Palestina en las universidades: ética académica, libertad de expresión y responsabilidad ante el genocidio

13 abril, 2025

Docentes, investigadores y alumnos de distintas universidades llaman la atención sobre la apertura de las universidades a discursos que avalan el genocidio en Palestina. También dirigen una carta a Morena tras el acto del diputado Hugo Eric Flores

Por Académicxs por Palestina

Durante las últimas semanas en distintas universidades del mundo se han castigado severamente las expresiones de solidaridad con el pueblo palestino y la crítica al estado de Israel, responsable del proceso de genocidio y limpieza étnica que se ha recrudecido desde hace 18 meses en Gaza y Cisjordania. Expulsiones de estudiantes, despidos de profesores e investigadores, cancelación de conferencias, presentaciones de libros y otros eventos académicos, e incluso deportaciones de quienes habitaban un país extranjero con visa de estudiantes, trabajadores o refugiados, son sólo algunas de las expresiones de este fenómeno de persecución y censura que amenaza con expandir sus fronteras. La acusación de antisemitismo ante cualquier asomo de crítica se ha vuelto el arma predilecta de quienes lo impulsan.

En México, la libertad de expresión y el derecho a la libre manifestación han permitido que, desde el 7 de octubre de 2023, activistas contra el genocidio en Palestina hayan increpado en distintos espacios a diversas voces que apoyan, justifican o callan ante el genocidio. Sin embargo, esa misma libertad de expresión ha comenzado a usarse como argumento para censurar aquellas expresiones críticas o de denuncia, acusándolas de nuevo de antisemitas. Ante ello, como trabajadores académicxs de diversas universidades de nuestro país (UNAM, UAM, UACM, INAH, UPN, CIESAS, BUAP, UdG, IPN, ENAH, UV, Ibero, Chapingo, UASLP, UABC, UANL, Instituto Mora, CIDE, UMICH, Colmex, UPN, UACh, entre otras), queremos expresar lo siguiente:

Entendemos que el diálogo, la escucha y la libertad de expresión son principios fundamentales del quehacer universitario. No obstante, la asimetría causada por la ocupación del territorio palestino, que está desplegando ahora con celeridad su fase genocida e impide el acceso a medios y espacios de discusión, investigación y comunicación, obliga a redefinir dichos conceptos. ¿O acaso es posible pedir ecuanimidad y falta de reacción ante un desastre humanitario colosal como el que estamos viviendo? La libertad de expresión es un derecho de todas las personas, y eso incluye a quienes protestan contra posiciones islamofóbicas y arabofóbicas dentro de las universidades y fuera de ellas. 

A pesar de ello, el ejercicio actual de la libertad de expresión es asimétrico y desigual porque quienes tienen el poder, los recursos y el control de los medios de comunicación y los espacios donde se construye el conocimiento pueden reproducir la mentira y la desmemoria, confundiendo a la opinión pública, sin contrapeso alguno. En cambio, quienes defienden una posición crítica ante el genocidio, la limpieza étnica, el apartheid y la ocupación no tienen espacios en los medios hegemónicos. Así pues, la libertad que se defiende en comunicados oficiales y desplegados publicados en periódicos de distribución nacional es la libertad de los poderosos.

La libertad de expresión en su connotación liberal defiende al individuo y sus discursos, pero ¿puede defenderse la libertad de apoyar la muerte masiva ocasionada por un genocidio? En este contexto, resulta tan controversial como polémico defender la libertad de expresar opiniones arabofóbicas e islamofóbicas en espacios universitarios o fuera de ellos, así como guardar silencio frente al genocidio de un pueblo. Es igualmente controversial y polémico defender la abierta manipulación de la historia en aras de fortalecer un proyecto colonialista de ocupación y muerte. Es claro, entonces, que el discurso de la libertad individual se usa para defender un proyecto de estado imperialista y colonialista en nombre de esas mismas libertades. Se trata, pues, de un discurso ideológico que convierte a quienes apoyan el genocidio en víctimas y borra a las víctimas verdaderas: el pueblo palestino.

La libertad de expresión académica que ha de defenderse hoy es precisamente la de quienes son perseguidos en Alemania, Estados Unidos y el propio Israel por expresar posiciones críticas contra ese estado. También es libertad de expresión la que han manifestado el Colmex y el CIDE al tomar la decisión colegiada de romper relaciones con universidades israelíes con argumentos razonables y bien sustentados, que fueron increpados por académicos, intelectuales y otros personajes públicos que, en diversos espacios, se han dedicado a negar la existencia de un genocidio en territorio palestino.

