“El fascismo no se va a morir solo, hay que combatirlo”

2 febrero, 2025

En distintas ciudades de Argentina la gente salió a manifestarse en contra del facismo que se promociona desde la oficina presidencial. Miles de manifestantes se dieron cita en la Plaza de Mayo, el coro contra el autoritarismo tuvo los colores de la bandera LGBT y de la liberación Palestina . Ahí se rechazó por igual a los magnates de Silicon Valley y al neonazismo

Texto y fotos: José Ignacio De Alba

BUENOS AIRES.- “¿Vos sabías que Argentina fue el primer país en legalizar el matrimonio igualitario en América Latina?, ¿sabes que este país tiene una de las leyes de identidad de género más avanzadas del mundo?, ¿sí sabes que en este país es legal el aborto?, ¿vos estás enterado que somos referencia en leyes de memoria, verdad y justicia?”. Me dice Carla Marino, una chica de 37 años que tiene tanto glitter que se le escurre con el sudor. 

Merino explica que la marcha de hoy es crucial, que la tragedia de Argentina es que en algún momento fue el país más progresista de la región. “Hace diez años éramos un ejemplo por la calidad de vida, hoy solo somos un experimento de la agenda ultraconservadora”. 

Argentina, en apenas unos meses ha tratado de revertir su papel en el mundo. O más bien, intenta colocarse en el extremo opuesto. El mundo está expectante, mientras que el país parece cada día más roto. Milei, según el mismo, es un “topo que destruye el Estado desde dentro”.

En la manifestación de este sábado se gritaron proclamas contra Elon Musk y contra Javier Milei, contra Donald Trump y contra Patricia Bullrich. La manifestación señaló a personajes aparentemente distantes, pero alienados a la ultraderecha. El capitalismo global unifica políticas y personajes. 

Carla Gallo, una estudiante de artquitectura me explica “no se puede creer que salgamos a defender luchas que ya teníamos ganadas”. La sensación justamente es esa, el país no está atascado, está en una intentona de avanzar en reversa. 

Durante los primeros meses de la presidencia de Javier Milei se han avivado discusiones que se creían superadas desde los años ochenta, con la vuelta de la democracia. El país que vivió una terrible dictadura, hoy niega las cifras de desaparecidos, desfinancia a los sitios de memoria histórica y propone una persecución contra los “zurdos”.

El presidente Javier Milei es el que propone la cacería, en su discurso en el Foro Económico Mundial, donde hizo un llamado a los líderes del mundo a conformar una alianza para acabar con la agenda progresista. En esos días amenazó con “perseguir hasta el último rincón del planeta” a los “zurdos hijos de puta”.

La crueldad del mandatario fue especial en contra de la comunidad LGBTI, al asegurar que la ideología de género es “lisa y llanamanete pedofilia”, además asoció a las personas homosexuales con la pedofilia. Según el mandatario, la agenda “woke” es un “cáncer que hay que extirpar”. 

Los comentarios se dan la misma semana en que el gobierno argentino propone quitar el feminicidio del Código Penal. En días cargados de pesimismo político, cientos de miles de argentinos salieron a manifestarse. La marcha, convocada por la comunidad LGBTI fue como un retazo de esperanza en días oscuros. La indignación que eclosionó en brillantina, gozo y convite. 

Varias ciudades del mundo también acompañaron la protesta, reunidos en las embajadas de Argentina en México, Brasil, Chile, Estados Unidos, España, Italia o Francia. En Argentina hubo demostraciones en distintas ciudades del interior, como Mendoza y Córdoba. La concentración más grande fue la de Buenos Aires, donde cientos de miles se concentraron frente a la Casa Rosada, lugar donde se encuentra el despacho presidencial. 

En una jornada agotadora por el calor veraniego, cientos de organizaciones y colectivos se reunieron para ponerle un basta al odio. Fue una movilización llena de color, el “orgullo antiracista y antifascista” congregó a familias enteras. Un niño porta una pancarta donde se lee “defender la diversidad es defender la vida”.

Ramón Zaneli, de 68 años, marcha solo. Lleva sobre el cuello un letrero con la conocida sentencia “quien no conoce su historia está condenada a repetirla”. Charlamos un rato de la dictadura, años en que asegura él fue un perseguido político. A Zaneli le digo que si de aquellos años se puede extraer un aprendizaje para nuestros días, a lo que responde “el facismo no se va a morir solo, hay que combatirlo”.  

Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).

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