20 octubre, 2024
Marcelo Pérez Pérez, de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, pugnó por los procesos de diálogo y pacificación. Por su labor recibió amenazas de muerte, difamaciones y una orden de aprensión
Texto y fotos: Ángeles Mariscal / Chiapas Paralelo
CHIAPAS. – La mañana de este domingo fue asesinado por disparos de armas de fuego el sacerdote indígena tsotsil Marcelo Pérez Pérez, cuando salía de oficiar una misa transitaba por una de las calles de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas.
En los últimos años, Marcelo Pérez había recibido amenazas de muerte, difamaciones constantes, y tenía una orden de aprensión en su contra, por su trabajo como mediador en el conflicto que se vive en el municipio de Pantelhó, donde un grupo armado y un grupo de autodefensas mantienen una disputa desde julio de 2021, año en que estalló la violencia en esta y otras regiones de Chiapas.
A raíz de estas amenazas, la Diócesis decidió trasladarlo de la parroquia de Simojovel, en donde se encontraba, a la parroquia de Guadalupe, en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas.
Desde su nueva sede, Marcelo Pérez siguió trabajando en los procesos de pacificación y denunciando la situación que se vive en Chiapas.
“Chiapas es una bomba de tiempo, hay muchos desaparecidos, muchos secuestrados, hay muchos asesinados por la presencia del crimen organizado en Chiapas”, fueron las palabras que pronuncio durante la entrevista que dio el pasado 13 de septiembre, durante una multitudinaria manifestación que se dio en la capital del estado, por la parte de feligreses de las tres Diócesis de Chiapas, para exigir la paz en Chiapas.
Esta mañana, había acudido al barrio de Cuxtitali, en donde ofició una misa que le pidieron los feligreses del lugar. Al salir fue que recibió disparos con arma de fuego. Aún no hay una versión de la Fiscalía de Justicia sobre los hechos. El Arzobispo Rodrigo Aguilar confirmó los hechos, “oremos y sigamos buscando la paz con verdad y con justicia”, dijo el líder religioso.
Marcelo Pérez Pérez nació como campesino en la comunidad de San Andrés Larráinzar; hijo de indígenas tsotsiles, feligreses de la Diócesis de San Cristóbal, festejaba de manera pública y privada la vida de su madre y su padre y reconocía que fueron ellos quienes lo impulsaron a buscar el sacerdocio como opción de vida. El pasado 16 de enero cumplió 51 años de edad.
Fue un activo impulsor de los derechos humanos y la defensa de la tierra y el territorio, lo que realizó desde su fe y su religión.
Acompañó la conformación del Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio (Modevite), al amparo de más de 14 parroquias de las zonas Altos, Norte y Selva de Chiapas. En 2014 -cuando él se encontraba como párroco en el municipio de Simojovel-, este movimiento realizó una peregrinación que recorrió 12 municipios hasta llegar a la capital del estado. Desde entonces la población de esas regiones denunció el aumento de la venta de droga y de grupos criminales en la región.
Marcelo Pérez Pérez denunció desde su parroquia a grupos de poder económico y político quienes fomentaban, impulsaban o participaban en estas acciones. Esto le provocó amenazas de muerte.
En 2021 el avance de grupos criminales aumentó en Pantelhó y los municipios aledaños, por lo que feligreses de la región buscaron su ayuda y acompañamiento para que, desde la espiritualidad y la denuncia pública, exigieron la intervención de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Sin embargo, las amenazas y asesinatos se incrementaron en este municipio, lo que provocó la conformación del grupo de autodefensas llamado El Machete. El 5 de julio de 2021 fue asesinado Simón Pedro Pérez López, integrante del grupo pacifista las Abejas de Acteal, quien apoyaba las denuncias de la población contra sus agresores; esta acción llevó a Los Machetes a expulsar del municipio a quienes consideraba eran sus victimarios.
El alzamiento armado de Los Machetes llevó al sacerdote Marcelo Pérez a buscar una vía pacífica para la solución a la problemática del municipio, y conformar con el aval de la Diócesis de San Cristóbal, una comisión de intermediación donde también participaron autoridades de los gobiernos estatal y federal.
Las acciones de esta comisión no prosperaron, y el 19 de julio de 2021 se dio la detención y posterior desaparición de 19 personas acusadas de ser parte del grupo “Los Herrera”, considerado el grupo armado de la región.
Familiares de los desaparecidos acusaron al sacerdote Marcelo Pérez de la desaparición de los 19, por lo que la Fiscalía de Chiapas giró una órden de aprehensión en su contra. A la par, inició una campaña de desprestigio en su contra, y amenazas de muerte.
La Diócesis de San Cristóbal de Las Casas decidió trasladarlo a la ciudad de San Cristóbal, donde en los últimos 2 años recientes estuvo a cargo de la parroquia de Guadalupe.
Por las amenazas, Swefor, grupo sueco promotor de procesos de paz, lo acompañó en diversos momentos, y lo invitó a varias naciones de Europa a hablar de los procesos de paz y reconciliación que impulsaba.
El sacerdote Macerlo Pérez Pérez acompañó a presos indígenas detenidos injustamente, a comunidades que denunciaban a grupos criminales, a maestros disidentes, a defensores de la tierra y el territorio.
En una de las últimas entrevistas que dio, en el marco de la peregrinación por la paz del pasado 13 de septiembre, dijo que “Chiapas es un polvorín”, y se pronunció por el diálogo con todos los grupos, incluso con quienes son identificados como parte del crimen organizado.
Esta nota fue publicada originalmente en CHIAPAS PARALELO, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original.
Periodista independiente, fundadora del portal Chiapas Paralelo[www.chiapasparalelo.com] y colaboradora de CNN México y El Financiero. Tener en nuestro lugar de origen las condiciones para forjarnos una vida digna es un derecho, y migrar cuando esto no sucede, también lo es. Desde esta perspectiva cubro el tema migratorio.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona