La visibilización y valoración de proyectos de intervención educativa es una tarea crucial para aprender de ellos y también para capitalizar sus aportes en otros contextos y a otras escalas. Por eso, es importante destacar la importancia de los proyectos de intervención educativa liderados por mujeres y para mujeres
Por Rosa Guadalupe Mendoza Zuany* / MUxED
La huella de las mujeres en la educación de nuestro país y del mundo es innegable. Estudiantes, madres, maestras, pedagogas, educadoras populares, directivas, tomadoras de decisiones, diseñadoras de políticas educativas y multisectoriales, etc., construyen y aportan a una educación de calidad, con equidad y orientada a la justicia.
Muchas mujeres trabajan cotidianamente en el campo educativo desde distintos roles. Algunas intervienen a través de proyectos de intervención específicos para mejorar las políticas educativas, los currículos, la formación docente, la gestión escolar, los materiales en el ámbito formal, los diversos campos educativos, mientras que otras lo hacen a través de procesos educativos populares, fuera de las escuelas, abordando preocupaciones locales prioritarias. Esos proyectos de intervención impulsados por mujeres, generalmente consideran abonar a la equidad de género partiendo de las experiencias vividas y de su posicionamiento orientado a la justicia y la sororidad.
La visibilización y valoración de proyectos de intervención educativa es una tarea crucial para aprender y capitalizar los aportes en otros contextos y a otras escalas. Por ello, en el 1° Congreso MUxED 2025 “Visibilizar brechas e intersecciones en educación”, organizado por la Red Mujeres Unidas por la Educación, convocamos a presentar intervenciones que visibilicen a las mujeres, que postulen aportaciones específicas, derivadas de estudios, revisadas en forma sistemática a lo largo de su desarrollo y evaluadas en términos de su impacto o incidencia en la atención del problema que las originó o el diagnóstico del que partieron.
En el ámbito de la investigación educativa y de la formación de investigadoras e investigadores se ha tendido a separar la investigación entendida por su orientación a la construcción del conocimiento de la intervención pensada casi exclusivamente como acción que parte de la aplicación de conocimiento previo. La dicotomía investigación-intervención ha denostado a ésta última al concebirla como un proceso que no involucra reflexión, análisis ni construcción de conocimientos nuevos. Por ello es preciso repensar y posicionar la intervención como un proceso orientado a la transformación, al mejoramiento, a construir nuevas formas y/o condiciones para educar lo que necesariamente implica reflexionar, analizar y aprender de la experiencia, y por lo tanto, generar también conocimiento para el campo educativo que nos permita caminar en la ruta de la calidad, la equidad y la justicia.
En el proceso de formación de investigadoras en el campo de la educación ambiental del que formo parte han emergido reflexiones sobre la dicotomía anteriormente planteada entre investigación e intervención, así como también la definición de proyectos que las articulen.
La crisis socioecológica es experimentada por las mujeres de formas particulares y exacerbadas en contextos vulnerados, tanto rurales como urbanos. Por ello es que priorizamos nuestro trabajo como línea de investigación con ellas y para ellas. Ponemos al centro procesos que indican e impacten positivamente a las mujeres –ya sean estudiantes, maestras, madres, etc.– orientándonos a asuntos altamente relevantes que hemos identificado colaborativamente con las comunidades, como el cuidado del agua, de la salud humana, animal y ambiental, así como de la alimentación.
Han surgido proyectos que en su dimensión de intervención han impactado al menos en tres ámbitos relacionados: ecológico, educativo y social. A la par de su desarrollo y evaluación de impacto, hemos impulsado la sistematización de los proyectos de intervención educativa ambiental para aprender de ellos.
El valor de los proyectos de intervención reside en su capacidad de propiciar cambios y/o fortalecer procesos partiendo de diagnósticos –idealmente participativos– , de retomar aportes teóricos de investigación e intervención educativas previas, de generar procesos colaborativos que propicien apropiación para resultados sostenibles, y de vislumbrar la sistematización de la experiencia y la evaluación del impacto o incidencia para la retroalimentación y la identificación del conocimiento generado. Les invitamos a compartir proyectos de intervención que den cuenta de cómo las mujeres se involucran y/o sistematizan prácticas pedagógicas particularmente en la educación ambiental, la educación en la primera infancia, la educación socioemocional, la educación intercultural, la inclusión educativa y el uso de tecnología digital.
*Rosa Guadalupe Mendoza Zuany es integrante de MUxED. Investigadora en el Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana, integrante del SNI nivel 3 y de la Academia Mexicana de Ciencias. Coordinadora de la Cátedra UNESCO Educación para la Ecociudadanía y la Sustentabilidad y del Proyecto CARE México. Sus líneas de investigación son: aprendizajes situados, educación ambiental, ecofeminismos, educación indígena y rural.
Facebook: Lupita Mendoza Zuany
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