Hoy en día la intolerancia no proviene del movimiento en apoyo a Palestina, que protesta ante el asesinato de civiles, incluyendo a miles de niñas, niños y adolescentes desprotegidos frente a las bombas de Israel. La intolerancia radical proviene, en cambio, del proyecto de limpieza étnica de Israel, que ha cobrado un nuevo impulso con el apoyo de la presidencia de Donald Trump. La intolerancia radical proviene de los sectores que hoy imponen sanciones y represalias al pensamiento crítico, artístico y estudiantil por apoyar a un pueblo que sufre una crueldad absoluta cuyo mayor responsable es el estado de Israel.

Quienes apoyan, justifican o guardan silencio ante el genocidio israelí parecen no tener más argumento que el uso irresponsable del holocausto para evadir la realidad: que hoy el estado israelí comete una limpieza étnica y un genocidio tal y como los que el pueblo judío sufrió a manos del régimen nazi. Las voces académicas e intelectuales que apoyan, justifican o guardan silencio ante el genocidio parecen no poder tolerar que se les debata y que existan posiciones críticas ante sus opiniones. En ocasiones usan su identidad judía para respaldar a Israel, desconociendo y olvidando que miles de judíos en México y en todo el mundo han dicho NO EN NUESTRO NOMBRE. Como académicxs decimos: tampoco en el nuestro.

Carta a Morena

Sergio Carlos Gutiérrez Luna
Ricardo Monreal Ávila
Adán Augusto López Hernández
Comisión Nacional de Honor y Justicia
Bertha Luján Uranga
Luisa María Alcalde
PRESENTE

Tras las recientes declaraciones del diputado Hugo Eric Flores, el colectivo Académicxs con Palestina contra el genocidio denuncia que este diputado de la bancada de Morena esté utilizando su cargo como legislador y representante ciudadano, para defender el supuesto derecho del estado de Israel para anexar la franja de Gaza (con los efectos genocidas que ello implica), mientras convoca a una marcha de cristianos evangélicos con ese mismo objetivo, lo que constituye un hecho escandaloso, inédito y totalmente fuera de lugar para un Estado laico.

Nuestro colectivo rechaza este discurso y exige al Estado mexicano posicionarse claramente en contra del genocidio que el Estado de Israel perpetra en Gaza y Cisjordania. El discurso del diputado Flores contradice las acciones del Gobierno mexicano, que lo han llevado a reconocer al Estado de Palestina y a su embajadora en México, así como a reclamar el cese inmediato del fuego.

Condenamos la postura de Flores, pero también y sobre todo que ésta se haga desde la Cámara de Diputados y en su calidad de representante político. Eso es un abuso de poder que debería ser sancionado.

Al diputado Flores lo conocemos por haber defendido como abogado a los perpetradores de la masacre de Acteal, y por haber cobijado al gobernador Cuauhtémoc Blanco, como dirigente del PES, cuando se produjo el asesinato de Samir Flores Soberanes, quien se había opuesto al Plan Integral Morelos. Al diputado Hugo Eric Flores lo conocemos también por ser parte del poderoso lobby sionista que opera en México. Su argumento falaz de que es común que las facciones parlamentarias convoquen desde ahí a distintas marchas, y que esta marcha “es por la pazˮ, sólo nos indigna más.

Es de destacar que el diputado Flores se arroga la representación de todas las comunidades cristianas de Mexico como líder único, lo que es inaceptable y aberrante, toda vez que dichas comunidades son numerosas y diversas, además de que no todas militan en el cristianismo sionista. Con su mensaje, el diputado difunde al público en general la creencia de que todas las comunidades cristianas del país estarían de acuerdo en apoyar el genocidio perpetrado por Israel, lo que es enteramente falso. Por el contrario, el suyo es un discurso ideológico que impone a sangre y fuego, una memoria colonial que pretende ser religiosa, mientras busca eliminar la memoria y todo lo relativo a la existencia del “otro”, en este caso del pueblo Palestino: su territorio, su historia, su lengua, su futuro, su vida, su memoria.

Desde nuestro colectivo exigimos que la postura de Mexico sea firme contra el genocidio del pueblo palestino y, asimismo, que este tipo de discursos genocidas no puedan realizarse desde la Cámara de Diputados (ni desde ningún otro lado), sobre todo tratándose de un órgano representativo, donde no debe haber lugar ni para el proselitismo religioso, ni mucho menos como convocar a una marcha que defienda y haga apología de un genocidio. Le preguntamos al partido Morena si ésta es su política.

Académicxs con Palestina contra el genocidio
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