El pueblo Yoreme Mayo de Cohuirimpo, Sonora, denuncia el robo de la Cruz Mojonera, un monumento histórico del siglo XVII que demarca su territorio. La sospechosa es una constructora ligada al exgobernador Eduardo Bours

Texto: Laura Buconi

Foto: Cortesía de Alberto Duarte

CIUDAD DE MÉXICO. – El pueblo Yoreme Mayo de Cohuirimpo, Sonora denunció el 5 de diciembre el robo de la Cruz Mojonera, monumento histórico y pieza fundamental de su identidad.

“El jueves 4 de diciembre los vecinos vieron la cruz tirada encima de unas piedras que estaban cubriendo el cemento. La cruz desapareció al amanecer del día viernes 5”, relata Remedios Severo Aguilar Osuna, gobernador ancestral de Cohuirimpo, en entrevista con Pie de Página.

Los motivos detrás del robo

Osuna señala como principal sospechosa a la compañía Constructora Río Yaqui S.A. de C.V., cuyo propietario mayoritario con el 85% de las acciones es el exgobernador Eduardo Bours Castelo.

Su interés en la remoción del monumento ya fue evidenciado en 2020, cuando la constructora removió el monumento para construir una barda, aunque tuvo que reinstalarlo debido a la intervención del INAH. La comunidad sospecha que este robo forma parte de una estrategia para consumar un desarrollo inmobiliario sobre su territorio ancestral, ya que golpea directamente a una comunidad originaria y a su población.

El lunes 7, Aguilar Osuna interpuso demanda oficial ante la Fiscalía de Navojoa, Sonora, tras atender una reunión con el procurador agrario nacional, Víctor Suárez, con presencia de autoridades estatales representadas por CEDIS y con el gobierno federal representado por el INPI. Lamenta y condena “la inacción y la pasividad evidente de las autoridades, cuya falta de respuesta ha generado la sospecha fundada de una posible complicidad institucional”.

“Exigimos justicia y que las investigaciones se hagan de manera inmediata, cosa que no ha sucedido. Esto provoca la desaparición de huellas, señales de todos aquellos participantes que perpetraron este agravio”, exige la autoridad ancestral.

Cruz mojonera, símbolo de identidad y convivencia entre culturas

La Cruz Mojonera es un monumento histórico tallado en madera de mezquite, instalado en el siglo XVII durante los primeros acuerdos de paz con la Corona para lograr una convivencia con la nueva cultura, y reconocido como delimitación territorial entre Cohuirimpo y Navojoa y espacio ceremonial.

“La Cruz permaneció por más de 300 años en ese lugar y fue un símbolo de unión, fue una muestra de respeto entre los dos pueblos y fue también un lugar para mostrar la conquista, la humildad, la amistad y la promesa de seguir en convivencia con el vecino”, relata Aguilar Osuna.

Considera que no se trata de un simple hurto, sino que representa una agresión directa y deliberada contra el corazón histórico y la soberanía territorial de su pueblo, equiparable a un acto de etnocidio cultural, “ya que mata historias, desaparece pruebas contundentes de nuestra existencia y desaparece también nuestras raíces”. La Cruz Mojonera constituye la prueba histórica de su territorio, y su sustracción busca legitimar el despojo y el desplazamiento forzado que han venido padeciendo.

Instituciones cómplices

La situación ha sido notificada a las autoridades mexicanas en todos sus niveles, sin obtener respuesta ni protección. La comunidad considera que la omisión del titular de la Comisión Estatal para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CEDIS) y la falta de respuesta del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) son inaceptables.

“Ante la sistemática indiferencia y las agresiones sufridas en los últimos cinco años, el Gobierno de Cohuirimpo se ve obligado a declarar públicamente a CEDIS y al INPI como entidades que han abandonado su función y que obstaculizan la defensa de nuestros derechos”, afirma Aguilar Osuna en comunicado.

La comunidad de Cohuirimpo exige la pronta recuperación de su cruz y el castigo ejemplar a los autores intelectuales y materiales de este crimen. A los medios y a la comunidad internacional, a toda la población consciente, a todos los pueblos originarios del mundo, a las organizaciones en lucha por los derechos humanos y del territorio, solicitan apoyo para evitar que la historia del Pueblo Mayo sea borrada por intereses económicos.