Si bien, hay muchas quejas de las pocas mujeres seleccionadas, habiendo tanta tela de dónde cortar, me parece igual de preocupante —y de lo que nadie habla—, el que tampoco haya una representación digna de autores LGBTQ en la selección del 25 para el 25
Por Évolet Aceves / X: @EvoletAceves
Siendo honestos, la colección del 25 para el 25 no tiene ni pies ni cabeza, claramente los autores seleccionados fueron autores cuyos derechos de autor se encontraban a disposición, o bien, de los que se llegó a un acuerdo para este proyecto de gran ambición que es la distribución gratuita de 2.5 millones de libros a lo largo del país.
De ahí a que el eje de la colección haya sido el boom latinoamericano, dista mucho. Quizá fue el impulso y la meta inicial, pero fue un impulso que claramente no llegó a concretarse ni a acercarse a conseguir su objetivo.
Si acaso hubo un intento por tratar de reformular al boom latinoamericano incorporando a autores que antes no figuraban entre los autores del boom. Pero al haber incluido a Fabrizio Mejía Madrid, que nada tiene que ver con la temporalidad del boom latinoamericano y que más bien se asocia con un periodismo partidista de izquierda, esa posibilidad de intento queda descartada.
Siguiendo esa lógica de selección mediada por el partidismo, por ejemplo, ¿por qué no se incluyó a Mario Vargas Llosa, quien también es conocido por sus inclinaciones políticas, aunque él de derecha, y quien sí formo parte del boom? De ahí es que encuentro que esta lógica partidista para esta colección, no tiene lugar; también porque muchos de los títulos de los autores incluidos en la colección fueron publicados cuando el boom ya no era tan boom.
El 25 para el 25 sólo logra difundir literatura latinoamericana, y sí, principalmente escrita por hombres. Quizás el caso más evidente sea ese de Fabrizio Mejía, pero tan sólo algunos de los autores mencionados formaron parte o del boom o de la época en que el boom latinoamericano cobró fuerza, es decir, en las décadas de los 60 y 70.
Creo que hubiera sido una muy buena oportunidad para considerar a las autoras latinoamericanas incluidas en el libro de Evelina Gil, Las calladas del Boom: Escritoras ignoradas del Boom Latinoamericano, de las cuales ninguna está incluida en la colección del 25 para el 25.
Paco Ignacio Taibo II argumenta en su defensa que la colección no buscó basarse en un criterio de incluir exclusivamente autoras por el simple hecho de serlas, sino que se basó en su calidad literaria, además de que atribuyó sugerentemente con sus argumentos al género de la poesía como un género escrito por mujeres, un estereotipo generalizante y también machista, como si sólo las mujeres se dedicaran a la poesía, y además a la poesía mala; yo argumentaría que más que por la calidad, esa selección está ofuscada por una combinación entre el gusto personal del director del Fondo de Cultura Económica —Paco Ignacio Taibo II— y las posibilidades de los derechos de autor a que la selección de autores estuvo sometida.
Si bien, hay muchas quejas de las pocas mujeres seleccionadas, habiendo tanta tela de dónde cortar, me parece igual de preocupante —y de lo que nadie habla—, el que tampoco haya una representación digna de autores LGBTQ en la selección del 25 para el 25, sólo aparece Adela Fernández —magnífica escritora, sin duda, y una muy buena elección—, fuera de ella es como si no hubieran existido más escritores o escritoras de la comunidad LGBTQ, títulos que personalmente me parece más valioso difundir por el hecho no sólo de que continúan siendo bastante invisibilizados, sino de que, además, son de más difícil acceso, en comparación, por ejemplo, a aquellos de Gabriel García Márquez, Mario Benedetti, y la gran mayoría de los demás escritores, e incluso más difícil de conseguir que títulos de Piedad Bonnett o de Amparo Dávila, por mencionar a las más conocidas en la actualidad, entre las pocas mujeres incluidas en la lista —siendo Dávila una escritora que me encanta, y que me da gusto que sea tan leída.
Si en algo estoy de acuerdo con Paco Ignacio Taibo II, es en apostar por la literatura latinoamericana —y yo apostaría aún más por la difusión de la mexicana, siendo el FCE una editorial mexicana—; pero el no haber incluido a más mujeres y sólo a una escritora de la comunidad LGBTQ, creo que sí fue un desacierto, sobre todo teniendo un acervo tan valioso durante la época del boom y por la población a la que está dirigida, a jóvenes menores de 30 años, a quienes seguramente les gustaría conocer el otro lado de la moneda de la literatura. En este intento por reformular el boom, hubiera sido una excelente oportunidad para incluirlos.
X: @EvoletAceves
Instagram: @evoletaceves
everaceves5@gmail.com
Évolet Aceves es cuentista, novelista, poetisa, cronista y ensayista. Autora de la novela Tapizado corazón de orquídeas negras (Tusquets, 2023), forma parte de la antología Monstrua (UNAM, 2022). Periodista cultural, fotógrafa con dos exposiciones individuales. Escribe su columna en Pie de Página. Ha vivido y estudiado en Toluca (México), Varsovia (Polonia), Albuquerque (Nuevo México, EEUU) y Nueva York, donde actualmente reside con la beca GSAS otorgada por la Universidad de Nueva York, donde también da clases. Colaboradora en revistas y semanarios: Dominga (Milenio), El Cultural (La Razón), Nexos, Replicante, Este País, entre otros. Su obra ha sido presentada en ferias del libro y universidades de México, Estados Unidos, Polonia y Alemania.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona