Juan Gabriel: el divo que desmanteló al machismo mexicano

22 noviembre, 2025

Cientos de personas asistieron a la proyección en el Zócalo Capitalino del primer concierto en Bellas Artes del artista Juan Gabriel. FOTO: ROGELIO MORALES /CUARTOSCURO.COM

A propósito de la docuserie Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero, Alejandro Brito, periodista y colaborador de este proyecto, reflexiona acerca de cómo el artista rompió estereotipos machistas y conquistó a la sociedad mexicana con su gran talento y originalidad

Texto: Andrea Amaya

Foto: Rogelio Morales / Cuartoscuro

CIUDAD DE MÉXICO.- El reciente estreno de la docuserie Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero, dirigida por la cineasta mexicana María José Cuevas, ha revivido la conversación sobre el legado del artista. Este proyecto se realizó con material íntimo e inédito que el mismo Divo de Juárez documentó a lo largo de su vida mediante cientos de videos, audios, fotografías y películas caseras.

Los archivos inéditos que permanecieron en resguardo durante décadas se adentran en la dualidad entre Alberto Aguilera Valadez y su alter ego, Juan Gabriel, explorando a fondo su trayectoria artística y su historia de vida personal. Entre imágenes y música, se revela el lado humano de Alberto Aguilera, dejando un valioso testimonio que cuenta su historia más allá de su trayectoria artística.

En entrevista para Pie de Página, Alejandro Brito, periodista y colaborador de este proyecto, comparte por qué Juan Gabriel fue y sigue siendo un fenómeno cultural en México y Latinoamérica.

Para el periodista, su gran talento y originalidad para interpretar variedad de géneros musicales fueron su principal arma para convertirse en un fenómeno cultural, pues musicalmente se fue imponiendo a pesar de no contar con una educación musical formal: “él supo encontrar la manera de que las letras de sus canciones llegaran a la gente por las mismas expresiones que usaba. Juan Gabriel supo dar expresión lírica y musical a un sentimiento popular profundo”.

Resiliencia ante el prejuicio

Cientos de personas acudieron al Zócalo Capitalino donde en punto de las 19:00 horas se proyecto en pantalla gigante el concierto de Juan Gabriel en Bellas Artes. FOTO: GOBIERNO DE LA CIUDAD DE MÉXICO/CUARTOSCURO.COM

Para el activista y gestor cultural, al principio de su carrera artística Juan Gabriel tuvo que ceder a los estereotipos hegemónicos impuestos socialmente:

“Al principio, tenía que respetar ciertos cánones y yo creo que incluso hasta autocontenerse. Si uno ve los videos de los comienzos de su carrera, como en ‘No tengo dinero’, en comparación con el concierto de Bellas Artes, se nota la gran transformación de Juan Gabriel. Al principio se contiene porque eso le exigen las disqueras y las televisoras como Televisa; él estaba diseñado para ser un ídolo juvenil dirigido sobre todo a las jovencitas. Pero poco a poco Juan Gabriel se fue soltando y, en cuanto él tuvo más dominio de su carrera y de su producción musical y discográfica, se liberó completamente”.

Uno de los aspectos que el periodista analiza es el acoso social y mediático al que se enfrentó el Divo de Juárez:

“Creo que Juan Gabriel ha sido el mexicano más vilipendiado por su orientación sexual, históricamente hablando; sobre él han recaído la mayor cantidad de improperios, ofensas y chistes homofóbicos. Lo increíble de Juan Gabriel es que logra revertir todo eso, tiene una capacidad de resiliencia que logra darle la vuelta a ese insulto y convierte el morbo en fervor. Y la gente se le entrega, al punto que hay un momento en que ya no hay diferencias de clases sociales ni de géneros en el público de Juan Gabriel”.

Asimismo, afirma que Juan Gabriel utilizó la ambigüedad como estrategia respecto a su orientación sexual:

“Él jugó mucho con la ambigüedad: no les quiso dar ventaja afirmando que era gay o homosexual, porque eso era lo que querían, presionarlo para que se asumiera y con eso descalificarlo. Desde ser o no ser, hasta que al final, con su famosa frase que dijo: ‘lo que se ve, no se pregunta’. Pero me parece que esa fue una estrategia de Juan Gabriel, entre la provocación y la ambigüedad”.

Y añade:

“Al mismo tiempo, en escena empezó a provocar y a soltarse. A provocar en el sentido, digamos, de generar una reacción en su público con sus contoneos, sus amaneramientos, con sus movimientos afeminados, con sus requiebres de cadera y movimientos de hombros como las rumberas. Entonces, yo creo que esas fueron las estrategias con las que jugó Juan Gabriel y que le resultaron ser muy efectivas”.

Transgresor del género ranchero

Para Alejandro Brito, el clímax de la carrera de Juan Gabriel sucede cuando incursiona en las canciones rancheras, el género identificado como propio de lo mexicano y en el que predomina un estereotipo de charro, donde sus principales intérpretes son José Alfredo Jiménez y Pedro Infante. Y revoluciona este cliché al desafiarlo desde los escenarios:

“Juan Gabriel lo que viene a hacer es torcer ese estereotipo del machismo mexicano; al contrario del estereotipo, él hace requiebres de cadera, le pone lentejuelas a su vestimenta charra, brillitos en su vestimenta. Los charros se paran frente al escenario y casi no se mueven, no hay mucha coreografía, digamos. Juan Gabriel, al contrario, va de un lado a otro del escenario, brinca, da giros y requiebres. Y por eso me parece que fue muy transgresor en ese sentido, por eso creo que es una figura que transgredió y rompió límites”.

Entronizar la imagen del maricón

El periodista señala que uno de los impactos sociales del Divo de Juárez fue trazar un camino para la aceptación de la diversidad sexual y de género en México, pues desafió directamente los estereotipos machistas y de virilidad de su época.

“Juan Gabriel sí abrió mucho camino para el cambio de mentalidades; para decirlo en pocas palabras, Juan Gabriel entronizó la imagen del maricón, que era muy menospreciada durante toda la historia del país. Y, sin embargo, con Juan Gabriel la figura del maricón alcanza alturas inimaginables y conquista los principales escenarios del país, y eso parece que es una conquista muy propia y que tuvo sus repercusiones, desde luego. Incluso, digamos, que se le rindieron hasta hombres machos heterosexuales, que sí, al principio se burlaban y lo menospreciaban, al final terminaron admirándolo. Entonces, admirar a un marica, digamos, que un macho admira a un marica, eso ya te está hablando de una transformación social, de una transformación en las mentalidades”, acentuó Alejandro Brito.

Y finalizó:

“El material que se exhibe en la docuserie es un material valiosísimo, importantísimo, es inédito. Porque fíjate no más la inteligencia de Juan Gabriel: como fue una persona tan difamada, él quiso dejar su propio testimonio grabado y filmado, y demás, para que fuera su versión de él mismo, de su vida, la que terminara por predominar. Y entonces se ocupó en grabarse él mismo o a través de sus amigos íntimos, su familia, en su vida cotidiana, para mostrar el ser humano que era más allá de la difamación y los prejuicios. Entonces, hasta en eso triunfó Juan Gabriel”.

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