Las demandas de las estudiantes son principalmente capacitaciones al personal que atiende las denuncias de acoso y violencia sexual dentro de la UNAM. Exigen una reestructura a la Unidad de Atención a la Violencia de Género.
Por Vania Pigeonutt
Fotos: Diana Esbrí y María Ruiz
Las Mujeres Organizadas de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) cumplirán dos meses en paro, si es que entregan el plantel para el próximo 5 de enero, como les exige la dirección de esta escuela de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Pero ellas son firmes: hasta que les resuelvan sus denuncias por acoso y violencia sexual seguirán resguardando su escuela. “Aspiramos a un lugar libre de violencia feminicida”.
En forma confidencial, estudiantes que han apoyado este paro comparten a Pie de Página el logro que ven:
“Acá estamos las mujeres. Dentro de Mujeres organizadas o respaldando. Nos duele mucho que las autoridades ponderen las clases, que se piense que las compañeras generan mal aspecto a la facultad y otras tonterías que no tienen que ver con lo que hemos gritado: nos están violando, matando desapareciendo y a nuestras autoridades sólo les importan las fachadas”.
A finales de octubre, en pleno proceso de sucesión directiva –todavía no era reelecto como rector Enrique Graue–, cuatro planteles se declararon en paro de labores, entre éstos la Facultad de Fyilosofía y Letras (FFyL). Las estudiantes exigieron que se esclarezcan los casos de acoso cometidos por profesores, trabajadores y estudiantes al interior de los planteles.
No permitirán que se repitan casos como el de Lesvy Berlín Rivera Osorio encontrada asesinada el 3 de mayo de 2017 en el camino verde de Ciudad Universitaria, a la altura de la Facultad de Ingeniería. Cerca de la FFyL.
A inicios de diciembre alrededor de 200 académicas de la UNAM entregaron a la institución una carta exigiendo que no exista más dilación en las respuestas exigidas por el movimiento que mantiene tomada la escuela. No sólo respaldaron las demandas de las estudiantes. Exigieron diálogo con las alumnas que continúan en paro de labores.
“Es necesario establecer un diálogo y una escucha distintas entre autoridades y estudiantes; esto supone, de una parte, voluntad política de las autoridades por hallar mecanismos de diálogo con las estudiantes, y, de otra manera, la necesaria creación de espacios que propicien la amplia participación de la comunidad para la revisión sobre los recursos institucionales con los que contamos al presente, a modo de cumplir con la generalizada demanda de una atención correcta y digna a las denuncias, y de una mayor integración y sensibilidad a la problemática de género”.
Planearon realizar en las facultades un diagnóstico sobre la situación de violencia de género y avances de las acciones por revertirla, sancionarla y erradicarla.
“Como uno más de los sectores de la comunidad universitaria, profesoras y profesores estamos a la espera de una respuesta a esta misiva y de un pronunciamiento resolutivo y claro por parte de nuestras autoridades centrales respecto de las acciones que emprenderá contra la violencia de género que aqueja a nuestra Universidad”.
Las autoridades universitarias ofrecieron una reunión con las mujeres organizadas el pasado 11 de septiembre en Rectoría, pero no se efectuó. Ellas argumentaron que no asistieron porque ese día también estaba programada la segunda junta de la Comisión Constituyente, que nada tiene que ver con sus demandas puntuales con nombres y apellidos de profesores, personal administrativo y estudiantes que las han violentado.
“Sólo da cuenta de la poca importancia que tiene para las autoridades universitarias el trabajo previo antes de verter nuestras propuestas en cualquier espacio… No nos extraña, porque sabemos que para la Rectoría hacer declaraciones en público no implica trabajo ni reflexión ni compromiso ”, se lee en un comunicado que las Mujeres organizadas publicaron en sus redes sociales.
Acusaron de que no hay condiciones de igualdad. Ellas denuncian abusos sexuales y ellos tienen ventajas materiales como poner fecha, lugar y hora para establecer un diálogo, lo cual para ellas no es tal, más bien es imponer charlas desde el poder.
En la página de la Facultad que dirige Jorge Linares, las autoridades fijaron una posición.
“Con el propósito de atender cualquier emergencia o solicitud de apoyo por parte de las Mujeres Organizadas de la FFyL durante el presente periodo vacacional, la Secretaría de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria (SPASU) de la UNAM dispuso, desde el pasado día 14, de un equipo integrado exclusivamente por personal femenino de vigilancia”, dice el boletín firmado el 17 de diciembre.
Esta determinación se basa, asegura la UNAM, “en la preocupación expresada por personal académico de la FFyL el pasado 13 de diciembre, durante la reunión celebrada con el director de la entidad, Jorge Enrique Linares Salgado, y otras autoridades de la Universidad Nacional”.
Continúa:
“A través de la Dirección General de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria, hizo llegar la propuesta a las Mujeres Organizadas de la FFyL, quienes aceptaron la presencia de mujeres de Vigilancia UNAM al exterior de las instalaciones para actuar ante cualquier eventualidad durante el periodo de asueto que concluye el próximo 5 de enero”.
“El grupo de estudiantes organizadas también pidió que se les permita el acceso y salida de Ciudad Universitaria en cualquier momento, y refrendaron su consentimiento para que personal femenino de la DGAPSU garantice su seguridad”, luego aseguran que habrá un número de emergencias para ellas.
Las demandas de las estudiantes son principalmente capacitaciones al personal que atiende las denuncias de acoso y violencia sexual dentro de la UNAM. Desde el feminicidio de Lesvy los movimientos que lo han sucedido, #SiMeMatan y #MeToo, han exigido una reestructura a la Unidad de Atención a la Violencia de Género.
También admitir abiertamente que hay denuncias de violencia contra las mujeres, atenderlas y supervisar, a través de una comisión conformada por tres partes: abogada, psicóloga y especialista en el tema; talleres de equidad de género obligatorios tanto para maestros como estudiantes; y la materia como tal de perspectiva de género, entre otras.
La FFyL demanda también una disculpa pública de la UNAM hacia la familia de Mariela Vanessa, de quien consideran no fue apoyada por parte de la institución.
Las mujeres resisten. En su página de Facebook apenas el sábado pidieron víveres a la gente que las respalda. Pese a las críticas ellas seguirán resguardando su escuela.
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