Brasil, en su encrucijada: “La izquierda no tiene la hegemonía”

12 octubre, 2024

Pese a tener un gobierno de izquierda, las últimas elecciones intermedias en Brasil mostraron el avance de la derecha en posiciones estratégicas. ¿Cómo explicar esto? En entrevista, la académica Danyelle Nilin Gonçalves adelanta algunas claves

Texto: Luciana Oliver Barragán

Foto: Tribunal Electoral de Brasil

CIUDAD DE MÉXICO. – El 6 de octubre se llevaron a cabo elecciones en 5 mil 570 ciudades de Brasil. En éstas, se eligieron los cargos de prefeito y vice-prefeito, es decir, presidente municipal y vice presidente municipal, quienes representan la jefatura del poder ejecutivo de los municipios. Así como vereadores, los cuales se encargan del ámbito legislativo municipal. 

Este proceso electoral puede darnos un panorama para entender las derechas y la izquierdas en un país tan polarizado como Brasil. Ante esto, Danyelle Nilin Gonçalves – profesora de la Universidad Federal de Ceará en Brasil, coordinadora del Laboratório de Estúdios de Política, Educación y Ciudad (LEPEC) e investigadora sobre la ciudad, educación, enseñanza de la sociología, dictadura, memoria y campañas electorales – nos habla de cómo este momento funciona como un termómetro: 

“La elección municipal es muy importante para vislumbrar lo que puede venir de aquí a dos años. Eso siempre fue así, pero obviamente ahora, con la polarización y los resultados tan apretados que tuvimos en la ultima elección – o en la elección como la de hoy del 6 de octubre del 2024 – es muy emblemático de lo que podemos esperar para 2026”.

Un preámbulo de una disputa más grande

Para lograr entender mejor la situación política brasileña y la importancia de estas elecciones primero, dice Danyelle, habría que marcar las características del sistema político electoral brasileño:

“De dos en dos años tenemos elecciones. Siendo, dos años, la elección general, que es la elección para presidente, diputados federales, estatales, senadores, gobernadores y el presidente de la república. Dos años después, tenemos las elecciones municipales donde son elegidos los presidentes municipales y los vereadores, que serían una especia de parlamentares locales”.

Las elecciones en Brasil son definidas en dos turnos, dependiendo de los resultados. Para que una ciudad pase a un segundo turno electoral, necesita tener una población de más de 200 mil electores.

Según el Tribunal Superior Electoral brasileño, los dos candidatos o candidatas más votadas pasan a un segundo turno cuando no obtienen más de la mitad de los votos válidos. 

Durante la tarde de este 6 de octubre, los primeros resultados nos dejan ver que la derecha avanza con fuerza en Brasil, “lo que de hecho es muy preocupante” dice Danyelle Nilin, “porque van a legislar sobre cuestiones en los municipios y varias cuestiones que son muy sensibles (…), lo que nos da a entender que el 2026, que está muy cercano, de aquí a dos años, va a ser también un momento de muchas disputas”.

Aun habiendo ganado en las elecciones presidenciales del 2022, Luis Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores), lo que analiza Danyelle es que “Brasil realmente es un país polarizado, la izquierda no tiene la hegemonía y realmente se espera que sea – probablemente va a ser – mucho más positivo para la derecha que para la izquierda. Muchas ciudades que están siendo apoyadas por el PT, por Lula, directamente pueden no ganar la elección”.

La derecha ¿fragmentada?

Ricardo Nunes, político de derecha. Foto: Tomada de redes sociales.

En estas elecciones se observa que algunos candidatos de la derecha están concurriendo entre sí. Ante la pregunta sobre si existe una fragmentación en la derecha brasileña y cómo se puede analizar el protagonismo que están teniendo los diversos candidatos de derecha, Danyelle Nilin explica:

“No se puede pensar necesariamente en una fragmentación, dado que probablemente se unirán en un eventual segundo turno. Tal vez es más un síntoma de que la derecha percibió que tiene muchos electores. Entonces, al tener muchos electores también aparecen muchos candidatos con posibilidades de votos”. 

Algunos casos emblemáticos sobre este aumento de candidaturas de derecha son la capital del Estado de Ceará, Fortaleza, donde existen tres candidatos de derecha disputando la elección, que si bien dos de ellos no llegaron a obtener más del 12 por ciento de votos, el tercero pasó al segundo turno con 40.20 por ciento de los votos. 

