“¡Gracias por ayudarnos a salvar la vida!”: refugiados de Gaza llegan a México

24 mayo, 2025

Shadi Abed sonríe rodeado de su familia después de años de espera finalmente pueden estar juntos.

Después de un año y medio de sortear fallas institucionales, de pelear contra la burocracia y de sobrevivir a los bombardeos de Israel, los 18 integrantes de la familia Abed llegaron a México para intentar reconstruir su vida

Texto: Arturo Contreras Camero

Foto: Alejandra Rajal

CIUDAD DE MÉXICO. – Los ojos de Alma Abed, que cautivaron las redes sociales —grandes y claros—, se abren ante un país nuevo en el que ella y su familia intentarán recrear su vida. Alma es una de las hijas más pequeñas de la familia Abed, compuesta por casi 20 personas. Al salir del aeropuerto, sus ojos se ven cristalinos por la mezcla de emociones.

“¡Gracias, México, por ayudarnos a salvar la vida!”, logró decir en un español improvisado y con la ayuda de uno de sus familiares, después de miles de kilómetros y decenas de horas de viaje para salir de Gaza, que desde hace casi dos años sufre los embates de las bombas de Israel.

Un instante antes de que el resto de su familia saliera de tramitar su ingreso al país ante agentes de migración, Shadi Abed dio un mensaje al centenar de personas que lo esperaban en el aeropuerto de la Ciudad de México:

“Gracias por el amor y respeto. Por ayudar a mi familia, por salvar a mi familia. Están muy felices. Tienen dos años en la guerra, sufriendo mucho. Ojalá que puedan ayudarlos, por dar una vida nueva, ¡por favor, muchas gracias!”, dijo Shadi en un español que apenas está aprendiendo.

Una historia de refugio

Personas de la ciudad llegaron a altas horas de la madrugada para mostrar su apoyo y cariño a la Familia Abed.

El patriarca de los Abed, Kamal, llegó a México hace 16 años, después de tener que salir de Jabalia, al norte de Gaza, cuando la guerra destrozó el negocio de mármol que les daba sustento. Tras el inicio del conflicto, Kamal viajó a Egipto para intentar sacar a su familia de la zona de guerra.

“Mi papá no aguantó la tristeza. Él falleció de un infarto al corazón por la tristeza”, lamentó Shadi, quien decidió continuar la lucha para reencontrarse con su familia. Encontró ayuda y alivio en el colectivo De Gaza a México y en la Clínica Jurídica para Personas Refugiadas de la Universidad Iberoamericana.

Shadi, quien ya tenía el reconocimiento de refugiado en tránsito, inició la solicitud de auxilio ante la Cancillería de México en Egipto hace un año y medio. Hoy, el resto de su familia llega a México e inicia el trámite para regularizar su estancia, que eventualmente podría convertirse en naturalización.

Ishtar Mubarak, parte del colectivo De Gaza a México, explica:

“Ahora lo que viene son trámites: el tratamiento a la señora Jamila (la matriarca de la familia), porque en Gaza no tenía acceso a lo que necesita. Viene un proceso de adaptación, de que puedan aprender español. Todos son profesionistas y podrían ejercer aquí, pero es un proceso. Ojalá puedan tener un trabajo en línea para que pronto se sientan productivos, porque todo ese tiempo les robaron esa posibilidad”.

«Todas las luchas están conectadas»

Personas de la ciudad llegaron a altas horas de la madrugada para mostrar su apoyo y cariño a la Familia Abed.

Desde la una de la mañana, la sala de llegadas internacionales del Aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México está repleta de personas que cargan kufiyas y banderas de Palestina; todos esperan dar aliento a los viajeros. Entre ellos está Mar Mendoza:

“Apoyé en la difusión del caso, porque creo que es nuestro deber ciudadano, moral y ético estar al pendiente de lo que pasa con nuestros hermanos palestinos. Todas las luchas están conectadas, y lo que ocurre en Palestina ha pasado con muchos pueblos colonizados”, asegura Mar.

Cerca de ella, junto a una columna, los asistentes dejan donativos: desde juguetes hasta pañales, agua, víveres de primera necesidad y otros artículos. Entre quienes aportaron está Agustín Durán, mexicano radicado en Los Ángeles, que durante una visita a su familia acudió a mostrar su apoyo a los refugiados recién llegados:

“Vinimos aquí a apoyar a la familia porque me enteré a través de redes sociales. Empezamos a ver una de las historias, y lo menos que podemos hacer es venir a ayudar. En estos tiempos, cualquiera que esté en redes sociales y no se conmueva con lo que pasa ahí, con los videos de Gaza… yo creo que es difícil no conmoverse”.

Aunque quienes recibieron a la familia Abed desearían poder ayudar a más familias en su situación, el proceso no sería replicable, como explica Ishtar Mubarak:

“Alguien que no tiene vínculo con México no podría solicitar este mecanismo de refugio. Nosotros quisiéramos que esto abriera la puerta; lo primero que desearíamos es que los palestinos no tuvieran que desplazarse. Pero ante la violencia que viven, ojalá se abran más puertas”.

Aun así, Mubarak reconoce que salvar 18 vidas, entre más de un millón y medio de personas atrapadas en el horror de Gaza, es un logro significativo:

“Esto es inimaginable en el año 2025. Que esto ocurra con total impunidad es increíble. Uno piensa: ‘¿Dónde está la humanidad?’. Pues hoy la vimos”, afirma Ishtar Mubarak.

El asilo es el inicio

Shadi Abed, sonríe mientras ayuda a su madre Jamila Abed.

Desde junio del año pasado, los colectivos pro palestinos de México tomaron el caso de la familia Abed. Entre sus contactos, lograron que la Secretaría de las Mujeres —que apenas comenzaba a formarse— se involucrara y brindara acompañamiento institucional.

El 10 de diciembre de 2024, el caso llegó a oídos de la presidenta Sheinbaum cuando la reportera Nancy Gómez, de Sin Embargo, hizo una pregunta al respecto. Desde entonces, la Secretaría de Relaciones Exteriores tomó cartas en el asunto.

A partir de este sábado, la institución encargada del acompañamiento a la familia Abed será la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados. Jamila, la abuela de la familia, necesita atención médica de la que estuvo privada por más de dos años. También requieren un espacio para vivir y trabajos para sostenerse.

Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.