Desde los primeros escrutinios la elección quedó trabada entre Joe Biden y Donald Trump. La noche se prolongó por los conteos en seis estados que decidirán quién gobierna las próximos 4 años Estados Unidos. Biden cerró la jornada pidiendo paciencia; Trump, en cambio, azuzó a sus simpatizantes acusando “fraude”
Texto: José Ignacio De Alba
Fotos: Mauricio Palos y Ximena Natera
PENSILVANIA, NUEVA YORK y CIUDAD DE MÉXICO.- Como en 2016, las encuestas fallaron. Joe Biden no logró la gran ventaja que preveían. La noche se prolongó en una larga espera donde ninguno de los candidatos logró una diferencia significativa.
Ni siquiera la participación histórica de electores, estimada en 150 millones -cerca de 25 millones más que la pasada elección- logró esclarecer el rumbo de un país dividido.
Pensilvania, lugar de origen de Joe Biden, será la entidad que definirá el resultado. El estado, considerado un swing state (bisagra) se convirtió en decisivo para cualquiera de los candidatos. Hace cuatro años, este estado inclinó la ventaja a favor del candidato republicano.
Cerca de la medianoche, Joe Biden dio su último mensaje de la agitada noche electoral desde Wilmington, Delaware, donde había un escenario listo para celebrar su victoria en las elecciones. Pero desde ahí el candidato demócrata sólo pudo hacer un llamado a sus seguidores a ser pacientes:
«Estoy aquí para decirles que estamos en camino para ganar las elecciones. Sabíamos que por el voto adelantado sin precedentes, vamos a tener que tener paciencia para que se terminen de contar todos los votos».
Además, el candidato aseguró que “esto no se acaba hasta que cada voto sea contado”.
Segundos después de que se terminara el breve mensaje, Donald Trump denunció que le están “robando” la elección a través de su cuenta de Twitter. Minutos después de hacer su publicación la red social desplegó en la cuenta del presidente que el mensaje podía ser “engañoso”.
Pasadas las 2 de la madrugada, hora de Washington, Trump celebró junto con su vicepresidente, Mike Pence, el triunfo republicano en varios estados. También aseguró que “se está haciendo un fraude” e hizo un llamado a sus seguidores para vigilar las elecciones. Al terminar su mensaje aseguró que podría recurrir al Tribunal Supremo en las siguientes horas.
Con histórica participación a distancia –superior a los 100 millones- los Estados Unidos iniciaron unas enrarecidas elecciones en las que la pandemia de covid-19 y el miedo a manifestaciones cerraron varias ciudades en Nueva York, California y otros estados. Algunos opositores a Trump se manifestaron durante toda la jornada electoral afuera de la Casa Blanca, que estuvo resguardada por la policía y vallas.
El sistema electoral de Estados Unidos es una democracia indirecta, el voto popular en realidad pasa por 538 electores distribuidos según la población de cada estado. En una elección tan cerrada, los estados bisagra cobran mucha relevancia.
Trump logró llevarse varios de estos estados, empezando por Florida que representa 29 de los 538 votos electorales, también se llevó Ohio (18) y Texas (38). Por su lado Biden aventaja en Arizona (11) y logró consolidar los estados de tradición demócrata, como California (el más grande, con 55 votos electorales) y Nueva York (29). Incluso Texas estuvo cerca de ser arrebatado a los republicanos.
Al cierre de esta edición, faltaban los resultados de seis entidades; Nevada, Carolina del Norte, Georgia, Wisconsin, Michigan y Pensilvania.
Biden aventajaba en Nevada, que representa apenas 6 votos electorales; Carolina del Norte (15) y Georgia (16) estaban muy cerrados, con mínima ventaja de Trump.
Los 46 votos electorales son de tres estados: Wisconsin (10), Michigan (16) y, Pensilvania (20). Son los mismos que en 2016 le dieron el triunfo a Donald Trump; sin embargo, los demócratas apuestan a un viraje con los votos enviados por correo.
Pensilvania, sobre todo, se ha convertido en la llave para ganar, pero este estado podría tardar hasta 3 días en dar los resultados de la elección.
Por la mañana, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, se refirió a las elecciones en Estados Unidos:
“Tenemos que ser respetuosos y esperar el momento, no adelantarnos, no hacer pronósticos y desde luego no tomar partido porque, si no queremos que un extranjero opine sobre lo que sucede en nuestro país, si no queremos que un gobierno extranjero opine sobre lo que corresponde sólo a los mexicanos, no debemos nosotros estar con actitudes injerencistas, metiéndonos a la vida interna de otro país”.
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