El archivo digital llamado «Democracy Fighters: un archivo viviente» rescata y resguarda los trabajos de 40 periodistas asesinados en México; todos los casos siguen en la impunidad. La intención es replicar los trabajos de 111 colegas asesinados desde el año 2000
Por Vania Pigeonutt
Foto: Fernando Santillán / Archivo
Ciudad de México.- Una columna de opinión firmada por el periodista Francisco Pacheco Beltrán que tiene fecha del 4 de septiembre de 2014, bien pudo ser una premonición. “Violencia más violencia. La violencia está a la orden del día por todos lados”. Estas líneas fueron escritas en su medio, el Foro de Taxco.
El periodista de 55 años de edad fue asesinado el 25 de abril de 2016 en la puerta de su casa, alrededor de las 6:30 horas en Taxco, región Norte de Guerrero. Su crimen sigue en la impunidad. La línea de investigación, que exige se busquen pistas de su crimen en su trabajo periodístico es desestimada, denuncia su familia.
Como varias de las notas de Francisco, escritas en el medio digital que él fundó, se pudieron leer en fotocopias esparcidas en las instalaciones de la Casa Refugio Citlaltépetl, donde fue presentado el proyecto «Democracy Fighters: un archivo viviente», una recopilación de textos de 40 periodistas asesinados. El archivo digital rescata y resguarda los trabajos de los periodistas asesinados en México.
Cuatro ejecutados, entre un empresario de Tamaulipas, se lee en otra hoja, firmada por el periodista Daniel Esqueda, asesinado en San Luis Potosí en octubre de 2017. Pajarillo de cuenta, dice otra noticia publicada en El Heraldo de Chiapas por Mario Gómez, periodista asesinado en septiembre de 2018 en Yajalón, Chiapas, aunque contaba con medidas de seguridad, le fueron retiradas pese a amenazas.
En la presentación, la coordinadora del proyecto, la investigadora y periodista Alejandra Ibarra Chaoul, agradeció el apoyo financiero del Brown Institute for Media Innovation, para la realización de esta plataforma digital, así como el apoyo de periodistas que ayudaron en la recopilación de información, junto a las organizaciones de Artículo 19 México y el Comité de Protección de los Periodistas (CPJen inglés).
Jan-Albert Hoosten, representante en México del Comité de Protección de los Periodistas, contextualizó la presentación del proyecto, que se da en un contexto donde al menos han sido asesinados 11 periodistas en el país. México concentró en los últimos cinco años, con 47 asesinatos de periodistas, el 40 por ciento de los asesinatos contra el gremio.
“México además lamenta la cifra más alta a nivel mundial de reporteros desaparecidos, 21 según la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Algo que es sumamente preocupante, porque mientras en otros países como Rusia, como Siria, como Egipto, donde también muchos periodistas desaparecen, las desapariciones allá, ocurren durante ciertas épocas, en México es una constante”, denunció.
Más allá de la violencia letal, dijo, el CPJ a diario registra todo tipo de violencia contra el gremio mexicano: amenazas, privación ilegal de la libertad, robo de equipo, vigilancia, hostigamiento, violencia de género y contra minorías, desplazamiento forzado interno.
“Cualquier tipo de violencia que se puedan imaginar le toca al gremio mexicano. Quiero mencionar las amenazas más recientes que han surgido, el hostigamiento judicial y el espionaje. Periodistas en México cada vez son más sujetos a demandas por daño moral, demandas millonarias instigadas por poderes fácticos, con el solo propósito de silenciar a la prensa”, dijo.
Los principales agresores, señaló, provienen de las mismas filas de la administración pública. “El principal agresor contra la prensa es la narcopolítica, la colusión de las autoridades mexicanas y la delincuencia organizada”.
Con este proyecto, aportó Jan-Albert, se pretende reivindicar la labor de los periodistas que han sido asesinados por realizar su trabajo. Lamentó la impunidad casi al 100 por ciento que prevalece en México, porque es por esto que los crímenes de periodistas se siguen permitiendo. Cada vez hay más autocensura. Los estados de Guerrero, Chihuahua, Oaxaca, Tamaulipas y Veracruz son los más letales para la prensa.
La investigadora Alejandra Ibarra, explicó que “Democracy Fighters”, es un archivo viviente, que va a ser un espacio de memoria, una herramienta de entendimiento y una bandera de lucha contra la impunidad. Puso como ejemplo que cuando quiso hacer un perfil de un periodista que obtuvo asilo en Estados Unidos, lo que hacía falta eran notas suyas de archivo. Y se decidió a esa tarea en 2018.
Durante poco más de un año ha coordinado un equipo que ha restaurado y colocado en la plataforma que aún está en construcción la información de 40 periodistas asesinados. Su intención es concluir con el rescate de 12 mil trabajos en formato de video, radio, fotografías, y textos de 111 periodistas, que de acuerdo a sus datos, han sido asesinados en México del año 2000 mil a la fecha.
Compartió que en su búsqueda “el sitio, por ejemplo, El Político de Jalapa de Ricardo Monluí, el dominio ya no estaba disponible; los trabajos de Francisco Pacheco Beltrán, del Foro de Taxco estaban en la casa de su familia la cual se ha tenido que desplazar y no ha podido recuperarlos. Los reportajes de Víctor Manuel Bahez Chino, se estaban perdiendo cuando dejó de existir Reporteros policiacos”.
En el memorial noticioso, que al mismo tiempo servirá para entender los acontecimientos de las últimas tres décadas en México, “van a poder presenciar el corpus periodístico de los reporteros que murieron informándonos. Y cuenta la historia de México narrada en su mayoría desde medios locales, en regiones a lo largo y ancho del país. Sirve para entender México y las condiciones en las que trabajan los periodistas en el país”.
La plataforma divide los trabajos por temas, e incorporó información política y social, que permita entender el contexto de los lugares de trabajo. Este proyecto busca que “aumente el costo de asesinar a un periodista”.
En el evento asistieron familias de periodistas asesinados, como Griselda Triana, esposa de Javier Valdez Cárdenas asesinado en Culiacán, Sinaloa, el 15 de mayo de 2017. Para ella es reconfortante ver notas de Javier, cuando aún no fundaba RíoDoce, y estaba en Noroeste, textos diversos de corrupción y política, pero lo más importante, es que el crimen sigue en la impunidad.
Priscila Pacheco, hija del periodista guerrerense, Francisco Pacheco, lamentó que a casi cuatro años del asesinato de su papá, ella y su familia no puedan regresar a Taxco, de donde son originarias. Y sigan sin los responsables tras las rejas.
Cuenta que su vida ha cambiado diametralmente y ella junto a su familia esperan que la Comisión Especial de Atención a Víctimas (CEAV) cambie su estatus de víctima, a víctima de derechos humanos, porque no han podido acceder a ninguna reparación del daño, ni han podido continuar el proyecto de su papá, por amenazas.
La familia tiene fotos de “narcomantas” que denuncian que el periodista fue asesinado por el ex alcalde priista Omar Jalil Flores, y otras pruebas desestimadas; la línea que sigue la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión no es de su trabajo periodístico, les dice que fue por un crimen pasional. “Quieren dar carpetazo”.
Para Priscila es bonito leer a su papá, ver lo ella considera su legado, pero sin justicia, estos actos de la sociedad civil, que son reivindicativos y recuerdan a su papá, como lo que fue, un periodista, deben empujar a que las Fiscalías les den ese estatus y las investigaciones vayan dirigidas a sus trabajos.
Consulta nuestra cobertura:
Ven insuficientes medidas de protección a defensores y periodistas en la 4T
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona