Un grito desesperado desde Acapulco 

15 octubre, 2024

Tatyi savi

El censo en la zona afectada tiene que agilizarse porque los días pasan y al no tener nada, ni siquiera una sábana para cubrirse, hace que la psicosis se apodere de los afectados

Por Kau Sirenio / X: @kausirenio

Acapulco está de nuevo en el ojo del huracán. En menos de un año, el puerto enfrentó otro embate de la naturaleza. La emblemática zona diamante quedó completamente inundada y devastada por el huracán John que trajo lluvias durante cuatro días y noches.

“Me quedé en el segundo nivel de la casa. Ahí estuve dos días hasta que mi hijo vino a rescatarme” dijo una profesora entrevistada por este reportero que prefirió omitir su nombre. 

Para los acapulqueños, la visita del huracán John les recordó a Otis. Los dos huracanes devastaron lo que en los años 70 se conocía como El Paraíso del Pacífico. Ahora, los acapulqueños se quedaron sin nada, y por si fuera poco, los gobiernos municipal, estatal y federal no han censado las casas de la unidad habitacional Los Arcos. 

El 25 de octubre de 2023, el huracán Otis destrozó el Puerto de Acapulco. Las viviendas quedaron inhabitables. No hubo alguien que dijera que no le pasó nada a su casa. Los daños, sin embargo, no se sintieron mucho porque los afectados de inmediato fueron censados, y la ayuda llegó pronto.  

La reconstrucción tardó, pero fue porque no había forma de comprar materiales de construcción. Por eso, muchos de los damnificados tuvieron que esperar hasta un mes para poder comprar un bote de pintura o una lamina, pero el apoyo económico lo recibieron al mes de que Otis descargó su furia en contra de ellos. 

De esa tragedia, la herida sigue abierta, y el pánico se hizo presente durante la semana del 24 a 27 de septiembre. Las fuertes lluvias e inundaciones que trajo John pegaron más fuere en un Acapulco que prometía desarrollo y bienestar para los trabajares en el sector turístico. Todo quedó bajo el agua. 

El 27 de septiembre, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, intentó entrar a la unidad habitacional Los Arcos, pero no lo consiguió. El agua llegó hasta 70 centímetros de altura en la parte menos dañada, pero de ahí hacia la laguna negra, que está a espalda de Los Arcos, se inundó todo:

“Los muebles quedaron flotando, la estufa, el refrigerador que recibí el año pasado quedaron inservibles” narró una vecina de este lugar. 

De acuerdo con la Coordinación General de Protección Civil de Acapulco, la visita de John al puerto fue «un fenómeno extraordinario que ha salido de todas las estadísticas”, o al menos así lo declaró ante los medios Juan Ramón Ramírez, responsable de monitoreo del Centro de Comunicaciones y Monitoreo.

El huracán John en cuatro días acumuló 950 milímetros de lluvia, mientras que Otis trajo 350 milímetro. La coordinadora general del Servicio Metereológico Nacional, Alejandra Méndez Girón, sostuvo que “un milímetro es equivalente a un litro de agua por metro cuadrado, lo que significa que con John cayeron 950 litros por metro cuadrado».

En este sentido, medios locales reportaron que el agua alcanzó entre un metro y medio y dos metros de altura en las zonas bajas como Renacimiento, Frontera, La Sabana, Cayaco y Diamante, que incluye unidades habitacionales como Los Arcos, Colosio, Rinconada, La Marquesa y Llano Largo. 

El Revolcadero y Puerto Marques también corrieron con la misma suerte. Todo quedó en la zozobra  e incertidumbre. La gente se quedó sin nada, ni agua, comida o ropa, todo se fue con John. Ahora viene la reconstrucción, los damnificados, y los gobiernos municipal, estatal y federal tienen que empezar a poner cada quien lo que le corresponde, para volver a la normalidad. 

El censo en la zona afectada tiene que agilizarse. Los días pasan y la gente, al no tener nada – ni siquiera una sábado para cubrirse – hace que la psicosis se apodere de los afectados. En Los Arcos, que fue la primera parada que hizo la gobernadora el 27 de septiembre, aún no llegan los funcionarios del Bienestar para censar.

Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.