El otro caso es el de la capital más poblada de Brasil, São Paulo, donde 2 candidaturas de derecha disputaron entre sí frente al candidato de la izquierda Gulherme Boulos (PSOL). Uno de ellos – más cercano al ultraderechista Jair Bolsonaro – Ricardo Nunes (MDB), pasará a la segunda vuelta con el 29.48 por ciento de los votos y disputará con Boulos quien obtuvo un 29.07. 

El segundo representante de las derechas de São Paulo fue Pablo Marçal, un candidato autodenominado outsider, coach motivacional e influencer, quien, con 28.14 por ciento de los votos no consiguió pasar al segundo turno, pero expresó una candidatura llena de actos de violencia verbal y física. 

El hecho, dice Danyelle Nilin Gonçalves “es que tenemos varios candidatos de derecha”. Y recalca:

“Hasta hace un tiempo, oficialmente nadie se colocaba como derecha en Brasil. Siempre había aquella idea del centro, o hasta del centro-derecha (…). Hoy ellos se colocan y se presentan como un partido de derecha y hay un nicho grande efectivamente de electores”.

En total, 12 capitales definieron en primer turno a sus gobernadores, las otras 14 pasarán a una segunda vuelta electoral. En este contexto, solo un candidato de izquierda fue elegido con un porcentaje amplio, el candidato João Campos, quien ganó en la primera vuelta de la capital  de Pernambuco, Recife, con un 78.11 por ciento de votos. 

Excepto este caso, Nilin Gonçalves nos dice: “nadie más de izquierda tuvo una votación buena como para ganar en el primer turno (…). Donde gane la izquierda, probablemente, será una votación muy apretada. Y eso, de hecho, es muy emblemático, y muy peligroso para lo que tendremos en 2026”.

Sin la posibilidad del uso del “X” antes Twitter se vuelve interesante entender la configuración de las llamadas Fake News (noticias falsas) en el escenario electoral brasileño, ante esto Danyelle responde:

“El X era uno de los vectores de propagación de fake news, pero creo que de hecho nuestro mayor propagador de fake news aquí en Brasil es el WhatsApp. El whatsapp tiene una dinámica que incluso es más difícil de mapear, la propaganda llega al elector de una forma casi personalizada. Y sin espacio de interacción (…) Entonces los mecanismos de control son muy difíciles (…) el elector brasileño continua siendo víctima de Fake News, aún sin el X”.

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La falta de renovación es letal para la izquierda

Finalmente haciendo una comparación con la izquierda mexicana, y reflexionando sobre el proceso de las izquierdas brasileñas, Danyelle, dice que, mientras la izquierda mexicana está construyendo un movimiento fuerte, «que parece muy pragmático y que tiene una planeación efectivamente de a dónde quiere llegar y lo que quiere. En el caso brasileño, lo que todo indica es que la izquierda brasileña, desde hace algún tiempo, está intentando sobrevivir y ganar algunos puestos».

Añade:

«No está habiendo un movimiento fuerte, constante, de renovación del discurso, de renovación de personas y de un planeamiento estratégico de hecho para conseguir cosas mayores”.

Para la investigadora de la Universidad Federal de Ceará: “de una cierta forma, la izquierda es aún rehén del carisma de Lula y eso es muy preocupante, porque Lula es una persona y de aquí a poco tiempo, lógicamente dejará de participar ¿y quiénes son los políticos que, efectivamente, se quedarán? ¿que tienen peso, que tienen realmente fuerza?”

Nilin Gonçalves es clara: «esa falta de renovación es letal para la izquierda. Existen, claro, algunos discursos que son relativamente nuevos, pero no podemos pensar en una nueva izquierda que esté, de hecho, surgiendo».

Concluye:

«En mi opinión la izquierda está en una gran encrucijada, que tiene mucho que ver con eso, de una dificultad de crear nuevos grupos, de formar nuevos liderazgos efectivamente, con peso, con capital político. Tiene una dificultad, muchas veces de conectarse con el lenguaje popular, a veces es un lenguaje muy erudito, muy hacia burbujas que la izquierda tiene. Una dificultad para lidiar y discutir con determinadas cuestiones con la población en general y una lejanía de la vida cotidiana de las personas”.

Analizar y reflexionar sobre los procesos político-electorales en América Latina se vuelve de vital importancia en un momento en el que México está frente a un nuevo sexenio, lo que implica, nuevas configuraciones entre distintos proyectos nacionales de izquierda y de derecha en la región. 

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