Una mosca mortal se extiende por Centroamérica y los expertos culpan a la ganadería ilegal

23 noviembre, 2024

El ganado pasta en un territorio deforestado en el norte de Guatemala. Foto: Rhett A. Butler.

Según afirman algunos grupos conservacionistas, la aparición del gusano barrenador, la larva de una mosca que infecta las heridas abiertas de animales de sangre caliente, es consecuencia directa del tráfico ilegal de ganado en áreas protegidas de Centroamérica. La mosca apareció en Panamá el año pasado y viajó rápidamente hacia el norte hasta Guatemala. Ahora preocupa que se extienda sin control hasta México y los Estados Unidos

Texto: Maxwell Radwin / Mongabay Latam

Foto: Rhett A. Butler

CIUDAD DE MÉXICO. — La ganadería ilegal en Centroamérica ha llevado a la propagación de un parásito mortal que se creía erradicado y los conservacionistas piden controles más estrictos antes de que llegue a México y los Estados Unidos.

La aparición del gusano barrenador del nuevo mundo (Cochliomyia hominivorax) —la larva de una mosca que infecta a animales de sangre caliente— es la consecuencia directa del tráfico de ganado a través de áreas protegidas de Centroamérica, dicen los conservacionistas.

“El gusano barrenador subraya una necesidad urgente de más regulación en el comercio de ganado a través de Mesoamérica, ya que el movimiento ilegal de animales agrava tanto los problemas ambientales como los sanitarios”, dijo Chris Jordan, Director de América Latina de Re:wild, un grupo de conservación. “[…] Enfrentarse a esto requiere cooperación de las empresas, los líderes de la industria y los gobiernos, que deben redoblar esfuerzos para impedir que el contrabando de ganado cruce fronteras sin control”.

El gusano barrenador del nuevo mundo pone sus huevos en las heridas abiertas del ganado y otros animales, lo cual hace que las larvas se alimenten de tejido vivo hasta que el anfitrión muere. Puede ser desastroso para la agroindustria y los países que dependen de las exportaciones ganaderas.

Una campaña conjunta de Estados Unidos en los años ochenta y noventa ayudó a erradicar el gusano barrenador de Centroamérica y México. Pero el año pasado, la mosca reapareció de forma inesperada, esta vez en Panamá. Los expertos creen que viajó desde Sudamérica a través de la densa selva del Tapón del Darién, que había mantenido al parásito a raya durante casi treinta años.

Los expertos aún no saben si la mosca cruzó el Tapón del Darién con el ganado o en otro animal de sangre caliente.

Se expandió a Costa Rica este año y después explotó en Nicaragua antes de avanzar rápidamente a Honduras y Guatemala, según los investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, quienes están monitoreando el brote. Ahora, es posible que cruce la frontera hasta México, donde sería casi imposible detenerlo.

“Las consecuencias de esta plaga serían catastróficas y afectarían a la productividad y los mercados internacionales,” dijo la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas en una carta dirigida a los funcionarios mexicanos este mes. “La economía del sector ganadero sería destrozada”.

Las rutas que se prevén para la propagación del gusano barrenador, con los sitios confirmados en azul. Imagen cortesía de WCS.

Hay una gran correlación entre la propagación de la mosca y las rutas de tráfico ilegal de ganado, muchas de las cuales atraviesan áreas protegidas, según WCS. Los mapas de deforestación causada por la ganadería ilegal se solapan con muchos de los lugares donde han sucedido los peores brotes.

WCS y otros grupos de conservación esperan que la amenaza económica de la mosca lleve a regulaciones más estrictas para la industria de la ganadería que tengan como consecuencia una mejor conservación de las áreas protegidas.

“Lo que vemos es una situación en la que todos ganamos, donde si detenemos la ganadería ilegal, podemos salvar la vida silvestre, salvar la economía local y nacional, salvar el sector ganadero y salvar la salud humana”, dijo Jeremy Radachowsky, Director de WCS para Mesoamérica y el Caribe.

Los traficantes de drogas y otros grupos criminales organizados en Centroamérica dependen de la ganadería ilegal para blanquear dinero. Desmontan bosques protegidos en zonas remotas para que el ganado pueda pastar, después lo mezclan con rebaños legales que han pasado por tratamientos contra plagas y otros controles sanitarios.

Como el ganado suele estar conectado con el crimen organizado, los funcionarios que evitan meterse en problemas suelen dejar que los camiones de transporte atraviesen la frontera sin comprobar su documentación.

Una de las zonas más afectadas de la región es la Reserva de la Biosfera Bosawás en el norte de Nicaragua, donde la entrada de colonos desplaza a las comunidades nativas y establece sus granjas ganaderas. Los rebaños pasan por varios compradores intermediarios antes de llegar a los mataderos con etiquetas falsas en las orejas, lo cual hace imposible conocer su origen.

El gusano barrenador está presente en al menos siete de los departamentos de Nicaragua, según la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OMSA), que confirmó que la causa es el movimiento ilegal de los animales.

“Mientras el flujo de ganado ilegal siga llegando de Nicaragua […] entonces [el gusano barrenador] va a seguir reinfectando”, dijo Radachowsky.

Al otro lado de la frontera, la ganadería ha destrozado zonas protegidas de Honduras como el Parque Nacional Patuca y la Reserva de la Biosfera Río Plátano, que perdió alrededor del 13 % de su cobertura de bosque primario entre 2002 y 2020, según Global Forest Watch. En septiembre y octubre, la OMSA documentó casos de gusano barrenador en el parque nacional y otras áreas fronterizas más al sur.

La mosca también ha afectado a animales domésticos como gatos, perros y caballos, además de a especies vulnerables como perezosos de tres dedos (fam. Bradypodidae) y de dos dedos (Choloepus spp.), puercoespines (Erethizontidae), ciervos, tapires y monos aulladores (gen. Alouatta), según el Servicio Nacional de Seguridad y Calidad Alimentaria de Costa Rica, pero es casi imposible monitorear en qué medida la mosca afecta a las poblaciones silvestres.

Un veterinario trabaja con un tapir infectado en Costa Rica. Foto: Jorge Rojas.

“Habrá muchos animales salvajes afectados”, dijo Jorge Rojas-Jiménez, veterinario de vida silvestre que se especializa en tapires en Costa Rica. “El problema es que sólo vemos los animales que llegan a los centros de rescate, o cuando la gente los encuentra. No podemos saber con seguridad cuál será el impacto total”.

Ahora que el gusano barrenador ha entrado a Guatemala, a los funcionarios les preocupa que pueda alcanzar la Reserva de la Biosfera Maya en la frontera norte del país con México. La reserva ha sufrido una “falta de gobernanza”, según múltiples ONG ambientales, con incendios forestales fuera de control que han diezmado miles de hectáreas de bosques tropicales en manos de ganaderos ilegales.

Se cree que hay 50 000 bovinos ilegales en el país, según el Consejo Nacional de Áreas Protegidas de Guatemala.

Para evitar que la mosca entre en México y los Estados Unidos, los gobiernos liberarán machos estériles para suprimir la reproducción. Sin embargo, los grupos de conservación también los están presionando para que detengan el problema en su origen con el aumento de las restricciones a la ganadería ilegal y el cierre de la frontera. A la larga, eso podría ser lo que ayude a salvar múltiples áreas protegidas.

“Si elimináramos parte de esa demanda de [ganado], habría un efecto goteo hasta el bosque, que es lo que más nos importa”, dijo Radachowsky.

Este trabajo fue publicado inicialmente en MONGABAY LATAM. Aquí puedes consultar la versión original.

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