La mexicana Fernanda Besné documentó a la distancia los conflictos que viven sus amigos en Chile durante un mes de movilizaciones. Juntos, ellos desde el país sudamericano y ella desde México, buscan responder preguntas sobre lo que pasa en ese país
Texto: María Ruiz
Foto: Migrar Photo
Video: Fernanda Besné
Fernanda Besné viajó a Chile en 2017, ahí conoció a las personas que narran la primera parte de este corto documental. Dos años después, estallaron las movilizaciones en Chile. Fernanda Besné comenzó a enterarse de lo que sucedía con los audios que sus amigas y amigos le comenzaron a mandar vía Whatsapp.
“Durante todos los días de marcha estuve pendiente y preocupada, pero me daban tanta fuerza. Un día Renata Valencia me dijo que por favor compartiera las historias, que por favor le dijera a México lo que estaba pasando y en ese momento me sentí con una responsabilidad de hacer algo. Es así que recopilé todos los audios y todos los videos que me mandaron (no sabían qué iba hacer con el material, incluso ni yo). Fue ahí donde nació el video y comencé a narrar los hechos tal cual me los compartieron”, cuenta Besné.
Este corto no sería igual sin las redes sociales. Para la realizadora, las plataformas han ayudado a saber lo que sucede en el momento. Por ello decidió que el corto comenzara así: como si fuera un mensaje de Whatsapp para que el espectador sintiera lo mismo que ella sintió al recibir las notas de voz.
La segunda parte del corto cuenta las emociones de sus amigos chilenos en México, quienes al estar fuera de su país sentían una impotencia enorme por no poder acompañar a sus familias y amistades. Por ello decidieron movilizarse en México.
Lissette Soto Delgado es chilena y actualmente vive en México. Para ella los primeros días de movilizaciones en Chile fueron angustiantes por la información en tiempo real que les llegaba: violaciones, torturas, arrestos ilegales. También sintió impotencia por no estar allá. A estos días les siguió la organización, desde las redes sociales comenzaron a hacer presión internacional.
«Creo que cada uno de los que se está movilizado desde México ha tenido su propia historia de movilización en Chile. Esto quiere decir que el estallido social que hemos visto este último mes, como una explosión en las calles chilenas, tiene un correlato histórico. Esto que hoy vemos ha pasado por una serie de organizaciones y reflexiones que vienen desde mucho antes, es un colapso de distintas dimensiones de la vida (sistema educativo, salud, vivienda, pensiones), y que hoy se reúnen en la calle frente a la injusticia de un modelo absolutamente precarizador y de un sistema político que no ha querido atender a la desigualdad porque hacerlo sería atentar contra sus propios privilegios», cuenta la chilena.
Un grupo de chilenos de al menos 100 personas comenzaron a hacer asambleas, marcharon, cantaron El Derecho de Vivir en Paz de Víctor Jara en la Plaza de las Tres Culturas y protestaron en la embajada de Chile. Conformaron el Movimiento de Chilenos Organizados en México y ahora accionan a distancia. Al día tienen al menos una actividad.
«También entremedio nos organizamos y nos informamos por medio de cabildos y talleres de autoformación para entender temas legales y proponer alternativas políticas al conflicto. Muy similar a lo que pasa en Chile con los procesos de formación de la gente común», explica.
Otra de las actividades fue una exposición fotográfica de postales de la movilización en la UNAM, recopiladas por estudiantes del postgrado del Instituto de Geografía. Fue un proyecto autogestionado con el apoyo del Colectivo Pelikano. A esta exposición se sumó la cineasta Fernanda Besné con el cortometraje ¿Qué pasa en Chile?
Soto cuenta que la fotografía y el cine son una herramienta poderosa porque muestra, de manera visual, un amplio repertorio de situaciones, y aporta mucha historia de manera rápida y contundente. Además Soto cree que detonan debates a partir de provocaciones sencillas. Todas las fotografías son de personas que están viviendo las movilizaciones y la organización de un pueblo de manera directa y presencial.
Para Lissette Soto y Fernanda Besné la distancia no es un obstáculo para la acción:
«Desde México hay muchas cosas por hacer, entre ellas la difusión de información que estamos entregando como chilenos organizados, que es una manera de romper los cercos comunicacionales y presionar desde plataformas internacionales para el cese de las violaciones a los derechos humanos», explica la Lissette Soto.
Actualmente el movimiento de chilenos organizados en México recopila fondos para enviar a organizaciones en torno a la salud y al feminismo que están en resistencia en Chile.
Lissette Soto tiene la esperanza de que Latinoamérica despierte y no vuelva a ser la misma. Su amiga Fernanda Besné destaca la importancia de involucrarse en los movimientos latinoamericanos:
“Creo fielmente que es importante estar involucrada en estos momentos donde han surgido tantos movimientos sociales y accionar desde nuestra trinchera. Porque juntas somos más las personas que marchamos y nos agarramos de la mano. Porque juntas somos más fuertes, juntas será más difícil callar nuestra voz. Podrán ser miles de kilómetros que me alejan de Chile, pero este es un momento donde Latinoamérica debe estar unida. Chile despertó, Ecuador despertó, Bolivia despertó, Colombia despertó, México despertó. Ahora no intenten que nos vayamos a dormir” dice Besné.
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