Ellas previnieron toda esta situación, pero las autoridades no reaccionaron a tiempo, acusan. Desde el inicio de la fase I, colectivos de trabajadoras sexuales se acercaron a solicitar ayuda y orientación. Ésta llegó tarde y mal
Texto: Vania Pigeonutt
Fotos: María Ruiz
Elvira Madrid Romero ha vivido tres pandemias a ras de calle. Ella es presidenta y fundadora de Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer «Elisa Martínez”. Primero, 30 años atrás, vivió junto a trabajadoras sexuales la del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Luego, en 2009, la de la influenza A H1N1 y, ahora, ésta por covid–19. Esta última es la peor.
Brigada Callejera, junto a la Casa de las Muñecas Tiresias, gestionó apoyos para trabajadoras sexuales. Ellas han bajado su actividad hasta un 95 por ciento, ante el riesgo de contagiarse por covid–19.
El sábado pasado el gobierno capitalino entregó estas tarjetas que pueden ser empleadas para comprar despensa y medicinas, pero no para sacar efectivo. El monto es de mil pesos. La ayuda, que fue gestionada través de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso) y en coordinación con asociaciones y personal de la Comisión de Derechos Humanos capitalina (CDHCM), no es suficiente.
Además, más del 80 por ciento de éstas no han sido repartidas.
Madrid Romero explicó a Pie de Página que “se consiguieron unas ayudas económicas para seis meses, equivalentes a lo que dan en el seguro de desempleo. Llegaron de a mil pesos las tarjetas y no les llegaron a todas las compañeras”.
Las trabajadoras sexuales han denunciado a Brigada Callejera tratos vejatorios e inhumanos. Han visto que a vendedores ambulantes y comerciantes con estéticas y otros giros les dan apoyos. Pero a ellas las limitan. Luego de que fueron desalojadas de varios hoteles, donde vivían algunas de ellas con sus hijos, no tienen a dónde ir. A otras las corrieron de sus cuartos de renta porque no tenían para pagar.
Denunció que Ixchel Anguiano, coordinadora jurídica y normativa de la Secretaría General de Gobierno de la CDMX les dijo que completarían la entrega de al menos 3 mil 800 tarjetas para este lunes. Pero llegó el día y no ocurrió. Luego les dijo que el martes y tampoco terminaron con la entrega.
“En la vía pública hay alrededor de 7 mil 500 trabajadoras sexuales, de las cuales [únicamente han recibido ayuda] menos de mil 100, como mil 80 y cacho. Ese no fue el compromiso con la licenciada Rosa Icela (Rodríguez Velázquez). Mil pesos no alcanza para nada, les cerraron los hoteles, muchas de ellas se quedaban en los hoteles a dormir con todo y sus niños, ahí estaban en la calles y estuvimos peleando para que pusieran un albergue”, narra.
Denuncia que sí les pusieron un albergue, que está a lado de la alcaldía Cuauhtémoc: el deportivo Cuauhtémoc, pero no dejaron entrar a todas. Las que iban de la Merced, de Tlalpan, no las recibieron aunque es un lugar de una capacidad para mucha gente. “Ni una colchoneta les dieron, ni cobijas, ni comida ni nada… Tienen que estar tomando agua de la llave, eso también es muy inhumano de verdad, nos están tratando como si fuéramos limosneras y son nuestros impuestos”.
Elvira denuncia que en estos días, al menos 10 compañeras han presentado síntomas de covid–19, influenza, gripa, y les han dicho las autoridades, “váyanse a su casa, enciérrense”.
Elvira cuenta que esta es su tercera pandemia. La primera fue la de VIH, hace 30 años, “esa podías controlar: con condón, los regalas, das la información. Luego de la influenza 2009, no tuvimos casos, porque regalamos guantes, gel, las chicas estuvimos bien informadas. No pasó nada”.
Recuerda que hace 30 años, existía el estigma las trabajadoras sexuales y los homosexuales transmitían el VIH. Por lo que les tocó emprender una lucha para que les dieran medicamentos. Vieron morir a varias compañeras, pero al final lograron plantarse frente a laboratorios, organizarse y protestar en las Cámaras de Senadores y diputados, fue una lucha ardua de donde surgió la marca de condones Encanto de Brigada Callejera.
“En aquella época usar condón era un lujo. Cobraban 25 pesos, lógico y muchas no sabían cómo usarlo ni negociarlo. Nació la marca Encanto, propiedad de la organización, porque eran carísimos los condones. De 1995 hasta 2010 constando un peso. Encanto llegó a todo México, a países de compañeras para sus compas”.
Dice que esa fue la primera pandemia que pasaron. A la distancia está orgullosa de que la menor incidencia de VIH, es justo en trabajadoras sexuales.
“En 2009 me acuerdo muy bien porque iba a ser la marcha del primero de mayo donde cada año defendemos el trabajo sexual y donde una semana antes, fue lo más fuerte, empezamos a ver hotel por hotel, sacamos un volante, empezamos a regalar, tapabocas, no hubo tanto desabasto como ahorita: dimos guantes, gel, les indicábamos cómo cuidarse con el cliente, qué posiciones sexuales, eso ayudó a que no tuvimos casos de influenza”, relata.
Con esta pandemia también se prepararon, incluso hicieron las gestiones con el gobierno antes de que decretaran fase I, pero no les hicieron caso. Hasta este fin de semana. “Hicimos un volante que se llama Coronasutra, las posiciones que no puedes hacer y las posiciones que sí puedes hacer, pero está más cabrón. Con todo el cierre de los hoteles, que no hay clientes, que no hay gente en las calles. El ingreso de ellas cayó hasta en un 95 por ciento. Así de grave está”.
Brigada Callejera tiene el control de que en un 20 por ciento de estas trabajadoras sexuales tienen diabetes, enfermedades cardiovasculares. También hay población de la tercera edad de hasta 85 años de edad en un 10 por ciento. Son población vulnerable, muchas mamás dependen de estas chicas, hermanos con discapacidad, hijos.
Elvira lamenta que no haya apoyos adecuados ni rápidos cuando muchas trabajadoras sexuales no tienen ni donde dormir con sus hijos. Ellas previnieron toda esta situación, pero las autoridades no reaccionaron a tiempo.
“Estamos en una red de compañeras en Italia y en España, nos mandaban fotos de cómo estaba el asunto: muchachas, váyanse preparando, esto no es cualquier cosa y miren lo que está sucediendo, varias compañeras han muerto por eso…Las iban a desalojar antes de que cerraran los hoteles, estaban tres días en cama no habían podido trabajar, comen lo que pueden”.
Lamentó que la funcionaria Anguiano hizo perdidiza la información de, al menos, mil 300 tarjetas que no han sido entregadas.
De no ser atendidas, las trabajadoras sexuales están dispuestas a protestar.
En el Puente de Alvarado, esta tarde de martes varias de ellas estaban reunidas. La Monjita, como le dicen a una trabajadora sexual decana y quien vivió la pandemia del VIH, pide que por favor las ayuden y no las criminalicen ni les den un trato inhumano.
“No es justo que el gobierno se llene la boca cuando no nos da ni un vaso de agua… Como trabajadora sexual tengo la necesidad de poderme sostener. No tenemos un trabajo digno, muchas nos dedicamos al trabajo sexual. Nos veíamos en la necesidad de coger en la calle…Estamos esperando apoyo a las autoridades, vamos a estar unidas en esta lucha de apoyo, si hay un plantón sigamos luchando”.
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