Abril Natividad una niña de 13 años fue hallada asesinada en agosto de 2019 en Tixtla, este año la historia se repite: el cuerpo en fragmentos de Ayelín Iczae volvió a indignar a los habitantes de esta ciudad vecina de Chilpancingo, quienes exigen justicia
Texto: Jesús Guerrero
Foto: Amapola Periodismo
TIXTLA, GUERRERO.- Luis Miguel Gutiérrez Gatica cuenta que en el mismo punto de una brecha donde este lunes hallaron muerta a su hija Ayelín Iczae, muchas veces fueron a buscarla y no la encontraron.
Después de contarlo, recarga su rostro sobre el toldo de un vehículo, y suelta el llanto.
Ayelín Iczae desapareció desde el 15 de octubre.
«Yo creo que mi hija aquí la tenían en la colonia y la fueron a tirar en pedazos al mismo sitio de donde se la llevaron», concluye Luis Miguel, quien señala que el cuerpo hecho pedazos de su hija lo reconocieron por los tenis y la ropa que llevaba el día que desapareció.
En la estrecha y polvorosa calle de la colonia La Candelaria, donde vivía la estudiante que cursaba el segundo año en la secundaria 60 de esta comunidad, hay unas diez patrullas de la policía estatal, municipal y de la Fiscalía General del Estado (FGE). Se mueven peritos, agentes ministeriales y policías.
Casi todo este personal acudió para internarse en la barranca conocida como Chichipico y una brecha para levantar los restos de la estudiante de 13 años.
«La dejaron tirada con sus pies juntitos y su cabeza al parecer desollada», señala aterrorizado uno de los familiares de la estudiante y que participó en las búsqueda que empezaron desde el jueves en la noche luego de su desaparición.
«Vemos que llegaron muchos policías y agentes de la Fiscalía y hasta perros de búsqueda, ojalá y eso hubieran hecho desde un principio y no ahorita que ya está muerta», reclamó este familiar.
La mamá de Ayelín le habló a Luis Miguel el jueves 15 por la noche para preguntarle si no se había llevado a su hija porque no aparecía. Ya no vivían juntos desde hace años. La mamá había buscado a la niña por la barranca y los cerros que están en esta zona de la colonia La Candelaria.
“‘¡No, cómo crees, yo no haría eso!’, le dije a mi ex esposa quien estaba llorando», narró Luis Miguel.
El papá de Ayelín se unió a la búsqueda el viernes 16 desde las ocho de la mañana.
Vecinos y familiares de Luis Miguel y de su ex esposa Flora Marcelo Rojas, además de estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, peinaron la barranca varias veces y el cerro frente a la colonia.
Durante el recorrido, Flora Marcelo no se cansaba de gritar el nombre de su hija con la esperanza de encontrarla.
Según la versión de Luis Miguel, el jueves 15 alrededor de las tres de la tarde, su ex esposa le habló por teléfono a su hija para decirle que se fuera a comer al puesto de venta de material de reciclaje a donde ella trabaja y que está ubicado a un costado de la carretera federal que conduce a Chilapa, en la misma zona de Tixtla.
Ayelín ya había terminado la tarea y para llegar rápido con su madre y una hermana decidió cruzar la barranca Chichipico y una brecha.
Flora Marcelo y otra de sus hijas estaban esperando a Ayelín en el otro extremo del camino. Ayelín no llegaba y doña Flora se fue a buscarla por la misma brecha y no la encontró.
Le marcó a su teléfono celular y la llamada la mandaba al buzón y fue entonces que se desesperó y ese mismo jueves en la tarde la señora encabezó una búsqueda con el apoyo de sus vecinos y familiares.
«Rastreamos todo ese cerro y la barranca y nunca encontramos nada», señala uno de los familiares de la estudiante de secundaria.
Relató que el viernes siguieron con la búsqueda y el sábado, ante la inacción del gobierno de Héctor Astudillo, decidieron cerrar la carretera federal Tixtla- Chilpancingo a la altura del albergue Adolfo Cienfuegos y Camus y ese mismo día por la tarde una marcha por las calles de esta cabecera municipal.
Este domingo nuevamente se realizó la búsqueda esta vez con el apoyo de la Fiscalía, policía municipal y personal de Protección Civil de Tixtla. La búsqueda fue infructuosa.
Los familiares y vecinos de la colonia al ver que no había resultados acordaron bloquear nuevamente la vía federal a partir de las diez de la mañana de este lunes.
Nadie de los vecinos y familiares se explica cómo durante la mañana alguien avisó que, en un lugar de la brecha donde caminó Ayelín, estaba su cuerpo infantil desfragmentado.
«Sí es ella, la reconocimos por sus tenis y su ropa que ese día llevaba», dijo Luis Miguel, quien recibe consuelo de uno de sus familiares.
En un principio la madre de Ayelín se oponía a que personal del Servicio Médico Forense (Semefo) se llevara los restos de su hija bajo el argumento de que tardaría mucho tiempo para que se le entregaran y darle sepultura.
«No, de aquí no se la van a llevar», decía.
Una camioneta blanca pick-up donde estaba la fotografía de Ayelín fue atravesada en la calle para impedir la entrada de la camioneta del Semefo.
La alcaldesa de Tixtla, Erika Alcaraz Sosa, quien llegó resguardada por policías municipales, intervino y le prometió a la mamá de Ayelín que junto con ella se quedaría en plantón en la Fiscalía hasta que le entregaran los restos de su hija.
«Justicia», «exigimos justicia», eran los gritos de los vecinos cuando se llevaban en la camioneta del Semefo los restos de Ayelín.
Durante estos momentos de tensión también hubo gritos contra la edil Erika Alcaraz.
«Queremos y exigimos justicia, Erika, en Tixtla no hay seguridad», le dijeron a la alcaldesa mientras sta se acomodaba en el asiento delantero de una camioneta blanca que junto con la mamá de Ayelín las trasladó a la Fiscalía Genera,l en donde, según versión de la propia edil perredista, serían atendidas por el fiscal, Jorge Zuriel de los Santos.
Antes que doña Flora se subiera al vehículo fue abrazada por una de sus vecinas.
“¡Ay, lo que la pasó a la chiquita!”, gritó la mujer entre lágrimas.
Es casi la una de la tarde con 30 minutos y muchos vecinos de esta colonia que se fundó hace cuatro años y que solamente tiene el servicio de luz eléctrica permanecen afuera de la casa de Ayelín.
Es una vivienda de madera y techo de lámina galvanizada que está a unos metros de la maleza y un arroyo seco.
La Red por los Derechos de la Infancia señala que 11 mil 800 menores de edad fueron asesinados en México entre 2006 y 2017, más de mil 700 por año. Tres cada día.
Este trabajo fue publicado originalmente en AMAPOLA PERIODISMO que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.
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