en gran parte de nuestra vida cotidiana.
Es por esto que en el estado de Jalisco se buscó la creación y aprobación de la Ley de Fomento Apícola y Protección de Agentes Polinizadores, y con ella, la creación de la Unidad de Rescate Apícola del Ayuntamiento de Guadalajara como un servicio municipal desde octubre de 2019.
Don Federico, Diego, José Uriel, Alejandro y Guillermo conforman la única cuadrilla en la ciudad que, a través de 614 servicios realizados durante su primer año en función, ha resguardado la vida y el bienestar de las abejas, así como la salud pública en Guadalajara. Este equipo de apicultores y arboristas son los encargados de generar estrategias para la reubicación de panales y colonias instaladas en la vía pública y en los hogares.
La cuadrilla está especializada en la Apis mellifera, también conocida como abeja europea. Sin embargo, debido a los procesos de africanización, se han topado y, por tanto, trabajan con abejas africanas o abejas híbridas, aunque en mucha menor medida.
De acuerdo con el estudio La africanización de las abejas en México de la UNAM, esta especie comenzó a instalarse en el país entre 1989 y 1990. Al ser una especie más agresiva e introducida se buscó, a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), realizar acciones para controlar su población, tal es el caso del Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana.
Fue durante este proceso cuando Don Federico inició su labor como apicultor. Él explica que, aunque esta raza es más trabajadora, no es domesticable e incluso perjudica a la población, pues durante:
“Cinco, seis días se queda en el apiario y a los cinco días tira a irse y se lleva a la abeja y si no se va la abeja, la mata a toda”.
A diferencia de Protección Civil, que se encargaba de la eliminación de los panales, la Unidad de Rescate realiza sus actividades de acuerdo con los protocolos establecidos por ley para evitar más perdidas de la especie, ya que la destrucción de un panal puede penarse hasta con cinco años de cárcel.
El proceso inicia desde el reporte telefónico:
“Ya previo a esto, nos pasan el reporte y nos hacen una lista de los reportes que llegaron a la plataforma y en base a eso nosotros valoramos cuales tienen que recibir atención más rápida que otros, por ejemplo, los que están en la vía pública, los que ya tienen registro de picaduras son reportes que ya tienen que salir rápido porque ponen en riesgo obviamente a la ciudadanía de manera inmediata explica Diego.
Después lo que hacen es evaluar el entorno para generar la estrategia a emplear para disponer del equipo técnico y humano.
Una de estas técnicas es localizar a la abeja reina y reubicarla en una caja de apicultura. Esto logra que las abejas obreras la sigan y puedan abandonar el panal o colonia de forma pacífica. Dentro de este proceso “debe de haber suficiente precaución por parte de uno, se supone que para eso estamos para cuidar a la ciudadanía. Si no tenemos cuidado se nos cae el cantón” menciona don Federico, ya que pueden encontrar entre 15 a 20 mil abejas por colonia.
Una vez resguardado el panal lo llevan al apiario de Parques y Jardines ubicado en Huentitán, donde son atendidas de acuerdo a sus características. Las abejas son resguardadas durante algunos días para disminuir el estrés de la reubicación, además, son hidratadas y atendidas con tratamiento para tratar y prevenir enfermedades. Una vez tranquilas las movilizan con apicultores locales, quienes se encargan de su cuidado y producción. Y es aquí donde termina el proceso de la Unidad.
El equipo se ha encontrado con personas que deciden quedarse con el panal en sus casas debido a que hay una convivencia pacífica.
“Es buena gente que se acostumbra a convivir con las abejas. Eso es muy bueno, pero la conciencia es de matarlas. Ya hicieron malo eso los bomberos de que matarlas, diseminarlas. Porque hay unas casas a las que hemos llegado y la gente ‘hay que quemarlas, hay que echarles agua’. Piensan ‘las van a matar, les van a echar agua con jabón’ y todo eso, y no. Y hay casos que no, la gente le gusta convivir con las abejas. Que tienen conciencia de vivir con las abejas”, menciona José.
Si vives en Guadalajara y deseas realizar un reporte debido a que tienes un panal cercano a tu hogar puedes marcar al 070 o bien, utilizar la Ciudapp y levantar tu reporte. La Unidad invita a la ciudadanía a cuidar y preservar las abejas, ya que son la base de la vida humana.
Este trabajo fue publicado originalmente en ZONA DOCS que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.
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