«Somos amigos de la policía». Personal de seguridad golpeó a mujeres en bar de la Roma

3 diciembre, 2024

Policías con equipos antimotines resguardan el acceso del Congreso Local tras la protesta del colectivo VIHVELibre. Foto: Galo Cañas/Cuartoscuro

Un grupo de amigas salió a divertirse a un bar de la Roma, en la Ciudad de México, pero el personal de seguridad las golpeó y amenazó de muerte. Dijeron que los protegía la policía capitalina

Texto: Andrea Amaya 

Foto: Galo Cañas / Cuartoscuro

CIUDAD DE MÉXICO.- El 29 de noviembre, un grupo de amigas acudió a celebrar un cumpleaños en Mezontle Bar, sucursal Roma, uno de los establecimientos más populares de la Ciudad de México. Sin embargo, lo que parecía una celebración terminó convirtiéndose en un incidente de agresiones por parte del personal del lugar.

Según el testimonio de una de las afectadas, las agresiones comenzaron cuando intentaron reingresar al bar, pues habían olvidado sus pertenencias en la paquetería cuando decidieron irse.

«Estábamos celebrando el cumpleaños de una compañera. Al salir del lugar, recordamos que habíamos dejado una mochila en la paquetería. Al intentar reingresar al bar, no se nos permitió el acceso. Tratamos de dialogar con el personal de seguridad para acordar cómo nos devolverían la mochila, pero, a partir de ese momento, el intercambio de palabras se intensificó y comenzaron las agresiones físicas, con empujones, exigiéndonos que nos fuéramos».

Las agresiones continuaron en el estacionamiento del lugar. Ahí, el jefe de seguridad de Mezontle Bar las agredió a puñetazos:

“Yo sólo veía lo que a mí no me parecía una discusión tan grave, hasta que comenzaron los golpes y amenazas. Nos decían que ya nos fuéramos, que sí no nos iba a cargar la chingada. Nuestras cosas nunca nos las regresaron».

«Deja de grabar o te voy a matar»

En su relato de los hechos, la mujer entrevistada indicó que ella y sus acompañantes también fueron agredidas por personas que se encontraban fuera del establecimiento.

“Lo siguiente que recuerdo es escuchar motores de motocicletas. Entonces volteó hacia Avenida Insurgentes y me doy cuenta que aproximadamente 7 motos venían hacia nosotros. El que venía hasta adelante de la caravana se bajó de la moto, me tiró al suelo y comenzó a patearme. La primera patada que me metió fue la que sentí más fuerte, pues me la dio en los pechos. A la hora que intenté levantarme me amenazó con un arma de fuego diciéndome que nos iba a matar a todos. Al mismo tiempo también estaban golpeando a mis otros compañeros”.

Además, mencionó que, aunque no lo recuerda, sus acompañantes le contaron que vieron cómo el jefe de seguridad hizo señas a los motociclistas para incitar las agresiones en su contra.

Las mujeres intentaron grabar lo que estaba sucediendo, pues muchas de ellas son periodistas en un colectivo llamado sueña Dignidad. Sin embargo, al intentar documentar lo que estaba sucediendo, los agresores les quitaron los dispositivos: «Nos dijeron: ‘Deja de grabar o te voy a matar’». 

«Somos amigos de los policías»

La mujer entrevistada dijo que mientras sus compañeras intentaban que les devolvieran sus pertenencias fueron agredidas por meseras del lugar: 

“Le cerraron la puerta en la mano y le lastimaron los dedos. A una de ellas se la abrió uno de sus dedos, y otros dos se los machucaron. Otra de mis compañeras reconoció que las meseras fueron quienes la agredieron. Dice que la empezaron a jalonear, y que como también intento grabar, le quitaron su celular y una mesera se metió corriendo con el”.

Mencionó que después de ser golpeada y amenazada con un arma de fuego, ella salió corriendo a la Avenida para intentar pedir ayuda y nuevamente fue agredida por los motociclistas.

“El encargado de seguridad empezó a decir que le hiciéramos como quisiéramos, pues al final de cuentas ellos eran amigos de los policías. Nuevamente me tiran al suelo pero esta vez eran más hombres y me empiezan a patear entre unos cuatro”.

La policía llegó una hora después

Cuando por fin terminaron de agredirlas, todo el personal se encerró en el establecimiento. Después, intentaron llamar al 911, pero nadie llegaba a auxiliarlas.

«Marcamos unas cinco veces con mi celular, ya que fui la única a la que no se lo quitaron”, dice la mujer entrevistada. Y añade:

“Empecé a hacer llamadas desde las 6:00 am, pero los servicios de emergencia llegaron hasta las 7:15 am. A pesar de estar a unas cuantas calles de Secretaria de Seguridad la ayuda no llego a tiempo. Para el momento en el que llegaron dos elementos, todo el personal del bar ya se había ido”.

Las víctimas de este atentado levantaron una denuncia por robo con violencia ante la Fiscalía: “Nos abrieron una carpeta de investigación por robo, porque sólo una de las cinco personas tiene lesiones que tardan en curarse más de 15 días y estos delitos se van a ir agregando a la carpeta. Además queremos sumarle las amenazas de muerte. Estamos intentando hacer ruido para que no quede en la impunidad».

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