Con el incremento de la renta en los últimos años en el condado de Los Ángeles, muchas familias de migrantes indígenas fueron desalojadas de sus departamentos debido a la falta de información en sus lenguas maternas para defender sus derechos como inquilinos
Por Kau Sirenio / X: @kausirenio
En octubre de 2024, la organización comunitaria Comunidades Indígenas en Liderazgo (CIELO) y el Instituto de Investigación de Equidad (ERI) de la University of Southern California (USC) publicaron un informe sobre la situación de los migrantes indígenas en el condado de Los Ángeles, California. El documento es un estudio basado en la ubicación geográfica y lingüística de los pueblos y comunidades indígenas de México y Centroamérica.
De acuerdo con el resumen del documento realizado por CIELO, las comunidades de migrantes indígenas viven en barrios distribuidos por todo el condado de Los Ángeles. “Más de 36,500 residentes de todo el condado declararon proceder de una comunidad indígena de México o América Central en el censo de 2020”.
La investigación reveló que alrededor del 40 por ciento de los californianos afirmaron pertenecer a una comunidad migrante indígena y residen en el condado de Los Ángeles: “Si bien los datos del censo suelen considerarse la fuente más confiable de información demográfica, es probable que se trate de un recuento inferior al real. Esto se debe a que contar y comunicar con precisión los datos de las comunidades más pequeñas sigue siendo un reto, especialmente para quienes no hablan, leen ni escriben en inglés y suelen vivir en barrios identificados por el censo como difíciles de contar, entre otros factores”.
El estudio también encontró que las comunidades indígenas de México y Centroamérica han contribuido a las relaciones sociales, culturales y económicas de Los Ángeles durante muchos años. En octubre de 2023, la ciudad de Los Ángeles designó como «corredor oaxaqueño» una zona de alrededor de 1.6 millas en el bulevar Pico, en el barrio de Pico-Union. Ahí, «se han instalado muchos negocios que ofrecen alimentos, productos y servicios originarios de comunidades indígenas de México”.
En julio de 2024, la Organización Regional de Oaxaca (ORO) y líderes de las comunidades indígenas celebraron la inauguración del corredor oaxaqueño en el bulevar Pico, entre Arlington y Normandie, durante su celebración anual de convite. Esta es una festividad anual en la que delegaciones indígenas oaxaqueñas de diferentes pueblos y comunidades participan en un desfile vespertino por las calles de Los Ángeles con música, danzas y vestimentas tradicionales.
Esta celebración es organizada por la comunidad y las empresas indígenas oaxaqueñas, así como por la ORO, que lleva más de 10 años luchando por el reconocimiento de sus contribuciones económicas y culturales. “En el futuro, los indígenas oaxaqueños prevén más arte en la zona que refleje los vibrantes colores que se respiraban en Oaxaca, México”, se lee en el documento.
Por su parte, las comunidades indígenas de Guatemala se ubican cerca del parque MacArthur, en el barrio de Westlake –para muchos, la Pequeña Guatemala–, y esta plaza incluye un mercado nocturno guatemalteco establecido y mantenido por la comunidad como un lugar cultural.
La presencia de migrantes indígenas en Los Ángeles también se plasmó en el mural South Central Dreams, una obra de artistas inmigrantes zapotecos que conecta a las comunidades de esta zona con sus raíces oaxaqueñas. En particular, las comunidades de migrantes indígenas suelen ser miembros vitales de la industria alimentaria en todo el condado. “Vemos a indígenas de México y América Central trabajando en las cocinas de muchos restaurantes de Los Ángeles, llevando y descargando productos, y compartiendo sus platos típicos”, dice Nathalie Basha en la entrevista que contiene el informe.
En el informe de 2024 sobre las comunidades indígenas del mundo, se señalaba que existen cientos de lenguas indígenas en América, con más de 364 lenguas solo en México. “En el condado de Los Ángeles, viven al menos 24 comunidades distintas de migrantes indígenas que proceden de México y de países de América Central, según los datos de las encuestas recogidas por CIELO”.
Además, agrega: “Las personas que accedieron a los servicios de CIELO declararon ser zapotecas, k’iche’, chinantecos, mixtecos, mixes, náhuatl, mayas y akatekos”.
