23 febrero, 2020
Al finalizar la V Brigada Nacional de Búsqueda, el comité pidió la creación de un Mecanismo Extraordinario para la Zona Norte de Veracruz, interinstitucional, para «brindar certeza a las familias y colectivos en búsqueda de sus seres queridos»
Texto y fotos: Heriberto Paredes
POZA RICA, VERACRUZ.- En el último día de actividades, la V Brigada Nacional de Búsqueda, cerró dos semanas de trabajos intensivos con una movilización por algunas de las avenidas principales de Poza Rica, Veracruz. También realizó un acto protocolario en la plaza cívica 18 de Marzo. Ahí informó de los hallazgos. Hubo diversas participaciones tanto de familiares de personas desaparecidas como de funcionarios de distintas instituciones locales y nacionales.
«Llamamos a que se implemente en la región una política integral de búsqueda que contemple la reacción inmediata ante las denuncias y el trabajo coordinado con los colectivos de familiares de la zona».
Boletín emitido por la Brigada de Búsqueda.
El frío y la lluvia desatados la noche anterior no frenaron el ánimo de las y los integrantes de la Brigada. Por el contrario, convirtieron el formal acto en una fiesta de lucha y de memoria. Estas son dos de las características de las personas que incansablemente recorrieron cerros, predios escuelas, cárceles e iglesias en la búsqueda de sus familiares.
De la mano de la Brigada Humanitaria Marabunta, quienes han acompañado a la Brigada en cada paso que da, la fiesta cobró tonos de cumbia y música de protesta. La ‘Cumbia buscadora’ y una versión adecuada de ‘Bella Ciao’ reafirmaron que la música y el baile son una forma de protesta.
Por la tarde, una comisión de la Brigada dio una “visita guiada” a funcionarios en la Gallera.
Este predio, en el que se han hallado restos en hasta cuatro ocasiones, dada su magnitud y complejidad, requería una explicación detallada de los trabajos. Así que una treintena de familiares y personas solidarias guió a los funcionarios. .
Los funcionarios que asistieron son: Enrique Irazoque, representante de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB); la Comisión Estatal de Búsqueda (CEB); Aarón Mastache, de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (SEGOB); del personal de la Fiscalía General de la República (FGR) a cargo de la carpeta de investigación de la Brigada. Estuvieron presentes también: Jorge Verástegui de la fundación Heinrich Böll y miembros del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México.
Maricel, integrante del colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera Poza Rica, informó a las autoridades federales los datos más relevantes acerca de las cuatro diligencias anteriores, llevadas a cabo por la Fiscalía estatal y por la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
Recalcó: a pesar de la insistencia del colectivo en resguardar el lugar, la Fiscalía no lo había hecho; además, se señaló que pese a que en cada visita hecha hubo hallazgos, no se había establecido un mecanismo sistemático y continuo para revisar cada metro.
Por su parte, la coordinación de la Brigada propuso la creación de un Mecanismo Extraordinario para la Zona Norte de Veracruz, para «dar seguimiento a la complejidad de la problemática en la región […] y brindar certeza a las familias y colectivos en búsqueda de sus seres queridos de que los hallazgos realizados serán debidamente resguardados y procesados dando cabida a una participación activa de los familiares».
Dicho mecanismo debe partir de un convenio de colaboración entre FGR, la CNB, la CEB y la Fiscalía General de Justicia del Estado de Veracruz. Las instancias deberán entregar –a más tardar en un mes– un diagnóstico integral sobre la desaparición forzada en la zona norte del estado. Este debe incluir la información sistematizada que ha brindado la Brigada.
Otro de los puntos que debe incluir este Mecanismo Extraordinario es la posibilidad de procesar adecuadamente los hallazgos obtenidos. La FGR deberá garantizar el resguardo efectivo de los predios necesarios, así como la interlocución entre familiares e instituciones.
En el caso particular de la Gallera, resalta la necesidad de establecer un modelo de intervención específico. Esto debido a su complejidad, y a la cantidad de indicios presentes. El modelo de intervención desarrollado podrá servir de base para los que sigan en los procesos de investigación y procesamiento en otros casos de la misma zona.
También se subrayó que «las deficiencias y las omisiones que cometen los operadores de servicios periciales y del Servicio Médico Forense (Semefo) no atiende la magnitud de la desaparición en el estado». Y agrega:
«La ausencia de sensibilidad en la atención a los familiares de las personas desaparecidas no respalda el interés genuino por identificar a las personas procesadas en el Semefo».
Los miembros de las distintas instituciones presentes, aceptaron el compromiso para establecer el Mecanismo. Sin embargo, Irazoque resaltó que ya había algunos antecedentes de propuestas, y que también las retomarían, con el ánimo de colaborar.
Como petición final, en palabras de algunos familiares: la Gallera debe ser un lugar de memoria. Recordar a las personas que fueron asesinadas ahí y que eso garantice la no repetición.
Con una linterna que luchaba contra la oscuridad del atardecer, doña Mary Herrera, recorrió cuarto por cuarto. Y mostraba a los funcionarios las huellas que sustentan la siguiente afirmación: La Gallera es un parteaguas en la historia de la violencia en Veracruz.
Marcas de sangre, nombres, números de teléfono, el dibujo de una casa, todos grabados en las paredes desgastadas.
«La primera vez que entré me impresionó lo pesado del ambiente. Casi se puede uno imaginar lo que les hicieron a los cautivos», comenta Linda, cuyo hijo, César, fue desaparecido cuando tenías 13 años, en 2011.
El recorrido avanza al patio trasero. Ahí, en 2017, en dos diligencias distintas, fueron encontrados los cuerpos desmembrados de cinco hombres y una mujer. También se excavaron 22 fosas con restos óseos.
Ahí, el abogado del colectivo, Óscar Espino, detalló las injusticias que sufrieron las familias, por exigir una investigación conforme a los protocolos de búsqueda y procesamiento de evidencias.
Espino concluyó: La Gallera «le pertenece a las familias de las personas desaparecidas, ya no es ni de los malandros ni del propietario anterior. Ahora es de ellas y ellos. Y lo entregaremos hasta que el último de los cuerpos sea identificado y regresado a su familia adecuadamente».
Al final, luego de hacer una parada obligada en el horno que se encuentra a un costado de la casa, los familiares presentes llevaron a cabo una oración colectiva para cerrar la última jornada de la V Brigada Nacional de Búsqueda.
Fotógrafo y periodista independiente residente en México con conexiones en Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Cuba, Brasil, Haití y Estados Unidos.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona