La detención de Óscar Andrés «N», El Lunares, ocurrió después de una de serie de capturas de líderes en la Unión Tepito, desde marzo de 2019. Algunos vecinos del barrio ponen en duda que se trate de uno de los jefes de la organización
Texto: Lydiette Carrión
Fotos: Joaquín Murrieta, Armando Monroy, Galo Cañas
El 13 de marzo de 2019, el área de Tepito, la colonia Morelos, la Lagunilla, amanecieron con un puñado de mantas de plástico rotuladas de forma profesional. Alguien debió colocarlas ahí en la madrugada.
Las mantas estaban dirigidas a Claudia Sheinbaum: “Con esta denuncia, ya no tendrá inconveniente en actuar”. A un lado, una fotografía de El Lunares.
Luego, una lista de sus domicilios vinculados: Peralvillo 33, Peralvillo 14, Jesús Carranza 22, Bartolomé 2, Bartolomé “Baños Raúl”. También, sus autos con marca y placas (más de 10); los nombres de pila de sus colaboradores y amigos cercanos.
Ese mismo día de marzo, se repartieron en Tepito algunos volantes:
“Informamos que no vamos a tolerar más abusos de parte de el grupo delictivo La Unión de Tepito, estamos cansados de que sigan violando a nuestras mujeres, hijas menores de edad, no queremos más niñas embarazadas, no queremos más asaltos a nuestros ancianos, no queremos más cobro de piso. No queremos más amenazas”.
Un tono que recuerda en parte los movimientos de las autodefensas de Michoacán, que fueron tan rápidamente infiltradas por el crimen organizado.
El papel, como las mantas, estaba dirigido a Sheinbaum:
“Tome este mensaje como medida desesperada ante la vida que llevamos. Hemos decidido defendernos… estamos conscientes de que iremos al panteón, al hospital o a la cárcel…”.
Atentamente: A-C–T.
También en marzo, alguien creó una cuenta de Facebook. Y desde ahí difundió las imágenes de las mantas en diversos grupos y páginas de tepiteños. La comunidad, en aquella ocasión, guardó silencio.
Pero desde entonces, El Lunares comenzó a salir en medios. Y de acuerdo con ellos, el joven de 30 años adquirió relevancia dentro de la estructura criminal La Unión Tepito. Operaba para el Betito. Era sanguinario, violento. Siempre iba escoltado.Tenía tres novias a las que daba muchos lujos. Era hijo de un antiguo comerciante de La Lagunilla, el mismo lugar de donde venían los mafiosos macizos de vieja escuela.
A inicios de 2019, La Unión Tepito se hallaba mermada. Dos de sus líderes, El Betito y El Pistaches, fueron detenidos en 2018. Para febrero de 2019, Brayan, El Pozoles, un pistolero de la organización, también fue detenido, acusado del feminicidio de Kenni Finol, una escort venezolana.
Así que para marzo, La Unión se hallaba sin cabezas visibles. Fue entonces que en Tepito y el Centro aparecieron las mantas. Fue entonces, también, que hubo detenciones contra La Unión Tepito; y también contra el grupo contrario: Los Antiunión.
En los primeros días de octubre pasado, Omar García Harfuch fue designado titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX.
Abogado, policía, joven promesa. Joven para su cargo: 36 años. Capacitado en Estados Unidos, llegó a la Policía Federal de Felipe Calderón, en 2008. Hizo carrera, fue condecorado, llegó a jefe de División de Investigación. Luego, con el gobierno de Claudia Sheinbaum, se incorporó. Y ahora era el jefe a cargo de la seguridad en la Ciudad de México.
Pero las matanzas entre «Uniones» y «Antiuniones» continuaban.
Entre el 10 y 12 de octubre, tres de los colaboradores más cercanos al Lunares fueron secuestrados en Garibaldi. Poco después, sus cuerpos fueron abandonados en un coche, en Ecatepec, Estado de México.
En los días siguientes, en la colonia Centro, hubo un novenario en memoria de los gatilleros asesinados. La reunión tuvo lugar en la calle Peralvillo 33. Ahora, la prensa dice que la Unión ya planeaba un baño de sangre por los tres caídos.
Pero la madrugada del 22, Omar García –con sólo 18 días en el cargo– empujó un enorme operativo conjunto de la policía y de la Secretaría de Marina. No hubo disparos ni muertes. Un hecho notable, dado que el operativo era en el Centro de la Ciudad.
Allanaron tres inmuebles localizados en las calles de Peralvillo y Carranza: dos de ellos eran los mismos denunciados en las mantas, casi seis meses antes.
La prensa narró profusamente el operativo y los resultados: edificios copados y arrebatados. Túneles secretos que interconectaban los inmuebles; armas de alto calibre, toneladas de marihuana, un millón y medio de pesos. También se encontraron con altares a la Santa Muerte y Malverde, “adornados” con cráneos humanos. Las fotografías de los sicarios caídos.
También detuvieron a 31 presuntos responsables.
Pero El Lunares se les escapó.
Para el día siguiente, el 23 de octubre, el reportero de policía Carlos Jiménez informó que policías posiblemente habrían dado pitazo a los criminales.
En su cuenta de Twitter, Jiménez publicó las fotografías, presumiblemente tomadas desde las cámaras de seguridad: el jefe del Grupo Zorros del Agrupamiento Fuerza de Tareas, custodiando el predio número 33. Platicando con el papá de El Lunares.
El policía que acudió al sepelio es el jefe Omega del sector Morelos.
El Agrupamiento Fuerza de Tareas es la policía de élite de la Ciudad de México. Antes de este escándalo, el grupo Zorros salía en la prensa como un ejemplo a seguir: entrenados por policías israelíes, expertos en rescates de rehenes, manejo de explosivos.
El gran operativo de García Harfuch quedaba manchado por esto.
Se dieron de baja a policías. Se anunció nuevas investigaciones.
Para el 26 de noviembre, se emprende un nuevo cateo en Peralvillo 33. Ese mismo día detienen al Bandido, presunto miembro de la Unión.
Entonces resurgen los volantes anónimos. Esta vez ofrecen una recompensa de 2 millones de pesos a quien dé informes sobre El Lunares. La misma cuenta de Facebook, vinculada. Ahora un número telefónico, con lada de Querétaro.
Así pasa noviembre, diciembre. Llega enero. Caen más miembros de La Unión.
El 29 de enero, dos individuos apodados Los Gemelos son detenidos. Uno de ellos es, según la prensa, cuñado del Betito y está acusado de despojo de predios. Este delito se ha ido extendiendo en el Centro de la Ciudad.
Dos días después, la Marina detiene a El Lunares en Hidalgo. Los vecinos de Tepito ponen en duda que El Lunares sea jefe. Se burlan. Dicen que ahora resulta que en La Unión, “cualquier gato es jefe”. Otro advierte: “¿qué son como cucarachas? ¿Hay mil líderes?”.
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Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).
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