La Secretaría de Relaciones Exteriores y sus requisitos absurdos

5 diciembre, 2024

Tatyi savi

¿De qué presume el gobierno federal cuando dice ser de «puerta abierta», si a los mexicanos que buscan obtener un documento de identidad que les permita salir del país se les da un portazo?

Por: Kau Sirenio / X: @kausirenio

El lunes de esta semana, dos mujeres ñuu savi de la Costa Chica de Guerrero viajaron a la Ciudad de México para tramitar su pasaporte, un documento necesario para obtener la visa H2A y poder trabajar en los campos agrícolas de Estados Unidos. Sin embargo, regresaron con las manos vacías, pues una trabajadora de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) les solicitó un historial del Instituto Nacional Electoral (INE).

No es la primera vez que la funcionaria de la delegación Cuajimalpa actúa de manera inapropiada con los solicitantes. En 2020, ocurrió un caso similar cuando le fue negado el pasaporte a un menor de edad, a pesar de que presentó un certificado de estudios que acreditaba su identidad.

El requisito absurdo que pidió la SRE a las mujeres se debía a que, a lo largo de sus 22 años, ellas habían obtenido tres credenciales para votar. Así, sin mediar palabra, el trámite se dio por concluido. “Cuando traigan el historial del INE, les damos su pasaporte”, les dijo la funcionaria, sin ofrecer más explicaciones.

Las mujeres ñuu savi intentaron explicar por qué tramitaron sus credenciales en tres ocasiones, pero nadie las escuchó. La servidora pública no les proporcionó detalles sobre el trámite ni les dio ninguna orientación.

En una charla en tu’un savi con las mujeres, pude conocer la historia detrás de las credenciales para votar con fotografía: “La primera vez que tramité mi credencial, no pude recogerla porque me fui de jornalera a los campos agrícolas de Michoacán. Cuando regresé, estaba en proceso electoral y no me la entregaron. Pasaron los días y me fui de nuevo a trabajar”, explica una de ellas.

Agrega: “Después intentamos nuevamente tramitar otra identificación, pero, a los pocos meses, nos robaron cuando regresábamos del trabajo. Así que tuvimos que volver a tramitar la que ahora tenemos”.

La indiferencia de la funcionaria de la SRE ante esta situación, particularmente en un contexto tan complicado para Guerrero después del paso de los huracanes Otis y John en menos de un año, resultó en la suspensión del servicio para tramitar pasaportes en la delegación de SRE en Acapulco. Por esta razón, los guerrerenses se ven obligados a viajar hasta Cuernavaca o la Ciudad de México para obtener su documento de identidad y poder salir al extranjero.

La falta de este servicio en Guerrero obliga a las personas a gastar en pasajes y comida, y a veces incluso en alojamiento, cuando no pueden regresar el mismo día. Además, en sus localidades de origen deben pagar 200 pesos a quienes tienen acceso a Internet, para que les gestionen la cita para solicitar el pasaporte.

En muchos casos, también deben buscar a alguien que los guíe en la capital, ya que las oficinas de la SRE donde se entrega el documento son de muy difícil acceso. Así, cada viaje les cuesta alrededor de cinco mil pesos y, si bien tienen suerte, logran regresar con su pasaporte. De lo contrario, vuelven con las manos vacías.

Estas prácticas clasistas y racistas de los trabajadores de la SRE son repetitivas, y por lo general, muestran una actitud discriminatoria hacia las personas de comunidades indígenas. No solo ocurre en México, sino también en el extranjero, donde se repiten actitudes similares sin que nadie les haya señalado la necesidad de cambiar su trato hacia los migrantes.

En Estados Unidos, los migrantes mexicanos en situación irregular deben perder todo el día para obtener una matrícula consular o un pasaporte. La negación de servicios como baños, sillas o un espacio adecuado es constante.

Así lo relata Maru Mora en una charla: “Las citas para trámites tardan hasta un año. Cuando finalmente se obtienen, los trámites son confusos y el trato del personal es muy malo. No hay forma de quejarse. No existen métodos claros ni accesibles para que la población sepa cómo obtener información”.

Agrega: “Los cónsules se comportan como si fueran dioses, intocables. Ante cualquier queja o problema, solo dicen que se debe preguntar al servicio de citas o a otras entidades. No asumen ninguna responsabilidad, ni siquiera indican cómo acceder a la información en primer lugar. El uso de los consulados es un privilegio para unos pocos”.

Así las cosas, las trabas para obtener un documento de identidad por parte de la SRE son constantes. Los funcionarios públicos de esta dependencia siempre encuentran nuevos requisitos con el fin de retrasar el proceso y evitar que los solicitantes obtengan su pasaporte. Esta situación hace que muchos mexicanos en el exterior no quieran regresar a México, pues sienten que aquí los residentes son tratados como extranjeros en su propia tierra.

Con esta actitud, ¿de qué presume el gobierno federal cuando habla de ser de «puerta abierta», si a los mexicanos que buscan obtener un documento de identidad para salir del país se les da un portazo?

¿Son los republicanos racistas? ¿Son los servidores públicos de la SRE antimexicanos? Claro que lo son; su actuación demuestra que son profundamente racistas y clasistas.

Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.