Los organizadores de CIELO explicaron que muchos migrantes indígenas angelinos no hablan inglés ni español, pero suelen recibir ayuda solo en una de estas lenguas. Un organizador afirmó en el estudio que la falta de servicios de interpretación y traducción en lenguas indígenas hace que las comunidades no sepan a qué servicios pueden acceder.
Otro organizador comentó: “Si mi madre estuviera aquí, ¿cómo podría rellenar un formulario donde solo está la opción de ‘latino’ sin ninguna otra opción, ni siquiera ‘otro’, teniendo en cuenta que no habla bien español, no sabe leer ni escribir? Ese es el obstáculo al que se ha enfrentado nuestra comunidad aquí, que ha limitado el acceso a la ayuda que presta el condado”.
Por ello, CIELO trabaja en el acompañamiento y en la prestación de servicios de interpretación y traducción a las personas que necesitan asistencia en diversos servicios, incluidos los médicos y judiciales.
Otro dato importante de las encuestas realizadas es el tamaño de las familias. Por ejemplo, durante la ayuda alimentaria y otros eventos de distribución, se observó que los beneficiarios de los servicios de CIELO suelen mantener familias numerosas. “El tamaño promedio de las familias era de 4.5 personas entre los migrantes indígenas que recibieron los programas y servicios de divulgación de CIELO. Alrededor del 29 % de los hogares encuestados tenían 4 personas, mientras que cerca del 27 % contaban con 5 personas”.
En comparación, el tamaño promedio de los hogares entre todos los residentes en el condado de Los Ángeles fue de 2.89 personas por hogar, según las estimaciones de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense de 2022.
De acuerdo con los datos del censo de 2020, publicados sobre uno de los grupos de migrantes indígenas, los hogares de tipo familiar fueron más comunes que los no familiares entre las comunidades de migrantes indígenas en el condado de Los Ángeles. “Alrededor del 86 % de los hogares zapotecos, el 82 % de los purépechas y el 80 % de los mayas fueron hogares familiares, lo que representa tasas superiores a las del promedio general del condado (67 %)”.
El estudio señala: “Cuando se les preguntó por la presencia de niños en el hogar, cerca del 86 % de los encuestados por CIELO afirmaron vivir con niños menores de 18 años, lo que representa una tasa superior a la del promedio del condado (32 %). Los datos de estas encuestas mostraron que, incluso cuando la pandemia de COVID-19 comenzaba a menguar, los migrantes indígenas con familias numerosas y niños pequeños en el condado de Los Ángeles accedieron a la ayuda alimentaria y a otros tipos de asistencia”.
Durante los años de los cierres temporales implementados para reducir la propagación de la COVID-19, muchos pudieron recuperarse mientras reabrían sus negocios. Sin embargo, las familias de migrantes indígenas enfrentaron una gran incertidumbre económica, ya que muchos vivían al margen. Durante el auge de la pandemia de 2020, CIELO entregó apoyo financiero a 2,500 residentes migrantes indígenas que no cumplían los requisitos para recibir ayuda.
Entre 2021 y 2023, la mayoría enfrentó dificultades para pagar el alquiler y la comida, a pesar de las moratorias en toda la ciudad y el condado sobre los aumentos de alquiler y los desalojos por falta de pago entre marzo de 2020 y febrero de 2023. Muchos informaron que tuvieron dificultades para pagar un lugar donde vivir durante esos años.
Con el aumento de la renta en los últimos años, muchas familias de migrantes fueron desalojadas de sus departamentos debido a la falta de información para defender sus derechos como inquilinos.
La directora ejecutiva y cofundadora de CIELO, Odilia Romero, señaló: “Aunque había una moratoria de alquileres, mucha gente no lo sabía porque todo se daba en español. Pero no solo eso, los propietarios no respetaron esta moratoria y siguieron enviando mensajes en los que indicaban que los inquilinos tenían que pagar el alquiler. Además, decían que les cobrarían recargos por retraso”.
Así las cosas, la situación de los migrantes indígenas en Los Ángeles sigue siendo compleja. El abandono de su patria y la criminalización por parte del gobierno estadounidense los coloca en una situación de vulnerabilidad. Más aún, ahora que se habla de una deportación masiva, es urgente que los gobiernos estatales de México diseñen una estrategia para recibirlos cuando regresen a sus comunidades.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
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